Macarena Lemos y el intendente Ariel Sujarchuk se preparan para vivir uno de los momentos más emocionantes el 16 de abril, día en el que se convertirán oficialmente en marido y mujer en una íntima ceremonia civil en la que estarán acompañados por sus seres queridos.
Después de retirar su vestido de novia diseñado por Camila Romano y en la previa de su despedida de soltera con amigas, la joven habló con GENTE y contó todos los detalles de la boda. «Estoy muy ansiosa. No puedo creer que ya me voy a casar y convertir oficialmente en señora, señora de Ariel», comenzó diciendo con emoción.
Asimismo, reconoció: «Aunque conozco su lado más íntimo, no deja de ser una persona pública y tiene todos los ojos puestos en él y ahora en mí. Lo acompaño mucho en su trabajo y disfruto hacerlo. Y después siempre priorizamos nuestro tiempo como familia».

-Falta nada para la boda, ¿qué pódes contar?
-Bueno, hoy fui a retirar mi vestido de civil que es soñado. Me lo hizo Camila Romano. Es un diseño hermoso con el mejor criterio para que yo esté impecable en este día tan especial. Haber hecho el vestido con ella fue una experiencia increíble.
-¿Cómo será la ceremonia?
-En el registro civil de Escobar. Después de firmar, vamos a salir a la vereda a saludar a los vecinos que seguramente se acercarán y podrán sacarse fotos con nosotros. Después hacemos una fiesta para amigos, familias y compañeros de trabajo. Será en la Hostería El Cazador, de Escobar.
-¿Cómo fue la propuesta de casamiento?
-La verdad es que él me pidió casamiento al poco tiempo de conocernos. Pero bueno, pensaba que era algo del momento y que con el tiempo podía cambiar de opinión. Un 30 de diciembre de 2022, me hizo una carta con un montón de cosas lindas y al final decía «¿te querés casar conmigo?» y estaba el anillo. Pero llevábamos uno o dos años y yo me quedé helada.

-¿Y qué pasó después de esa propuesta que quedó en el aire?
-Nosotros tuvimos un impasse y cuando nos reencontramos me dijo: «Bueno, o nos casamos o nos perdemos». No quería otra relación de novios y ahí acepté y puse la fecha. Le dije: «El 16 de abril de 2025 nos casamos». Y así será. Después de las vacaciones de verano me regaló un segundo anillo y me volvió a pedir casamiento y fue muy especial.
Así comenzó la historia de amor de Macarena Lemos y Ariel Sujarchuk
–¿Cómo se conocieron?
-Con Ariel nos conocimos a través de un amigo en común. No sé bien cómo fue su conversación, pero sé que lo convenció de pasarle mi número de teléfono. Él me escribió y recuerdo que su foto de perfil era en la cancha de River con todos sus hijos (risas). Yo justo me estaba mudando en ese momento y estaba terminando una relación, entonces no le di tanta importancia, pero el insistía en conocerme. Le cancelé varias invitaciones hasta que le acepté una.

-¿Dónde fue esa primera cita?
-Fue en un shopping en Capital. No quería verme a solas con él. Entonces elegí un lugar público. Hicimos una merienda y me acuerdo que pedí un muffin de banana y nueces y un jugo de naranja con zanahoria. Todo muy poco sexy (risas). Él me preguntaba todo de mí, no paraba de hablarme y mirarme. Además, cuando nos sentados, habían unas señoras vecinas de Escobar que lo reconocieron y lo saludaban. Pero el primer beso fue después, en nuestra segunda salida.
-¿En un lugar más íntimo?
-Despues le acepté ir a comer sushi a su casa… yo iba con un poco de miedo porque recién nos conocíamos. Así que mi postura fue darle todas las alertas posibles (risas). Le dije: «No sé cocinar, no sé limpiar, no soy Susanita», y seguro nada parecido a lo que él buscaba. En realidad estaba prejuzgando. Y, para sorpresa, parece que eso lo enamoró más. En un momento le dije «llevame a mi casa» y en el fondo era como una prueba, porque yo quería ver qué tan en serio iba conmigo. ¿Y sabés lo que hizo? Me dijo: «Dale, te llevo».
-¿Se pusieron de novios y después cuánto tiempo pasó para convivir?
-Ya estábamos de novios formalmente pero yo iba y venía… Él me presentó muy rápido como su pareja y para mí era todo medio raro, porque nunca fui de presentar parejas, porque ese lado amoroso lo mantenía muy en privado, entonces todo fue nuevo para mí. Tener todas las miradas encima porque, bueno, era ahora la novia del intendente. Y después a los dos años empezamos a convivir.

