Un domingo que comenzó como una jornada de descanso y mates en el río terminó en tragedia. Ana Marquis, una mujer que navegaba junto a su marido y un grupo de amigos por el arroyo Correntino, en el municipio bonaerense de Escobar, fue baleada en el tórax en circunstancias que aún se investigan.
El grupo —compuesto por ocho personas— regresaba hacia la costa cuando la víctima advirtió que algo no estaba bien. “Me pegó algo”, alcanzó a decir Ana antes de perder fuerzas. Uno de los presentes relató que al principio pensaron que se trataba de un accidente menor: “Cuando vimos que estaba herida, pensamos que era un balín de aire comprimido, pero cuando los médicos la revisaron nos dijeron que era una herida de bala”.
El hecho ocurrió el domingo por la tarde, alrededor de las 18.30, mientras la embarcación avanzaba por el curso de agua que conecta el Río Paraná con el Río Luján. “Salimos a navegar, tomamos unos mates y café mientras fondeábamos, y al volver una de las chicas nos contó que algo le pasaba”, contó Martín, uno de los testigos, en diálogo con LN+.

La embarcación se dirigió rápidamente hacia la costa, donde una ambulancia esperaba para trasladar a la víctima al Hospital de Escobar. Allí fue estabilizada y posteriormente derivada al Sanatorio Otamendi, en la Ciudad de Buenos Aires. “Hicimos la denuncia ese mismo día, pero aún no está identificado quién y por qué tiró”, afirmó el testigo.
La causa quedó caratulada como tentativa de homicidio y está bajo investigación de la UFI N.º 5 de Escobar. Por el momento, no se identificó al autor del disparo ni se determinó desde dónde se efectuó el tiro.
«Viva de milagro»: la palabra del esposo de Ana
El esposo de Ana, en tanto, brindó detalles sobre la gravedad de la herida y el pronóstico de su esposa. “El disparo fue con un arma calibre .22. La bala entró por el omóplato, perforó el pulmón y quedó alojada entre el esternón y las costillas, muy cerca del corazón”, explicó. Los médicos decidieron no extraer el proyectil debido al alto riesgo que implicaba una operación de ese tipo.
“Está viva de milagro”, reconoció el hombre, visiblemente conmocionado. Tras una intervención quirúrgica que duró varias horas, Ana permanece internada en terapia intensiva, aunque su evolución es favorable. “Dentro de toda la locura, nos da un poco de tranquilidad saber que se está poniendo bien. La idea es que la pasen a sala común hoy o mañana”, agregó su esposo.





