A más de una semana del final de Gran Hermano (Telefe), Eugenia Ruíz (45) habla con GENTE sobre el inesperado lugar que ocupó en el reality show, sus primeros días de fama y cómo su paso por la casa la ayudó a redescubrir su pasión por la actuación.
Con la frescura y honestidad que la caracterizaron en el programa, la médica y actriz reflexiona sobre su historia personal y los nuevos caminos que se le comenzaron a abrir en su vida profesional. Su éxito dentro de la casa fue tal que ya fue convocada para ser panelista de la próxima edición que se llamará Gran Hermano, edición dorada.
Entre confesiones sobre su familia, su marido, con quien está hace veinte años, y su hijo de nueve, Eugenia repasa sus miedos, sueños y aprendizajes en el reality que la acercó al público argentino. Además, cuenta cómo fue la reacción de su esposo al enterarse de su participación y por qué siente que está viviendo una verdadera luna de miel.

Qué aprendió Eugenia de Gran Hermano y cómo fueron sus primeros días afuera
—¿Cómo fueron estos primeros días tras el fin de Gran Hermano?
—¡Yo estoy feliz! Tengo muy poco hate y estoy fascinada. Me siento muy querida. Aparte me estoy divirtiendo mucho yendo a los programas, sacándome fotos y hablando en streams. La estoy pasando bomba.
—¿Qué te imaginabas que iba a pasar?
—Estuve como cuatro meses y medio y no me imaginaba que iba a salir en cuarto lugar. Me sorprendí porque un montón de niños me han pedido fotos.

—¿Qué sensación te da cuando te piden fotos?
—¡Me encanta! No pensé que me iban a reconocer. El cariño de la gente es lindo y siento mucha gratitud.
—¿Qué balance te queda después de cuatro meses en Gran Hermano?
—Muy positivo. La casa me ha mejorado en un montón de aspectos. Imaginate que cocinaba Sandra que es lo más cochino que hay… Yo ahí hacía ojos que no ven, corazón que no siente. Mientras otro cocine, todo bien. Yo no pensaba cocinar ahí para tantas personas. De casualidad le cocino a mi hijo y a mi marido. Así que agradezco a Sandra por haber cocinado. Si bien tuve una época bastante belicosa, también aprendí a tener un poco más de templanza.

Eugenia reveló cuál fue la reacción de su hijo al contarle que se aislaría en Gran Hermano
—Me nombraste las cosas más lindas que te dejó, ¿hubo situaciones difíciles?
—Sí, extrañar a mi hijo. Creo que si no tenía un hijo, ganaba derecho. Él tiene nueve años. Él fue mi talón de Aquiles.
—¿Por qué?
—Me daba mucha extrañitis. No quiero ni acordarme porque me largo a llorar. Me la pasaba pensando si estaba enfermo o cómo estaba (llora). Es por eso que si lo extrañaba mucho tenía que bloquear y me ponía a pelear por boludeces. Muchas veces tuve ganas de irme, pero me convencieron de que no lo hiciera.
—¿Qué te dijo tras tu salida?
—Él estaba chocho porque volví a casa. Mucho no veía el programa por suerte porque soy muy escandalosa. Hizo bien el padre en no mostrarle tanto. Sí veía las actividades de la tarde que eran lúdicas. Mi hijo no veía la hora verme así que estaba muy feliz.

—¿Cuáles fueron los primeros planes que hicieron tras el reencuentro?
—Lo primero que hice al llegar a mi casa fue tirarme en mi cama porque no daba más. Él me trajo sus carpetas del colegio para mostrarme todo porque es re prolijo y le va re bien. Es muy inteligente gracias a Dios. También me acompañó al shopping porque necesitaba comprar ropa. Estamos haciendo salidas en familia…
—¿Y qué pensaba en esos ratitos que te veía en la tele?
—Yo creo que no entendía mucho. Estos días que salimos y la gente me pedía fotos por suerte él estaba en los jueguitos con el padre. Yo me acuerdo de escuchar a hijos de famosos que contaban que eso no les gustaba.
—¿Cómo le explicaste que ibas a estar en un reality show y que no se podían ver por mucho tiempo?
—Él me veía cuando yo miraba el programa. Fui muy fanática de las ediciones anteriores y por eso ya sabía del programa. Cuando empecé a avanzar en los castings le dije que era una posibilidad. Al principio no le gustó por la extrañitis.
—¿Mientras avanzabas en el proceso de casting pusiste en duda tu participación por él?
—Sí… Uno de los últimos casting fue por noviembre o por ahí. Yo ahí entendí que no iba a poder aguantar Navidad y Año Nuevo sin mi hijo. Por suerte quedé para la segunda tanda y entré en febrero.

