Hollywood está acostumbrado a amistades estratégicas, alianzas promocionales y vínculos que existen mientras dura una película. Hasta ahí todo normal. Pero lo de Ariana Grande (32) y Cynthia Erivo (38) se volvió algo completamente distinto. No sólo porque se muestran excesivamente unidas desde el rodaje de Wicked: For Good, sino porque la forma en que aparecen juntas cambió la conversación cultural.
Las dos aparecieron durante meses con una dinámica que llamó la atención de todo el mundo. No hubo alfombra roja donde no estuvieran tomadas de las manos e incluso besándoselas, abrazadas o murmurándose cosas al oído. En un universo donde cada gesto se amplifica, su singular manera de relacionarse hizo que muchos se preguntaran si había algo más que amistad. Pero no sólo eso.
A muchos les preocupó la supuesta «dependencia emocional» entre ambas, los gestos de «permiso» y validación de Ariana y la denodada devoción de Erivo sobre la cantante. La escalofriante escena en medio de una entrevista en la que ésta última le acomoda un collar que no presentaba inconveniente alguno escaló a niveles insospechados.

Lo que empezó como una promoción más terminó convertido en un fenómeno que mezcla ternura, desconcierto, sospechas de todo tipo y análisis obsesivos en TikTok. Y el arco narrativo es realmente amplio: se habla de pacto emocional, romance, estrategia y hasta vulnerabilidad en el set a la hora de interpretar a Glinda (personaje de Ariana) y Elphaba (el de Cynthia). Las versiones más naïf señalan que simplemente son «dos amigas que eligen sobreprotegerse» en medio de una industria hostil.

El momento que encendió las alarmas: el incidente de Singapur
La conversación estalló cuando, en Singapur, un fan logró cruzar la barrera de seguridad y sujetar a Ariana. El episodio duró segundos, pero quedó registrado desde varios ángulos. Lo más llamativo no fue la intrusión, sino la reacción inmediata de Cynthia. Sin dudar, se interpuso, empujó al intruso y envolvió a Ariana en un gesto casi instintivo de protección. El hombre fue identificado como Johnson Wen, una personalidad de las redes conocida Pyjama Man que terminó siendo condenada a nueve días de prisión y a pagar una multa de mil dólares. Eso sí, el momento de fama lo inmortalizó en las redes con esta leyenda: «Ariana, gracias por dejarme unirme a la red carpet».
Cuando el clip llegó a redes, la explosión fue total. TikTok lo replicó en bucle y X (exTwitter) lo transformó en hilo infinito de interpretaciones. Por su parte, Instagram se llenó de reels con música dramática, incluso hubo usuarios que compartieron videos que aseguraban improbables hechos paranormales (¿generados por IA?) en Cynthia: uno mostraba cómo sus manos se agrandaban en cámara cual bruja. Lógicamente todo se descontroló. Ya sabemos muy bien cómo el consumo indiscriminado a puro scroll convierte cualquier momento en relato.

Para millones de usuarios, esa reacción sobreprotectora y justiciera de Cynthia fue la evidencia que necesitaban para sostener lo que venían intuyendo: que lo que une a Ariana y Cynthia no es una amistad típica de compañeras de película. Había algo demasiado íntimo entre ellas. Por supuesto, las conspiranoias hicieron el resto. ¿Pero qué dijeron ellas y por qué es tan difícil diferenciar declaraciones reales de las fake?
Lo que dijeron ellas cuando los rumores se volvieron imposibles de ignorar
Ariana fue quien primero tomó la palabra. Lo hizo con una sinceridad que desarticuló una parte del escándalo. Explicó que su forma de vincularse es muy física, que expresa afecto a través del contacto, que sus manos hablan antes que su boca. “Soy así. Toqué a Cynthia como toco a mis amigos cercanos. A veces agarro, aprieto, acompaño. Es energía, es cariño”, dijo.
Cynthia complementó esa versión con la misma claridad. Sobre la escena de Singapur fue tajante:
“Reaccioné como reacciono cuando quiero a alguien. No pensé. No fue actuación. No hubo cálculo. Fue protección”. Cuando les preguntaron directamente si su vínculo era romántico, ambas respondieron con una seguridad que no dejó espacio a dudas. No hay pareja, no hay romance, no hay historia oculta.
Según ellas, lo que comparten es una amistad profunda y construida durante un período emocionalmente intenso como lo fue el rodaje de Wicked. Sin embargo, fragmentos que daban espacio a dudas y encajaban perfectamente con la narrativa más viral, continuaron reproduciéndose. Por ejemplo un dicho de Cynthia en que se habría referido a la supuesta «demicuriosidad» (sic; es una palabra que mezcla demisexualidad con curiosidad) con la que manejaban su vínculo, dando a entender que no se cerraban a la idea de conocerse más profundamente.

