Michael Kimmel es un sociólogo de los Estados Unidos especialista en temas de género. En una entrevista que le hicieron hace ya unos años en el Women’s Center Media (una organización fundada por, entre otras, Jane Fonda en 2005) realizaba un análisis sorprendente sobre la amistad hombre-mujer.
Señala que cuando empezó a dar clases aproximadamente la mitad de sus alumnos decía que tenía un amigo del otro sexo. Luego, con el tiempo, fue casi un 100 %. A la vez todos reconocían que la amistad de las mujeres era más afectiva, que había que “hablar de los sentimientos todo el rato” y que la de los hombres parecía más convivencial, estar juntos y relajarse.
Según Kimmel, “la razón por la que mujeres y hombres ahora son iguales es porque las mujeres han llegado al nivel de los hombres, en lugar de que los hombres hayan llegado al nivel de las mujeres. Creo que lo realmente complicado de esto es que parece igualdad de género, pero no lo es”. Vale preguntarse si las mujeres están renunciando a algo para ser parte del mundo masculino.
Parece un enfoque novedoso porque en los últimos años se ha hablado mucho de que los varones han potenciado su lado sensitivo y se atreven a hablar más de lo que sienten. Es posible, pero a la vez las mujeres también aprendieron a “masculinizar” sus encuentros y a tener relaciones más livianas, sin tanta “confesionalidad”.