Las ideas sobre la extinción de los humanos son comunes tanto en los textos religiosos como en los mitos de las culturas antiguas. También frecuentes en las charlas entre amigos, donde suele surgir la misma duda: ¿qué pasaría con la Tierra si no existieran los humanos?
En lugar de enfocarse en cómo era la Tierra antes de la llegada de los humanos, un grupo de científicos estadounidenses eligió investigar el futuro del planeta en caso de que se extinguiera la vida humana y estableció cuatro escenarios posibles.
Carlton Basmajian, profesor asociado de planificación comunitaria en la Universidad Estatal de Iowa, explicó que el avance de la contaminación ambiental, el advenimiento de las pandemias y el profundo crecimiento del cambio climático hacen pensar de una manera más concreta la posibilidad de la extinción humana.
Alan Weisman, periodista ambiental, se refirió a los posibles escenarios y adelantó: «Si todos desapareciéramos repentinamente, todo lo que quedaría sería la suma total de nuestro impacto ambiental».
Qué pasaría en la Tierra si no existieran los humanos: los posibles escenarios
- La degradación de la infraestructura.
- Una posible explosión nuclear.
- La supervivencia de algunas especies de animales.
- La continuidad de la tierra sin ninguna especie.
La degradación de la infraestructura
Carlton Basmajian explicó que uno de los primeros escenarios sería la degradación de la infraestructura, que tendría como consecuencia que el agua y la electricidad dejarían de fluir rápidamente por las tuberías y los cables.
Esta situación se extendería a todos los ámbitos, dado que las centrales eléctricas de gas y carbón precisan de un suministro constante de combustible y las bombas de agua necesitan tanto operadores humanos como energía.
El planeta Tierra comenzaría a destruirse poco a poco sin los humanos: los árboles aplastarían los techos de las casas durante las tormentas; los incendios no se extinguirían; los terremotos derribarían las estructuras; y las estructuras de madera, incluyendo la gran mayoría de los edificios residenciales con vigas de madera, se pudrirían.

Los robustos edificios de piedra serían los que permanecerían en pie durante más tiempo, plantearon Basmajian y Weisman. Pero con el paso de unos siglos, casi todos caerían en ruinas visibles, similares a los monumentos y ciudades abandonados del Imperio Romano, los antiguos egipcios o los incas.
De toda la infraestructura humana, los especialistas afirman que las rutas serían las señales de civilización que más perdurarían con el correr de los años, en especial las autopistas que atraviesan zonas secas y no sísmicas .
Jan Zalasiewicz, profesor emérito de paleobiología en la Universidad de Leicester en el Reino Unido, planteó que “en menos de un millón de años la evidencia superficial de la presencia humana desaparecería o sería difícil de reconocer”.
Una posible explosión nuclear
Las centrales nucleares son el segundo punto en cuestión si se especula con que estuvieran en funcionamiento al momento de la extinción humana. Muchas de las 440 activas en la Tierra acabarían fundiéndose sin mantenimiento.
Los científicos plantearon que el agua se evaporaría de sus sistemas de refrigeración y el aumento de calor provocaría explosiones nucleares. De todas maneras, no se puede confirmar con seguridad que semejante fenómeno extinguiría a todo el planeta.

El desastre nuclear en Chernobyl contaminó aproximadamente 58.000 millas cuadradas. Sin embargo, la Tierra tiene una extensión de 197 millones de millas cuadradas.
“El daño aquí será relativamente menor y local”, afirma Zalasiewicz en referencia a que hay cuevas, océanos profundos y grandes extensiones de tierra y agua muy lejos de cualquier central nuclear.
Incluso en las zonas más irradiadas de Chernobyl, la naturaleza resurgió con fuerza. La zona es ahora una especie de refugio para la vida silvestre, con la radiación protegiendo a las plantas y animales de las personas. “Cuando los humanos huyeron, la naturaleza inundó la zona”, planteó Weisman.
La supervivencia de algunas especies de animales
Los estudios determinaron que una lista de especies de animales estaría condenada a desaparecer junto a los humanos. En esta lista también se incluyen a las plagas como piojos, chinches o microbios específicos de los humanos.
Las razas domésticas de animales creadas por el ser humano serían rápidamente superadas por otros animales salvajes; las vacas y los perros no sobrevivirían mucho tiempo solos.
Mientras que los gatos domésticos no tendrían problemas y continuarían su vida como mesodepredadores salvajes, alimentándose de aves y de los roedores, y siendo devorados por coyotes, lobos, osos y felinos más grandes.

Una serie de especies en peligro de extinción reciben actualmente apoyo mediante programas de reproducción humana e intervenciones prácticas. El destino de estos animales dependería de las condiciones que existan en nuestra ausencia.
La mayoría de sus dificultades, como la pérdida de hábitat o la caza furtiva, son causadas por el ser humano. Sin embargo, las poblaciones extremadamente pequeñas y las enfermedades animales ya establecidas no desaparecerían.
En la peor extinción del pasado, el Pérmico-Triásico, murieron entre el 80% y el 90% de las especies marinas y el 70% de los vertebrados terrestres. Luego, la vida se recuperó.
La continuidad de la tierra sin ninguna especie
Si hay algo que los especialistas confirmaron es que tras la extinción del ser humano, la Tierra seguirá existiendo. La vida duraría al menos hasta que nuestro Sol se caliente demasiado para sustentarla.
Mientras las rocas conserven sus capas en este proceso de calentamiento, nuestro impacto en el planeta seguirá siendo visible. “Mientras la Tierra persista y tenga estratos reconocibles, las huellas de la humanidad persistirán”, afirma Zalasiewicz.
Y quizás, en las profundidades del espacio, algunas señales perduren aún más. Las naves espaciales Voyager que han salido de nuestro sistema solar se construyeron para persistir y llevar evidencia (en forma de disco de oro) de civilización humana a posibles mundos alienígenas distantes.
Salvo una colisión o un agujero negro, seguirán existiendo. «Si tuviera que apostar -y es una apuesta segura porque nadie podrá cobrarla jamás- diría que estos serán los artefactos humanos más longevos que existan», afirmó Weisman.