Su entrañable historia de amor y la clave para una relación que lleva 20 años
—¿Hace cuánto tiempo estás con tu marido?
—Hace 20 años… Es hace mucho tiempo…
—¿Qué te dijo él cuando le dijiste que entrarías a Gran Hermano?
—Me ha apoyado siempre. Él sabe que quiero ser actriz desde que soy chica. Me conoce así.
—¿Tampoco le importaba no verte por tiempo indeterminado?
—Exacto. Lo amo y es lo más porque se la re bancó. Hizo de madre y padre porque nosotros nos dividimos todas las tareas. Hizo absolutamente todo con nuestro hijo.
—No puso ningún pero…
—No. Él estaba feliz y me alentó a ir por mis sueños. Es lo más. Se puso la 10.

—¿Te puso algún requisito antes de entrar a la casa?
—¡No! Se entregó… Él no me dijo nada. Sólo me dijo: «Sé vos». Además él no es celoso. Yo lo amo porque es un hombre seguro. Yo siempre digo que un inseguro te caga la existencia.
—¿Cuál es la clave de una relación de 20 años?
—Hay que reinventarse y aguantar. Hay que tener mucha paciencia y negociar. Si uno está veinte años por algo es…
—Bueno, hay gente que sigue en relaciones por inercia…
—¡No! Yo por inercia no hago nada. Soy muy pasional. Obviamente que tuvimos crisis y peleas, pero siempre juntos. Siempre luchamos para adelante. Jamás se nos cruzó separar nuestros caminos.
—¿Lo seguís viendo y te sigue generando cosas?
—Sí y ahora más que nunca. Él también salió re enamorado. Él ahora me admira. Siento que se está encontrando con otra persona. Estamos en una luna de miel…

De la medicina a la actuación: cómo fue el recorrido de Eugenia
—¿Por qué estudiaste medicina?
—Yo quería estudiar teatro. Todavía vivía en Santiago del Estero y mi familia me dijo que no. La medicina siempre me había gustado y me puse a estudiar. Siempre pasé todos los años diciendo «el año que viene dejo» hasta que me recibí. Yo encima era re hipocondríaca… Así que trabajé varios años haciendo medicina administrativa porque no quería ver pacientes. No puedo ver gente sufrir. Una vez que me instalé en Buenos Aires comencé a tomar clases de teatro y empecé a hacer obras en el under. Yo entré a Gran Hermano para tener más visibilidad y poder tener más posibilidades en la actuación. Esa es mi gran pasión. Además soy chismetóloga.
—En el medio de todo esto comenzaste con los videos de chismes…
—Sí, empecé en TikTok e Instagram y me empezó a ir bien. Me empezaron a seguir famosos… Haciendo esos videos me animé a ir a Gran Hermano…

—¡Y ahora vas a ser panelista!
—Sí, voy a ser panelista para el Gran Hermano que viene. No me imaginaba tener una propuesta así a tan poco tiempo de haber salido.
—Imagino que no vas a volver al otro trabajo…
—No, no… Les mando un besote gigante, pero ya está. No me imagino volviendo. Hay que remarla y tratar de mantenerme acá que es mi pasión.
—¿Te arrepentís de no haber dejado el trabajo de medicina antes?
—Todo sucede por algo… Imaginate si ahora con 45 años soy así de loca lo que hubiese sido a los 25. Los planes de Dios son perfectos.
Fotos: Rocío Bustos.