Cada vez hay una mayor producción editorial que cuestiona el pasado e imagina el futuro del amor. Desde besos robóticos, hasta ideas de un mundo egoísta, distintos libros recientes y los que persisten exponen sus inquietudes sobre el sentimiento más movilizador de los seres humanos. Si bien su esencia permanece, el significado actual, ya sea en la literatura, el cine, la filosofía, entre otros campos, no es el mismo que el del siglo anterior. Claro está que sigue habiendo novelas que respetan los conceptos clásicos del amor, pero sobran libros que plantean una mirada diferente a las ya conocidas.
Con perspectivas innovadoras, la ficción y el ensayo lograron replantear los lugares comunes del amor porque, como dice la psicoanalista Alexandra Kohan, “no por muy transitados son verdaderos”. La literatura es una de las grandes formas de expresión que está constantemente dibujando nuevas figuras del amor y del romance más bien tradicional. A través de sus géneros, escritores contemporáneos invitan al lector a repensar diferentes manifestaciones.
Lejos está la transformación del concepto del amor del fin de su existencia. Sucede que se resignifica constantemente y se moldea a los desafíos de la realidad pero, como supo demostrar, su naturaleza y esencia se mantienen.
Un mundo narcisista
En octubre del año pasado, el psicoanalista y psiquiatra José Eduardo Abadi, junto a las psicólogas Patricia Faur y Bárbara Abadi, publicaron El amor en tiempos de odio. A lo largo de este libro, los profesionales de la salud analizaron la “complejidad creciente” en la que se ve sometida el amor actualmente. “Cuesta sostener los vínculos, hay una excesiva intolerancia y una gran dificultad para trabajar las relaciones”, plantean en su análisis.
Según los psicoterapeutas, la sociedad se convirtió en un espacio egoísta, narcisista y cruel, que se interpone cada vez más en el camino del amor. “La falta de empatía se vuelve evidente en las relaciones afectivas, desde la pareja y la familia hasta los gobiernos”, escriben.
Este mundo egoísta también atenta contra la comunicación, que siempre fue una de las herramientas más importantes para sostener cualquier tipo de vínculo. Con la llegada del mundo digital, los escritores creen que el amor -ahora digital- se ve amenazado por la carencia de sentido a la que llegó la comunicación. “El amor, en todas sus formas, está en problemas”, concluyen y dejan un gran interrogante para seguir desmenuzando.
Besos digitales
En un plano similar, pero con un enfoque futurista, Matías Moscardi y Andrés Gallina escribieron en conjunto Museo del beso. Un recorrido por la historia del arte de besar de la antigüedad a la era digital. A lo largo de sus 185 páginas, el lector puede sumergirse en un viaje que atraviesa desde el primer beso de la humanidad hasta una posible máquina de fabricar besos.

Entre los conceptos más interesantes que plantea este museo libro está la idea de los besos robóticos. Haciendo referencia a la revolución industrial, y la amenaza que significaron las máquinas en aquel entonces, Moscardi y Gallina destacan la foto del magnate Elon Musk besandose con un robot de rostro humano. “En lo que parece la fundación de un nuevo tipo de interracialidad”, plantean.
En esa misma línea, los escritores explicaron: “Se trata de un beso tenue pero políticamente libidinoso, en el que la figura femenina sigue situada en el mismo siglo XIX: representada como una máquina. Pero ya no se trata de una máquina amenazante o demoníaca, es una máquina amante, sometida por medio del beso al control sexoafectivo de su creador”.
A modo de conclusión, agregaron: “El control político y económico del capitalismo avanzado revela su costado afectivo: es por medio del beso que se conquista el universo tecnológico. ¡Los déspotas son carismáticos con las máquinas!”.
Derribando mitos
La narradora y ensayista argentina Tamara Tenenbaum también se abrió al universo romántico para cuestionar aquello ya escrito. A través del ya clásico El fin del amor (Editorial Planeta), se propuso crear un nuevo escenario: “El matrimonio o la pareja monógama ya no son un objetivo de vida y es una herramienta para la destrucción creativa del amor romántico y los postulados que lo sostienen, para que de sus cenizas salga un amor mejor, que haga más libres a hombres y mujeres en sus vínculos”.

