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lunes, junio 16, 2025

Qué fue de la vida de Virginia Da Cunha tras su paso por Bandana y por qué se alejó de todo en los últimos años: «Al principio era todo mágico, pero después se tornó insano»

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Desde que era muy chica, Virginia Da Cunha sintió una conexión especial por la música. Su mamá la anotó en clases de baile cuando tenía apenas 5 años y desde esa edad siguió explorando diferentes géneros: desde el jazz hasta el pop. Además le apasionaba escribir sus emociones, dudas o reflexiones, hasta que poco a poco su instinto por el arte se fue desarrollando.

Ser cantante no era un deseo, pero la vida le puso de frente la oportunidad de formar parte de Bandana cuando tenía 20 años y cursaba el tercer año de Comunicación Social.

«A partir de ahí todo se fue haciendo realidad a los golpes. No fue algo que realmente haya buscado o visualizado. De repente apareció y sentir que era ese el camino, y sucedió», confiesa en una íntima charla con revista GENTE a sólo días de haber protagonizado un emocionante encuentro con sus excompañeras de banda que causó furor total en los fanáticos y justo en la fecha de su cumpleaños.

Virginia Da Cunha se sumó a Bandana cuando tenía 20 años.

Su gran inspiración fue Xuxa, y recuerda que después de verla en escena, comenzó a sonar realmente en convertirse en una gran artista. «Fue ahí donde realmente me visualicé en el mundo del espectáculo y empecé a soñar con bailar, cantar, comunicar… Con ser una persona que sonríe, que expande su luz, su amor, su alegría. Así que así empezó todo», cuenta con una mirada al pasado y una sonrisa.

El lado B de la fama: ¿Qué significó ser la estrella del momento con Bandana?

Quedaste en el casting y finalmente te convertiste en una Bandana. ¿Te imaginaste en algún momento la dimensión que tendría ese proyecto?

-No, la verdad que nunca imaginé la dimensión del proyecto. Nunca tampoco aspiré a ser una persona famosa, ni una estrella pop. Y bueno, todo cobró una dimensión que ni los que armaron el proyecto tenían pensada. Se fue todo a una escala mucho más grande por diversas cuestiones, así que todo fue realmente inesperado.

Aún eras chica cuando te llegó la fama ¿Llegaste a sufrir en algún momento esa exposición? ¿O te limitaste de vivir algunas otras cosas?

-La experiencia de esos tres años de intenso trabajo y exposición me llevó obviamente a dejar todo de lado. La vida como la conocía, mis amistades, mis hábitos, mis entrenamientos, mi universidad, mis tiempos con familia. Mi vida pasó a centrarse en trabajar para Bandana, sostener eso que se había generado y al principio era todo mágico. Era aprender y aprender, absorber. Pero después se tornó un poco insano.

La ex Bandana estuvo durante 3 años en la famosa banda y confiesa haber sufrido el «exceso de trabajo» y la exposición.

-¿Insano por qué?

-Todo llevado al extremo se vuelve nocivo… Perdí mi armonía interior, perdí la conexión con la naturaleza, perdí el buen descanso, la buena alimentación. Todos los pilares que hacen al bienestar pasaron a otro plano y la prioridad era solo Bandana y estar siempre presente en todas las situaciones de trabajo. Así que sufrí en gran parte eso, el exceso de trabajo.

Eran jornadas largas, supongo.

-No había descanso porque los pequeños momentos que teníamos para salir a algún lado, eran para seguir trabajando. Porque la realidad es que la gente estaba enloquecida por nosotras, era un furor tremendo. Pero eso se calmó después, y era algo que siempre me llenaba más de energía y amor que otra cosa.

¿Cómo definirías entonces tu paso por Bandana?

-Fue una gran escuela de vida… Pero, la vida que yo llevaba libre, aventurera, de deportes extremos, de viajes, de conexión con la naturaleza y de mis tiempos, todo eso desapareció. La pude recuperar toda al terminar de formar parte de ese mundo, y de un modo mucho más consciente, con un montón de herramientas que antes no tenía.

Virginia asegura que su paso por Bandana le dejó muchas enseñanzas, y por eso al mirar atrás se siente orgullosa de su experiencia.

La vida de Virginia tras alejarse de los escenarios

Después de algunos años, decidís alejarte de ese mundo, de la fama y la exposición. ¿Cuál fue el motivo detrás de esa decisión?

