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viernes, septiembre 5, 2025

«Puentes de saber para transformar las vejeces” 28 y 29 de agosto – Mar del Plata

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Tuve la enorme oportunidad de participar del XXI Congreso Argentino de Gerontología y Geriatría, que este año se llevó a cabo en el Hotel Sheraton de Mar del Plata. Fueron dos jornadas intensas, llenas de charlas, conferencias, simposios y exposiciones que reunieron a la comunidad científica, profesionales, técnicos y funcionarios de distintos puntos del país.

Lo que más me impresionó fue la variedad de temas y miradas. Desde la vacunación y la nutrición, hasta la innovación en residencias de larga estadía, pasando por los nuevos modelos de atención centrados en la persona y los abordajes de la salud mental. El congreso fue un abanico de propuestas que confirman cuánto está creciendo y diversificándose la gerontología en Argentina.

Un tema que despertó gran interés fue la incorporación de la inteligencia artificial. Se planteó como una herramienta que ya está presente en el mundo, y que nos invita a reflexionar sobre sus alcances, sus riesgos y, sobre todo, su límite frente a lo humano. La Dra. Graciela Zarebski (psicogerontóloga) lo expresó con claridad: una longevidad saludable necesita no solo tecnología, sino también inteligencia emocional, autocuidado, autoindagación y capacidad de reinventarse.

Otra cuestión que me conmovió fue escuchar cómo se trabaja para atender la soledad no deseada. La depresión y hasta el suicidio aparecen muchas veces como consecuencia de no sentirse parte, y eso nos obliga a buscar soluciones desde distintos campos: lo ambiental, lo social, lo psicológico y lo comunitario.

En ese sentido, sentí muy esperanzador ver experiencias como los “clubes online” que nacieron tras la pandemia, o el voluntariado en mayores de 60 años que, lejos de la pasividad, aportan saberes, tiempo y solidaridad para acompañar a sus pares.

El congreso también dejó lugar para pensar en lo que aún nos falta: comunicar mejor la diversidad de las vejeces, revisar estereotipos, dar voz en primera persona y construir un imaginario social más justo y real de la vejez.

No faltaron las alertas sobre el impacto del cambio climático, que afecta con fuerza a las personas mayores: golpes de calor, insolaciones y riesgos que nos obligan a pensar en medidas de prevención, como los llamados “refugios climáticos”.

Y hubo espacio para la esperanza, también desde la ciencia. La neurociencia mostró que, aun en la adultez, el cerebro sigue creando nuevas neuronas. La actividad física, los vínculos y un ambiente enriquecido pueden acelerar este proceso. Es decir, nunca es tarde para seguir aprendiendo y cultivando una buena vejez.

Volví de Mar del Plata con muchas preguntas, nuevas ideas y la certeza de que espacios como este son fundamentales para seguir construyendo puentes de saber y transformar las vejeces en Argentina.

Pienso en mis sueños…

Vicente Capuano
Columnista e integrante
de El Club de la Porota

¿En qué pienso?, me pregunta esta inoportuna máquina. Pienso en mis sueños. Pienso en los años vividos; en mis grandes amores, a los que nunca renunciaría a volver a vivir; pienso en mis amigos; en mis seis hijos (grandes y ya no tan grandes); en mi hermano ya fallecido; en mis nueras, en mi yerno y en mis nietos.

También pienso en mis suegros, en mis sobrinos y en mis cuñados. Pienso en mis compañeros de trabajo, actuales y anteriores, en mis nuevos compañeros; pienso en mis maestros y en las casas de estudio que me cobijaron durante tantos años. En mis amigos de la APFA (Asociación de Profesores de Física de la Argentina) y, finalmente, pienso en mis sueños: en los que se cumplieron y en los que todavía esperan cumplirse.

Decía que pienso en mis sueños. Sí, porque aún hoy son los que me acompañan, los que me mantienen vivo y trabajando para que se hagan realidad. Claro que ya no son los de hace cincuenta años. Ya no sueño con ser un crack del fútbol y llegar a jugar como Corbatta o Perfumo (sí, soy hincha de Racing). Ya no sueño con componer y cantar como Paul McCartney, Víctor Heredia, Joan Manuel Serrat o Bob Dylan. Tampoco con encabezar revoluciones como la cubana, o con ser como el Che, o con promover movimientos sociales como el Mayo francés del 68.

Ni con superar la Odisea de Ulises y tensar el arco como él para quedarse con el amor de Penélope, o con tener la valentía y genio de Aquiles para enfrentar al más gigante de los guerreros. Y, finalmente, tampoco sueño con un Nobel.

Pero tengo otros sueños. Y creo que fue positivo haber tenido los de antes. Porque soñar con ser el mejor —o al menos con ser bueno en lo que uno hace— nos lleva a intentar mejorar. Y eso nunca es menor.

Hoy sueño con poder ayudar a los más jóvenes, haciendo bien mi tarea profesional aunque ya me haya jubilado. Sueño con escribir sobre mi pasado y mis experiencias, especialmente en el terreno de la educación científica, aunque también me animaría a otros campos.

Sueño con ayudar a crecer a mis hijos, nietos y sobrinos, sobre todo a los más pequeños. Sueño con que poco a poco vayamos logrando un país más justo; con una sociedad más tolerante, donde se expresen menos desigualdades, sobre todo las económicas.

Y, finalmente, sueño con mantener viva la llama de los sueños. Porque son ellos los que le dan sentido a mi vida. Como dice el Negro Víctor Heredia, en esos versos que resuenan fuerte en mí al pensar en mi paso por este mundo: “Pasaré como el toro, con los ojos bravíos.”

Vuelve la Geromasterclass!

Con mucho orgullo y alegría anunciamos una nueva edición de la Geromasterclass Regenerativa, que se realizará los días 19 y 20 de septiembre de 2025, en modalidad online. La propuesta invita a reflexionar y accionar en torno al envejecimiento y la longevidad desde una mirada crítica, actual y humana. Serán dos jornadas de formación virtual con materiales de apoyo, cuadernillo de trabajo, certificado de participación y la posibilidad de integrarse a una comunidad de intercambio.

En esta edición contaremos con la participación de Miguel Ángel Vázquez Vázquez (geriatra y gerontólogo español), Lukas Esquivel (director de Fuerza Mayor) y Verónica Gamez (directora de la Escuela Kumelen). La coordinación general estará a cargo de Sol Rodríguez Maiztegui (comunicadora social, gerontóloga y creadora de El Club de la Porota) y María José Bustos (docente universitaria e integrante del equipo de El Club de la Porota). Las inscripciones ya se encuentran abiertas y cuentan con una bonificación especial: $72.000 en lugar de $80.000.
Más información e inscripciones en la línea de WhatsApp +54 9 3513 26-0243.

Redacción

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