Cómo es su vida de «primera dama» de Escobar
–Los políticos suelen estar bajo la lupa de todos ¿Cómo lo vivís vos?
-Sí, están y estarán siempre bajo la lupa de cualquier crítica u opinión y creo que las parejas mucho más. Obviamente ya han pasado varios años y lo vivo con normalidad. Estar al lado de una persona que tiene muy buena imagen y que ha tenido buena gestión, que tiene una vida organizada, prolija, eso me dio y me da mucha tranquilidad a la hora de mostrarme y caminar junto a él.

-¿Cómo es Ariel como pareja, o en la intimidad familiar? Porque todos lo conocen por su rol de intendente.
-Es muy romántico, muy detallista. Durante nuestros primeros años recuerdo que todos los lunes me llevaba rosas blancas a mi casa, que son las que me gustan. Es como esos amores de la vieja escuela: me abre la puerta del auto, me corre la silla, siempre me pregunta cómo estoy, qué necesito, nunca se olvida de ninguna fecha, es muy, muy romántico y es lo que más me enamora de él. Es el hombre que yo quería para mí. Y, además, es un padrazo, un padre muy presente.
La familia ensamblada que lograron formar
-Ya son adolescentes los hijos de él, ¿no?
-La más chica tiene 14, la otra 16 y el más grande de 23. Es muy papá, muy presente con ellos. Siempre, más allá de todo el trabajo que él tiene, se hace un espacio para compartir con ellos. Con ellos, conmigo y momentos en familia. Tenemos una buena relación entre todos, basada en el amor y el respeto que fuimos construyendo en forma familiar e individual. Son chicos tranquilos, súper inteligentes. Con cada uno tenemos momentos: momentos individuales, momentos en los que somos dos, tres, cuatro o que estamos todos.
-Una linda relación.
-Sí, tenemos una relación muy linda, basada en mucho respeto y en mucho cariño. Desde el primer momento él me dio un lugar en esta familia y así la fuimos construyendo. Con cada uno fui generando ese vínculo especial y hoy tenemos una relación bárbara. Con su hija más chica, además, hablamos de ropa, las voy a buscar al colegio, si estamos en una fiesta bailamos juntas, cuando viajo les compro ropa. Tenemos realmente una relación muy linda que yo jamás imaginé. Todo se dio genuinamente. Y de hecho ellos viven con mucha más emoción la boda.

-¿Qué te dicen del casamiento?
-Están muy ansiosos con el casamiento, están preparando todo con nosotros y viven la previa con mucha emoción. Lo siento como un logro, porque verlos ahí con esas ganas de vernos casar, es hermoso.
-¿Te gustaría ser mamá en algún momento?
-Acá son muchos hermanos ya, no estamos necesitando más integrantes en la casa (risas). Tenemos hasta una perrita que compartimos con todos, así que por el momento no. Acompaño mucho a Ariel, así que cualquier evento o viaje que surge yo agarro mi valija y me subo con él al avión, dejó todo organizado en mi trabajo inmobiliario y también en el centro de adopción de mascotas que tengo, entonces esa dinámica no me permitiría de momento asumir esa responsabilidad.
-¿Cómo surgió la idea de tener un centro de adopción de mascotas?
-Tenemos una perrita salchicha llamada Ema, que es parte de la familia y la amo. Y justamente fue por ella que yo inicié mi centro de adopción.