Dink es un acrónimo de «Double Income, No Kids» que significa «ingresos dobles, sin hijos». El término fue acuñado en la década de 1980 para referirse a parejas donde ambos perciben ingresos económicos y deciden no tener hijos.
También conocido como «Dinky», donde se le agrega la palabra «Yet» (aún), el concepto surgió en Estados Unidos en el marco del fenómeno «Yuppie», el cual -a su vez- es un acrónimo para «Young Urban Professional».
Se trata de una forma despectiva para referirse a los jóvenes profesionales que viven en centros urbanos y que tienen grandes ambiciones profesionales.

Según explicó la organización española Fundación Másfamilia, las parejas «Dink» son jóvenes profesionales entre 25 y 40 años, con «perspectivas interesantes» en el mundo laboral y que gracias a sus ingresos «pueden permitirse vivir una serie de experiencias de ocio y consumo que son muy atractivas para el mercado».
De esta forma, las parejas «Dink» no cumplen con la expectativa social de formar una familia en el sentido tradicional, sino que ponderan su estilo de vida. Según la organización antes citada, alrededor de 2.8 millones de hogares españoles son «Dink», es decir, el 15 por ciento.
Cómo los ingresos dobles redefinen el consumo y el ocio
La libertad financiera figura entre las razones centrales por las que muchas parejas adoptan el estilo «Dink». Contar con dos sueldos sin los gastos directos de crianza permite destinar ingresos al ocio, viajes y consumo.
Esa preferencia por la experiencia se combina con la búsqueda de estabilidad económica y la posibilidad de ahorrar o invertir a largo plazo.
Asimismo, el foco profesional pesa en la decisión. La ausencia de responsabilidades parentales facilita la dedicación a la carrera, la movilidad laboral y la aceptación de oportunidades que requieren disponibilidad.

Por su parte, el coste asociado a tener hijos influye en la evaluación práctica de la decisión, especialmente en contextos urbanos con alto costo de vida.
Según la organización española, entre 2008 y 2020 la edad promedio del primer embarazo pasó de 30,5 a 32 años, mientras que en el mismo periodo de tiempo disminuyó de 1,5 a 1,2 la cantidad promedio de hijos.
«En la actualidad, estamos viendo menos nacimientos que en el siglo XIX, y los datos de nacimientos se asemejan a los de la posguerra inmediata en 1939», aseguró Fundación Másfamilia.