Luego de que se dieran a conocer los datos de la autopsia de la pareja, que reveló que la esposa de Gene Hackman murió una semana antes que el actor de Hollywood, mientras el propio Hackman convivió con su cuerpo hasta que finalmente pereció por causas naturales, se suma el testimonio del albañil que encontró los cuerpos sin vida en la mansión de Santa Fe.
Es que aunque la muerte de la pianista fue repentina e inevitable, el hombre que supo trabajar con la pareja señaló que la muerte del dos veces ganador del premio Oscar podría haberse prevenido.
Si bien por el estilo de vida aislado de Gene Hackman su repentina desaparición del pueblo donde vivía con su pareja no llamó la atención de sus amigos o familia, fue Jesse Kesler, quien fue el albañil de confianza de la pareja por 16 años, el que notó algo raro.
En diálogo con Fox, el hombre que llamó al 911 para reportar la muerte de Hackman y Betsy Arakawa confesó que una negligencia evitó que se salvara la vida del actor.
Sobre esa línea, Kesler reveló que intentó organizar una revisión de bienestar en la casa de los Hackman después de no saber de Arakawa por dos semanas tras haber hablado con ella «cada tres días»: «Sabíamos que algo andaba mal», aseguró.
Sin embargo, el trabajador remarcó sobre el principal obstáculo que impidió llevar a cabo dicha revisión: necesitaba la autorización de un familiar y no recibieron respuesta. «Estábamos en proceso de contactar con un familiar y estaba tardando demasiado«, recordó.
Tras dicha demora, el albañil de la pareja confesó que terminó entrando por su cuenta a la mansión de Nuevo México y descubriendo los cuerpos: «Finalmente, vi al guardia de seguridad, y fue entonces cuando entramos él y yo».
En declaraciones al Daily Mail, Kesler indicó que hubiese deseado haber entrado antes ya que «quizás hubiera podido salvar a Gene o al perro», en referencia a la mascota Hackman que murió por inanición tras no ser alimentada.
El testimonio del albañil llega luego de que se conociera que la estrella de Hollywood dejó afuera de su testamento a sus tres hijos, motivo por el que ya se encuentran consultando con abogados para evitar que la cuantiosa fortuna del actor vaya a parar a la beneficencia.
Cómo fueron los últimos años de Gene Hackman: lejos de Hollywood y “su sociedad creativa”
Cuando Hackman decidió retirarse de la actuación en 2004 –su último papel fue en Welcome to Mooseport–, la pareja se dedicó a disfrutar de una vida tranquila en su mansión en Santa Fe. Gene se volcó a la escritura, publicando varias novelas, mientras Betsy lo acompañaba en cada nuevo desafío. Juntos compartieron su amor por la lectura y la música.
A medida que Hackman envejeció y su salud comenzó a deteriorarse debido a un Alzheimer avanzado, Betsy asumió un rol fundamental como su protectora y cuidadora. También seguía su dieta y hasta organizaba los partidos de golf con sus amigos. Pero en la condición terminal de la enfermedad en las que se encontraba el actor en el último tiempo, el aislamiento terminó siendo una trampa mortal.
Barbara Lenihan, amiga de la pareja, contó cómo era su reservado estilo de vida. Tanto es así que Arakawa muy ocasionalmente usaba el celular y prefería comunicarse por mail. “Estaban realmente solos, pero así era como querían vivir”, recordó Allin, una vecina de la pareja, que recalcó que Hackman repetía que habría muerto “hace mucho tiempo” si su mujer no se hubiera ocupado de él.
Su decisión de llevar una vida privada fue clave en la longevidad de su relación. Optaron por mantenerse alejados de los flashes y las polémicas de Hollywood, construyendo un mundo propio en el que la fama no tenía cabida.
En una entrevista de 2009 con la revista Empire, Hackman mencionó que disfrutaban de noches sencillas viendo comedias en la televisión y alquilando DVDs de películas independientes. «Historias mínimas» que eran un verdadero deleite para ellos.
En sus años finales, Hackman expresó en raras apariciones públicas cuánto valoraba la vida que había construido con Betsy: «La felicidad, al final, no está en la fama ni en la carrera. Está en la persona con la que compartes cada día«.
Según sus allegados y familiares, ambos disfrutaban de hacer yoga y pilates. Pero en el último tiempo, antes de su agónica partida, aseguraron que “hacía meses” que no tenían noticias de ellos.
