Puig Brands, la empresa de “belleza premium”, ha encajado hace pocos días un golpe a sus aspiraciones de escalar en el ranking mundial de las empresas de belleza, perfumería, cosmética, cuidado de la piel y moda de lujo. La firma presidida por Marc Puig mantuvo conversaciones “maduras y avanzadas” hasta el último momento para hacerse con la división de perfumería y belleza de Kering, la sociedad francesa especializada en joyería, moda y marroquinería. Un plan que habría permitido a Puig sortear su negativa evolución en bolsa y dar un salto de gigante para competir con los más grandes del sector. Aspiración punzante de una de las sagas más conocidas de la burguesía catalana.
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