-Me alejé porque necesitaba tomar perspectiva de todo lo que había vivido. Necesitaba procesarlo, necesitaba sanar muchas cosas, agradecer otras, decantar tantas experiencias vividas en tan poco tiempo. Y la verdad, me había decepcionado mucho de los medios y de cómo manejaban la información y la tergiversaban. Yo estaba estudiando en ese momento Comunicación Social y periodismo, y era muy frustrante ver cómo era ese mundo.

¿Fue ese el detonante?

-Sí. Realmente todo eso me sacó las ganas. Sentí que era algo que se alejaba completamente de la verdad y de la libertad. Lo único que buscaban era vender a costa de cualquier cosa, sin escrúpulos. Y no quise ser más el centro de atención, ser un punto de atracción a los medios. Quería tener una vida tranquila y sin todo ese circo.

¿Sentís que lo conseguiste fácilmente?

-Soy una persona de perfil bajo que busca mucho la paz y la armonía. Así que me alejé y comencé un proyecto independiente, que era todo lo que no esperaban de mí, donde pude volcar toda mi rebeldía y toda esa energía masculina que en Bandana no se vio. En aquel momento, estaba ocupando más el rol de «Barbie», pero toda esa fuerza mía, toda esa energía, todas esas ganas de romper viejos paradigmas y de abrir caminos la volqué en ese proyecto: «Virgin Pancakes«, que fue una banda de punk pop y bueno lo logré gracias a que me alejé y conecté con lo que realmente mi alma quería en ese momento decir y hacer.

La artista creó su propia banda de punk y pop, en la que tenía como objetivo hacer música con lo que pensaba y sentía.

-¿Es verdad que tras renunciar a Bandana cambiaste tu aspecto físico para pasar desapercibida?

-Sí, me teñí de morocha y me fui de viaje a Grecia. Quería volver a sentirme «nadie», quería sentirme libre, quería tener la libertad de volver a encontrar una versión mía que no se atara a ninguna limitación. quería poder equivocarme. No tener que ser modelo de nadie, volver a encontrarme… Necesitaba realmente saber qué es lo que quería, qué es lo que sentía, quién era, y para eso era muy necesario el silencio y la tranquilidad. Quería evitar que me reconozcan y lo logré con ese cambió de look. También tuvo que ver un poco con este costado rebelde punk, incluso me comencé a vestir toda de negro.

-¿Con qué versión de Virginia te encontraste en ese viaje a Grecia?

-Siempre había soñado con viajar a Grecia, porque me interesaba toda su cultura y su filosofía… y se hizo una experiencia bastante interesante. Porque me puse a trabajar en un boliche siendo una persona cero nocturna, que no toma alcohol. Venía de llenar estadios y de repente me puse atrás de una barra. Simplemente me estaba probando a mí misma, quería confirmarme que a mí no me definía un rol, sino esta capacidad de poder experimentar la vida y disfrutar en cualquier lugar al servicio de la gente o entreteniendo. Era una búsqueda muy interior, donde necesitaba probarme que yo podía ser quien quisiera. Fue una época de pura exploración.

Volviste y entraste a Sin Código. De nuevo estabas en el mundo artístico.

-Sí, volví a la exposición pero de la mano de la actuación, de algo de comedia. Me encantó y lo disfruté mucho. Fueron todos ciclos de introspección. Del silencio y de estar escondida, pasé a volver al escenario y a las luces y así sigue siendo mi vida. (Risas).

Da Cunha se fue a vivir un tiempo a Grecia y cambio su apariencia física para evitar ser reconocida y volver a tener una rutina «normal».

De irse a vivir a Mendoza a convertirse en DJ

Después de haber tenido el pico máximo de fama con Bandana, ¿con qué soñabas?

-Después de Bandana, retomé la aventura, pero con más herramientas, con más foco. Ya dejé un poco la etapa de estudio y me puse más a construir, pero con mucha libertad. Me sirvió mucho esa confianza de haber hecho más de 100 Grand Rex, de todo ese esfuerzo que nos llevó, toda esa autosuperación. Todo ese aprendizaje me hizo muy fuerte para empezar a ser una persona autogestiva, independiente. Armé mi banda, me dejé fluir en lo que iba sintiendo y no paré de generar proyectos distintos.

¿Y en qué momento te convertiste en DJ?

