La infancia y la adolescencia son etapas en las que se moldea gran parte de la personalidad de una persona adulta. Por eso, entender los comportamientos de niños y jóvenes resulta fundamental para los padres.
Si un niño o adolescente muestra tres o más arrebatos intensos de mal carácter, está casi siempre irritable y esto le produce problemas de desempeño en casa y la escuela, es posible que sufra de un trastorno.
Esta conducta de irritabilidad continua puede ser un síntoma del trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA), que conlleva un mayor riesgo de sufrir ansiedad y depresión en la adultez.
La terapia y, en algunos casos, la medicación ayuda a tratar la TDDEA en niños y adolescentes.

El National Institute of Mental Health (NIMH) de Estados Unidos informa que “el trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA) fue agregado al Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5) en 2013”.
Agrega que “los niños se diagnostican con trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo entre los 6 y los 10 años. Para recibir este diagnóstico, un niño debe haber tenido síntomas de manera constante durante 12 meses o más”.
A medida que los niños crecen, los síntomas pueden variar. Por ejemplo, un adolescente o un adulto joven con TDDEA puede tener menos berrinches, pero, como dijimos, comienzan a mostrar síntomas de depresión o de ansiedad.
“Los niños con este trastorno pueden tener problemas en la escuela y dificultad para mantener relaciones saludables con la familia o los compañeros. También pueden tener problemas en entornos sociales o para participar en actividades como deportes de equipo”, dice el NIMH.
En este punto conviene diferenciar entre los berrinches propios de la edad, como una reacción normal, frente a la frustración de la irritabilidad grave. Esta última es la dificultad para tolerar la frustración y produce arrebatos desproporcionados y muy frecuentes.
“Por ejemplo, cuando un padre le dice a su hijo que deje de jugar y haga su tarea, cualquier niño puede sentirse frustrado o molesto. Pero un niño con TDDEA puede volverse extremadamente molesto y emocional, y tener un arranque intenso de enojo con gritos o golpes”.

El TDDEA ha sido clasificado no hace tanto y, por lo tanto, existen pocos estudios específicos. De esta manera, los tratamientos se basan en los que han sido útiles para otros trastornos infantiles asociados con la irritabilidad, como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, el trastorno de oposición desafiante y los trastornos de ansiedad.
En este caso, el tratamiento incluye ciertos tipos de psicoterapia, como la terapia de diálogo, y, a veces, medicamentos. Los médicos pueden recomiendan llevar al niño a terapia y administrar medicamentos de manera conjunta.
Cabe recordar que la terapia cognitivo-conductual se centra en la relación entre los pensamientos, los comportamientos y los sentimientos y, a menudo, es eficaz para tratar el enojo y el comportamiento disruptivo.
A pesar de que, al menos en Estados Unidos, no hay ningún remedio aprobado para el tratamiento específico de la TDDEA, los médicos suelen indicar estimulantes, antidepresivos y antipsicóticos atípicos para aliviar los síntomas.
Los estimulantes a menudo se usan en el tratamiento del trastorno de déficit de atención con hiperactividad y las investigaciones sugieren que también pueden disminuir la irritabilidad.
Los antidepresivos a veces se usan para tratar la irritabilidad y los problemas de mal humor que pueden tener los niños con TDDEA. Un estudio sugiere que cuando se combina el citalopram con el estimulante metilfenidato, puede disminuir la irritabilidad característica del trastorno.