Que la mitad de los alumnos de tercer grado no entiende lo que lee ya se viene diciendo desde hace años en la Argentina. Pero ese dato -que impulsó una campaña a favor de la lectura y un Plan Nacional de Alfabetización- era relativamente viejo. Era del último estudio de Unesco, que se hizo en 2019.
Ahora por fin hay un dato nuevo. Surge del nuevo operativo Aprender, que el año pasado midió el rendimiento de lectura en 3° grado de los alumnos de todo el país, y cuyos resultados fueron presentados este lunes por el Gobierno nacional.
¿Qué encontraron? Que todo sigue más o menos igual: más de la mitad de los alumnos (55%) no alcanza los logros esperados en lectura para el 3° grado que están cursando. Aunque hay un dato alentador, según el Gobierno nacional: el 25% de los estudiantes está en camino de lograrlo.
La nueva prueba Aprender ofrece otros hallazgos: por ejemplo, que la diferencia en el rendimiento lector entre los alumnos más ricos y los más pobres es muy grande: mientras que 7 de cada 10 chicos de los sectores altos (66,8%) logra los objetivos, entre los más pobres solo lo alcanza 3 de cada 10 (32%).
Esta brecha seguramente explica, en buena medida, la gran diferencia de rendimiento lector que hay entre los alumnos de escuelas estatales y privadas. En las estatales entiende textos acordes a su edad el 39% de los alumnos de tercer grado. En las privadas, en cambio, lo hace el 62,4%.
También hay sorpresas. Formosa es la provincia que mostró mejores resultados (63,6%), seguido por Córdoba (58,8%)y la Capital Federal (55,5%). Los de peor resultados fueron Chaco, San Juan y Neuquén, aunque esta última con baja participación de escuelas.
Un operativo distinto
Bajo el nombre “Aprender Alfabetización”, el nuevo operativo forma parte de un conjunto de acciones del Plan Nacional de Alfabetización, que el Gobierno nacional lanzó el año pasado. El objetivo central es que todos los alumnos del país terminen tercer grado entendiendo lo que leen.
Para llegar a ese objetivo, cada provincia presentó su propio plan. Por lo visto, el desafío es grande.
Desde el Gobierno dijeron que el nuevo Aprender -hasta ahora se aplicaba solo en los últimos años de la primaria y la secundaria-, persigue tres objetivos principales.
El primero es establecer un diagnóstico de las habilidades lectoras de los alumnos.

El segundo, que los resultados informados este lunes funcionen como el punto de partida del Plan de Alfabetización. A partir de ahora, la prueba será tomada cada dos años, y entonces se podrá ver la evolución de la lectura y si el Plan está funcionando. El próximo operativo será tomado en 2026.
Y el tercer objetivo es mejorar la metodología con la que se toma esta prueba. Para eso, hicieron un nuevo enfoque que, dicen, está alineado con los estándares de la prueba PISA. Y redefinieron la forma en que agrupan las habilidades adquiridas por los alumnos, ahora en 6 niveles de desempeño, que son los siguientes:
En “lector incipiente” ubican a esos alumnos que ni siquiera fueron puntuados, porque contestaron menos del 50% de la prueba. Como nivel 1, a los alumnos que se están iniciando en la lectura de textos simples (pueden detectar solo palabras sueltas). En el nivel 2 van los alumnos que comprenden textos simples e identifican información literal.
Ya en el nivel 3 están los alumnos que comprenden textos complejos en forma literal y se están iniciando en la comprensión inferencial y reflexiva. Estos alumnos son los que están más cerca de llegar a los objetivos de lectura planteados para tercer grado.
Los niveles 4 y 5 son los alumnos que logran los objetivos. En el nivel 4 van os alumnos que comprenden textos complejos en forma literal, pero también inferencial y reflexiva. Y en el nivel 5 aquellos que, además de eso, logran establecer inferencias complejas.
En conferencia de prensa, la subsecretaria de Información y Evaluación Educativa, María Cortelezzi explicó que esta forma de diferenciar las habilidades lectoras es útil para determinar la intervención pedagógica que se hará en cada grupo.
Por ejemplo, aquellos que están en el grupo 3 (que están en camino a lograr los objetivos) necesitan de una acción remedial para que lleguen a leer de acuerdo a su edad. Los otros necesitarán una intervención más dedicada.
Mucho celular, poco libros
El operativo “Aprender Alfabetización también incluyó cuestionarios de contexto, para entender las razones que benefician y o perjudican la lectura. Un dato que llama mucho la atención es que 6 de cada 10 chicos de 10 años (59,8%) tiene celular propio y otro 23,2% no tiene celular propio, pero usa el de sus padres. ¿Cómo impacta esto en la lectura? Aun no se sabe.
Con respecto a los libros, los funcionarios de la Secretaría de Educación encontraron que en 2 de cada 3 escuelas hay bibliotecas, pero la proporción es mayor en las escuelas estatales. Y que los estudiantes de las escuelas estatales tienden en mayor medida a llevarse libros a sus casas. La posible explicación, dicen, es que esto se debería a que sus casas disponen de menos libros.
Llama la atención, entonces, que el Gobierno haya discontinuado, el año pasado, el plan de distribución de libros a las escuelas. Clarín preguntó si este año lo van a retomar, en el marco del Plan Nacional de Alfabetización como habían anunciado. Desde el Gobierno dijeron que están terminado de comprar los libros.
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