El encuentro privado entre el pontífice y el vicepresidente de Estados Unidos duró unos minutos, según el Vaticano. Vance, católico desde los 35 años, venía de reunirse con el cardenal Pietro Parolin.

Foto: Vatican News.
AFP
El papa Francisco se reunió este domingo con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en una charla que se sostuvo independientemente de las celebraciones de Pascua, según la información que ofreció el Vaticano, dos meses después de que el sumo pontífice criticara duramente la política migratoria del gobierno de Donald Trump, enfocada en deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados e incluso personas con documentos.
Este «encuentro privado» de «unos minutos» tuvo lugar «poco después de las 11:30» (hora local) en la residencia de Santa Marta, donde vive el papa en el Vaticano.
Ambos «intercambiaron sus deseos con motivo del día de Pascua», indicó la Santa Sede en un comunicado.
«Es un placer verle en mejor estado de salud», declaró JD Vance al papa argentino, según un video publicado por el Vaticano.
«Gracias por recibirme. Rezo por usted cada día. Que dios le bendiga», añadió antes de estrecharle la mano.

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El sumo pontífice hizo regalos al vicepresidente estadounidense, entre ellos unos rosarios, una corbata estampada con el escudo del Vaticano y huevos de chocolate para sus tres hijos.
JD Vance, convertido al catolicismo a los 35 años, fue recibido el sábado en el Vaticano por el cardenal italiano Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de la Santa Sede.

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En este encuentro «cordial» se abordó «la situación internacional, en particular en los países marcados por la guerra, las tensiones políticas y situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados y prisioneros», indicó el Vaticano en un comunicado.
Tensiones entre la Casa Blanca y el Vaticano
En febrero, el jesuita provocó indignación en la Casa Blanca al condenar, en una carta a los obispos estadounidenses, las expulsiones masivas de migrantes promovidas por el presidente Donald Trump, que calificó de «importante crisis».
«Lo que se construye a base de fuerza, y no a partir de la verdad sobre la igual dignidad de todo ser humano, mal comienza y mal terminará», advirtió en su misiva.
El vicepresidente estadounidense, un ferviente católico, quiere hacer de su país un baluarte de los valores conservadores limitando drásticamente la inmigración.
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