Tenenbaum propone “celebrar el fin del amor romántico y proponer la erotización del consentimiento”. En este marco, aborda temas como el valor de la amistad, el poliamor, la maternidad como elección, la soltería deseada, las aplicaciones de citas y las parejas abiertas.
La periodista Flor Montfort lo define como: “Un ensayo urgente sobre la intimidad de quienes ya no pueden ni quieren volver sobre sus pasos pero están creando, mientras este libro se publica, nuevos modos de amar, desear y vivir a la morosidad”.
Una carencia colectiva
Igual sucede al norte del continente americano, en donde la reconocida feminista estadounidense bell hooks resignifica distintas cuestiones del amor, pero desde una mirada más bien colectiva y social.
En el libro Todo sobre el amor (Paidós), hooks “ofrece un replanteamiento del amor propio (sin narcisismo) que aporta paz y compasión a nuestra vida personal y profesional, y defiende la importancia del amor para poner fin a las luchas entre individuos, comunidades y sociedades”. Si bien el libro es de 1999, la autora explora y desarrolla conceptos totalmente vigentes.
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A partir de su propia experiencia, hooks (fallecida en 2021) definía el amor como una herramienta de poder social. “Me sorprendió descubrir que el mundo en el que vivía, el mundo del presente, ya no era un mundo abierto al amor. Todo lo que el entorno me comunicaba parecía confirmar que la ausencia del amor estaba al orden del día”.
Y con la importancia y poder que le da al amor, bell escribió: “Al actuar de este modo nos arriesgamos a entrar en algo semejante a un desierto de espíritu, y puede que nunca encontremos el camino de vuelta. Escribo sobre el amor para llamar la atención sobre los riesgos de esta actitud”.
En busca de la libertad
Una idea que se frecuenta cada vez más es la de la libertad en contraposición con el amor tradicional. Con la insatisfacción amorosa y el deseo sexual como punto de partida, la guionista española Henar Álvarez publicó Ansia. En este libro, se pone en juego las cosas que escapan a la relación monogámica estándar, junto con los parámetros de belleza que sofocan a las mujeres. Tras sentirse atascada en su matrimonio, la libertad de Natalia empieza una vez que “comienza a dar rienda suelta a su lujuria y sus instintos más bajos”.
“Nos brinda una lúcida reflexión sobre lo que implica ser hoy una mujer libre, errática e imperfecta, sin necesidad de ser castigada por sus excesos ni pagar caro el precio de su libertad”, se dijo sobre este libro.
Contra la exclusividad sexual
De manera similar, la escritora Brigitte Vasallo cuestionó los parámetros de los vínculos monogámicos y escribió el libro El desafío poliamoroso: por una nueva política de los afectos. Según la poeta y narradora Gabriela Borrelli Azara, “la perspectiva amorosa de Brigitte Vasallo es feminista, decolonial, personal y política, abre siempre la conversación y nos invita a pensar nuestra época desde los afectos”.

“Sostiene que la trama de la monogamia no es tanto la consolidación de la exclusividad como la jerarquización de los afectos que potencian vínculos cerrados, competitivos y confrontativos que aíslan, empobrecen nuestro mundo y producen dolores evitables y violencias irreversibles”, explicó la poeta Silvina Giaganti.
De igual manera, Mariana Komiseroff plantea que este libro “evidencia que la exclusividad sexual es solo una de las violencias en la jerarquización de las relaciones”.
El amor utópico
A través del libro El día que aprendí que no se amar, la escritora mexicana Aura García – Junco se propuso explorar el lado b del amor convencional. Ese universo negativo y destructivo del que nadie habla.
«En el fondo se nos educa para aspirar a una utopía: al día en que finalmente descubramos el Amor Verdadero y encontremos a nuestra media naranja. Pero la fantasía del amor romántico, lejos de ser la eterna felicidad que nos promete, es el origen de muchas de nuestras miserias, y está atravesada por expectativas que conjuntan contexto político, cultural e historia personal», escribió.
Según García – Junco, existen ciertos patrones sociales que «mantienen a la sociedad dividida en un binarismo violento que cosifica al otro y nos impide crear expectativas más realistas y relacionarnos con un humano, y no con un ente abstracto en nuestra imaginación».
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Estos libros son tan solo algunas de las evidencias del constante replanteo del significado del amor y sus formas de manifestarse. Como escribió Alexandra Kohen en Y sin embargo, el amor (Paidós), “el amor es un acontecimiento en el decir y, a la vez, no hay saber sobre el amor: nadie podría arrogarse saber qué es el amor”.