Por qué la relación de Ariana y Cynthia se volvió un fenómeno cultural
Además de los recurrentes shippeos que alienta el fandom de Wicked –incluso quienes amplifican una frase atribuida a Ariana: «Cada vez nos ponemos más gay»–, las teorías de que están en una relación continúan en alza. Hace dos meses Ariana había compartido su vulnerabilidad en el escenario de los MTV Video Music Awards, desde donde agradeció a su terapeuta y muy especialmente a la comunidad LGBTQI+.
En algunos sectores hubo quienes señalaron que todas las expresiones de cariño de Cynthia (quien se considera bisexual y está en pareja con la escritora y actriz Lena Waithe) sumadas al fervor de Ariana con la diversidad no eran más que evidencia de que podían estar manteniendo una relación romántica.

Si bien los usuarios perciben a su antojo gestos y lenguaje corporal escribiendo un guion difícil de corroborar, también es cierto que actualmente la audiencia joven interpreta vínculos de manera menos rígida que las generaciones anteriores: la cercanía entre dos personas ya no se lee de manera automática como amistad clásica o romance tradicional.
También hay vínculos con energía romántica sin romance y muchas conexiones sin etiqueta. Pero lo que interpela de su abierta conexión ante cámaras es justamente eso: que en una era completamente digital demuestren constantemente signo de presencia, crucen miradas (¡con lo «caro» que resulta verse a los ojos), se aprieten manos y no duden en demostrarse incondicionalidad sin pensar en las miradas ajenas.

Las hipótesis y la teoría de «la maldición del Mago de Oz»
Aunque ninguna esté confirmada, las teorías se expandieron como si fueran parte oficial del guion. Además del supuesto romance, cobraron relevancia teorías como «se trata de una campaña de marketing» (apuestan a que mostrarlas unidas garantizaría engagement, conversación y viralidad) y que simplemente se trata de una «amistad auténtica y profunda que los medios fragmentan y editan para hacer ver todo más intenso».
Entre todas las hipótesis que circulan, hay una que resurge cada vez que Hollywood vuelve a poner en pantalla el universo de Oz: la idea de que existe una especie de “maldición” que afecta emocionalmente a los que interpretan a sus personajes. Quienes defienden esta teoría recuerdan que, desde la versión clásica de 1939, los elencos de El Mago de Oz cargaron con tensiones, accidentes y crisis internas que luego se volvieron parte del mito.
Según esta lectura, el vínculo extremo entre ambas sería la consecuencia emocional de habitar a dos personajes opuestos, simbólicos y cargados de expectativas, como si la línea entre ficción y realidad se hubiese vuelto demasiado fina.

La extrema fragilidad de Ariana y las teorías que hasta ponen en duda de que sea una doble
En los últimos meses Ariana reconoció públicamente que atraviesa etapas de sensibilidad emocional y desgaste –algo que ya comentó en distintas entrevistas–, y tal registro íntimo fue combustible para lecturas exageradas en redes. Esos momentos de extrema fragilidad quedaron expuestos en medio de entrevistas, donde lagrimea, se toma tiempo para manejar la ansiedad y hasta parece que se va a quebrar. Signos de no puede soportar tener a todo el aparato de la industria sobre ella.
Entre los usuarios también se preguntan qué pasó con el color de piel de Ariana y hay comparaciones al detalle de facciones que aseguran que no sólo no es la Grande de siempre, sino que se trata de una doble. En TikTok y X comenzaron a circular teorías totalmente infundadas que plantean que su apariencia cambiante y su conducta reservada indicarían que “no es ella”, alimentando la narrativa. Nada de eso tiene respaldo real, pero sí muestra cómo la percepción de fragilidad que la propia Ariana compartió terminó convertida en conspiración digital.

Fotos: Fotonoticias y redes sociales

