ECONOMÍA
Donal Trump y su mejor empleado argentino
EnOrsai // Miercoles 30 de julio de 2025 | 09:19
Proyecciones, política y campaña: La sonrisa del FMI sobre Milei en año electoral
Un respaldo millonario en pleno año electoral
El reciente informe del Fondo Monetario Internacional, que sostiene una proyección de crecimiento del 5,5% para el PBI argentino en 2025 y una inflación en baja, no sólo levantó cejas en la city: encendió el radar de los analistas que observan con desconfianza el timing de este espaldarazo a Javier Milei. A semanas de una elección que puede definir el rumbo del país, el FMI volvió a poner paños fríos sobre la crisis con un pronóstico optimista—tan optimista que ni los propios consultores locales terminan de creerlo.
Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del Fondo, habló de una “fuerte recuperación sostenida en la confianza, el crédito y los salarios reales”[1][4][5][10], frase que cayó como anillo al dedo al discurso oficialista. Pero ¿de dónde nace tanto entusiasmo y, sobre todo, a quién sirve?
¿Un “milagro argentino” planificado en Washington?
Las proyecciones del Fondo tienen componentes técnicos y, en años extraordinarios, políticos. Como recordó la economista Marcela Cristini (FIEL): “El saldo de comercio ha sido históricamente favorable a EE.UU.”, pero dentro del FMI, la voz de Washington siempre pesa más en decisiones que afectan a aliados regionales[12]. No es casualidad que, como han sugerido think tanks estadounidenses y medios internacionales, Milei se haya transformado en el “aliado más cercano” al gobierno republicano[17], coincidiendo con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y el endurecimiento global de la geopolítica del dólar.
Un repaso al pasado inmediato lo deja claro: en julio, la propia Kristalina Georgieva se mostró en conferencia de prensa con el pin de la “motosierra” mileísta, y afirmó que era “muy importante no abandonar la voluntad de cambio” en la Argentina durante el proceso electoral[14]. Las cifras del Fondo, entonces, parecen menos un reflejo de una mejora real y más un pulgar arriba político para incidir en un ciclo electoral regional que mira atentos desde Wall Street hasta la Casa Rosada.
El optimismo del FMI bajo la lupa de la prensa especializada
La prensa económica local, incluso la más tradicional, pone en duda la solidez de los números del Fondo. Página 12 y Clarín señalan que buena parte del “crecimiento” proyectado surge de efectos estadísticos tras una recesión brutal, con sectores como la industria y las pymes todavía en crisis[1][18]. Consultoras como Invecq coinciden: “El crecimiento neto real sería de apenas un 1%. La economía cerraría 2025 en niveles similares a los de fines de 2024”[6][13]. En otras palabras, el “boom” sería poco más que un rebote técnico—suficiente para titulares de campaña, pero lejos de un cambio estructural que mejore la vida concreta de la mayoría.
Incluso la directora del FMI, Georgieva, debió matizar el mensaje ante la prensa internacional: “Las elecciones son para los argentinos, no para nosotros”, declaró, pero a la vez instó a mantener el plan de reforma en los meses críticos de la campaña[9][14].
Trump, el dólar y el pacto con Milei: ¿qué se negocia realmente?
Diversos periodistas económicos han señalado además el peso del lobby estadounidense, con Trump en la Casa Blanca reactivando su agenda de presión sobre aranceles y flujos de capital globales. El acuerdo con el FMI no es ajeno: un empréstito suplementario de 20.000 millones de dólares aprobado en junio posiciona a la Argentina como el mayor deudor neto del Fondo, muy por delante de Ucrania[14]. Analistas internacionales observan que un eventual triunfo de Milei consolidaría la influencia de EE.UU.—y de Wall Street—en el futuro económico argentino, mientras se refuerza la narrativa de que el ajuste extremo es “el único camino posible”[7][14].
Las proyecciones del Fondo sirven así como un balón de oxígeno político para la continuidad del gobierno, reclutando a consultoras, economistas afines e incluso portales extranjeros a la causa del optimismo. Pero la realidad en las calles y los comercios—de caídas en ingresos y consumo, listas de despidos y un horizonte de deuda más abultado que nunca—no se desdibuja con comunicados de prensa.
Conclusión: Proyecciones a medida, sociedad en ascuas
El operativo optimismo del FMI llega en el momento justo para reforzar al oficialismo de Milei de cara a unas elecciones cruciales. Es difícil concebir que el Fondo actúe ajeno a la agenda política global, cuando sus propios voceros admiten el impacto que estas “mejoras” pueden tener en la confianza de los mercados—y también en los votantes. Mientras los gobiernos poderosos juegan su partida, la sociedad argentina vuelve a quedar rehen de cifras for export y narrativas de campaña que poco tienen que ver con la vida real.
Las proyecciones internacionales pueden maquillar el presente, pero no tapar el descontento ni los desafíos reales que quedan por delante.