Analistas advierten que, pese al alivio financiero tras las elecciones, el consumo de los hogares continuará débil en los próximos meses. Crece el endeudamiento y la tendencia al ahorro desplaza el gasto en bienes.
La economía familiar continúa bajo presión y las perspectivas para los próximos meses no muestran señales de un repunte inmediato del consumo. Aunque el resultado electoral generó cierto alivio en los mercados y abrió la posibilidad de reactivar el crédito, los especialistas anticipan que “no habrá un boom de ventas” y que la recuperación del consumo será lenta.
Según Ecolatina, las familias duplicaron su deuda con el sistema financiero en el último año y medio, alcanzando en promedio los $2,8 millones por hogar. Este aumento vino acompañado por un incremento de la morosidad, que alcanzó su nivel más alto en 15 años. “El endeudamiento con tarjeta fue una estrategia defensiva para sostener el consumo previo al cambio de gobierno”, explicaron desde la consultora Vectorial.
El director de Ecolatina, Federico Moll, señaló que en los últimos dos años cambió la forma en que los hogares utilizan sus ingresos: destinan más al ahorro y menos al gasto en bienes y servicios. En noviembre de 2023, los hogares ahorraban el 6,2% de sus ingresos, mientras que ahora ese porcentaje subió al 16,6%.
En este contexto, Moll anticipó que los efectos de las reformas económicas no se verán a corto plazo: “La victoria electoral puede mejorar las condiciones para avanzar con leyes que reduzcan el costo argentino, pero no tendrá impacto inmediato sobre los ingresos y el consumo”.
Por su parte, desde la Cámara Argentina de Comercio (CAC) coinciden en que, si bien habrá mayor certidumbre, la recuperación será gradual. “El consumo es el componente más importante de la demanda agregada. No habrá un boom, pero esperamos que siga creciendo en 2026 si la economía acompaña”, señaló Matías Bolis Wilson, economista jefe de la entidad.
De momento, los analistas coinciden en que el crédito crecerá y los bienes durables serán más atractivos que el consumo masivo, mientras las familias continúan priorizando el ahorro y el pago de servicios básicos frente al gasto cotidiano.