-La verdad es que siempre me dediqué a lo creativo de un modo completamente libre, y volví a conectar muchísimo de nuevo con la naturaleza, que es algo que siempre promuevo. Hice radio, hice teatro, hice televisión, hice música y después me convertí en DJ. Ya van 13 años que soy DJ y que compongo canciones para mis DJ sets, donde las canto en vivo y conecto mucho con la gente. Así que fueron años de muchas transformaciones, de distintos proyectos, de mucho crecimiento, de música que fue siempre mutando a la par de mi crecimiento.

Después te fuiste a vivir a Mendoza.

-¡Sí! Vivo en Mendoza hace más de cinco años. Me agarró la pandemia visitando, trabajando, conociendo a un chico y me llevó a estar seis meses conectando con la energía del lugar. Me enamoré de Mendoza y cuando volví a Buenos Aires no podía entender cómo había aguantado tantos años de mi vida exponiéndome a la aceleración, a acostumbrarse a vivir enfermo, estresado. Y fue algo que fui sanando a lo largo de este tiempo con otra forma de vida, bancándome la quietud, los silencios, bancándome estar conmigo misma. Sentí pertenecer a este lugar.

Decidió irse a vivir a Mendoza y encontró su lugar de paz. Un lugar que le permitió reconectar con su lado más creativo y convertirse en DJ.

En tus redes sociales hablás mucho del bienestar, la introspección, el amor propio…

-Ahora me siento mucho más energizada, más en paz, más inspirada, más segura, más conectada, con más claridad, con más propósito y eso hace que obviamente atraiga cosas que están en esa frecuencia y quiera compartirlas con otros. Así que me he dedicado a hacer, además de los DJ sets, en lugares naturales espectaculares. Me dediqué a crear experiencias de bienestar, donde viene gente de todo el país. Los invito a vivir parte de esa transformación que viví yo y la paz que pude recuperar viviendo acá en Mendoza.

Seguís haciendo música pero alejada de lo mediático.

-El trabajo como DJ fue espectacular desde sus inicios, hace 13 años. Pero sí, decidí mantenerme bastante alejada de lo mediático. En esta versión de mi yo artista, vale más cómo llevas adelante un clima musical, cómo aportás a un evento, a una fiesta, a una unión, a lo que sea, con la música que le cambia la vida a la gente. Fue hermoso pasar de estar siempre con proyectos de muchas personas, de muchas responsabilidades y muchas cargas, a la liviandad de moverme sola con un pendrive por el mundo. Además, me ha permitido conocer lugares alucinantes. Tengo amigos y familia en muchos lugares del mundo gracias a esta profesión.

Virginia disfruta de su carrera como DJ desde hace 13 años y asegura que encontró una manera de seguir creando música, pero ahora alejada de lo mediático.

El reencuentro de Bandana y una sorpresa para todos los fanáticos

Te reencontraste con tus ex compañeras de Bandana hace apenas unos días y el furor fue total, ¿Cómo lo viviste?

-Lo viví con muchísima emoción. Fue hermoso, fue mágico. Realmente desde que apareció la propuesta me emocionó mucho y llevó mucho esfuerzo también concretarlo, ponernos de acuerdo, conciliar distancias geográficas, etapas emocionales y demás, pero lo disfrutamos muchísimo.

¿Hubo alguna charla particular?

-Mirá. Nos dimos cuenta de que todavía hay una hermandad latente, que nuestras voces brillan y se armonizan como si nunca hubiera pasado el tiempo. Este momento nnos agarra como mujeres de la edad que tenemos, que ya queremos disfrutar las cosas y estamos muy presentes en lo que hacemos, así que fue increíble y muy sorprendente la respuesta de la gente.

Las Bandana nuevamente reunidas para la avant premiere de «Lilo y Stich».

Fue tremendo lo que se generó! Nadie se lo esperaba.

-Sí, impresionante cómo se activó la fiebre por Bandana después de tantos años, la cantidad de mensajes hermosos que recibimos durante esos días y que siguen subiéndose es algo muy emocionante. Me llenó de alegría, de amor, de ganas, de pensar en el año que viene que son los 25 años.

¿Tienen algo en mente para de alguna manera celebrar esos 25 años?

-Queremos poder regalarle a la gente una despedida, una especie de homenaje por haber sido la primera banda de mujeres en Argentina y que hemos trascendido a lo largo del tiempo. Celebrar que las canciones se siguen escuchando y que el cariño sigue latente en la gente. Así que estoy muy entusiasmada y esperando que suceda.

Redacción

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