En medio de la temporada fuerte de apuestas navideñas, las agencias de loterías de la Ciudad de Buenos Aires denuncian que están perdiendo clientes y facturación por culpa de un nuevo sistema implementado en los últimos meses, que lejos de ser confiable les viene generando errores de caja, jugadas duplicadas y problemas a los apostadores.
La bronca de los agencieros se debe al funcionamiento deficientes del nuevo sistema online que tienen las terminales de juego que dependen de la Lotería de la Ciudad de Buenos Aires (LOTBA). Se trata de un nuevo software que comenzó a implementarse a partir de agosto de este año en las 970 agencias oficiales que funcionan en CABA, pero que nunca terminó de funcionar correctamente.
Los agencieros que hablaron con Clarín señalan que «no es confiable», y denuncian que no les brindan soluciones para los múltiples problemas que generan. Eso deriva en un peor servicio para los apostadores, que muchas veces llegan a jugar a las agencias y se tienen que retirar sin poder colocar la apuesta porque el sistema está caído.
«Nos están entregando. No nos dan bolilla», se queja resignado Alberto al atender las consultas de Clarín. Maneja una agencia hace más de 50 años en San Cristobal, que arrancó su madre en el 73 cuando la quiniela se legalizaba en la Ciudad. Pide hablar off the record, lo único, mientras de fondo lo escolta un tango.
Esta mañana tiene tiempo de atender el teléfono, algo que hace un par de años era imposible en la previa de la Navidad. Dice que las ventas se cayeron a pique y que la gente ya no puede jugar como antes. «En otro momento tenía lleno el boliche a esta hora», grafica.
Los agencieros denuncian problemas. «Ponele un laburante que gana un palo y medio, tiene su familia, sus gastos. Ese antes se podía jugar unas 30 lucas al mes, apostando de a puchitos de 1000 pesos por día. Hoy no llega, a ese cliente lo perdimos», dice, resignado.
El cliente que antes se jugaba unos 300 pesos a cada uno de los cuatro sorteos diarios hoy te apuesta de a 10 o de a 5 pesos, según relata.
Es que el sector atraviesa una crisis múltiple, donde se cruzan cambios de tendencias a la hora de apostar, la competencia contra las apuestas online (tanto legales como ilegales) y ahora se suman los problemas operativos con las nuevas máquinas.
Los problemas comenzaron con el cambio del sistema operativo y las máquinas que se utilizan para tomar las jugadas de los apostadores. El recambio de los equipos y sistemas venía siendo demandado por el sector, que esperaba las nuevas máquinas. Los entrevistados por Clarín remarcan que, cuando funciona, es mucho más rápido que el sistema anterior. Pero el tema es que muchas veces no funciona.
«Te pasa que la terminal no toma la jugada porque no entró, porque hay internet cortado. O después aparece en sistemas de LOTBA pero a vos no en tu PC, entonces te la toma como buena pero vos no tenés el ticket. No es fiable el sistema«, dice Alberto
Eso viene generando que las agencias tengan fallos de cajas, algo que no ocurría antes por la auditoría que tenía el sistema que se cambió. «Son exactos los controles. Y a veces no nos da la caja», señala. En estos casos, les toca a ellos poner de sus bolsillos las pérdidas por las fallas del sistema.
Por ese motivo, los agencieros tuvieron que empezar a tomar la costumbre de sacar fotos de las jugadas para tener un registro extra, o escribir por WhatsApp a LOTBA para chequear si efectivamente entró la apuesta. Esto deriva en demoras y en pérdidas de clientes.
«El jugador viene y si no tenés sistema o tardás mucho, se te va a otra. El otro día tuve un hombre que me llamó para hacer una apuesta grande, pero grande en serio, y no se la pude ingresar porque estaba caído el sistema. Cuando se enteró que no había entrado, se enojó conmigo. A ese cliente lo perdí para siempre», reniega.
A la competencia con el juego online oficial se le suma el avance del juego clandestino, cajeros de barrio que toman jugadas por WhatsApp y cobran por billeteras virtuales de manera casi inmediata.
La licitación para el nuevo sistema se había realizado durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, que no llegó a implementarlo. Fue heredado por la administración nueva, que debió adaptarlo. «Es inestable, tiene fallas. No lo hubiese elegido. Se está trabajando para que para que sea estable y eficiente«, contó una fuente al tanto de las negociaciones.
Gastón, que tiene una agencia en Caballito, cuenta que recibió la capacitación el año pasado, pero que estuvo demorado el uso del nuevo software hasta agosto de 2025.
«El otro día nos pasó que a la quiniela que se juega a las 10:15, que es la primera que se sortea en el día, ninguna agencia pudo tomar apuestas. Se fue gente que venía a comprar billetes en mano», cuenta.
El problema afecta a la quiniela, pero también al turf, que además tiene la particularidad de los jugadores que vienen a apostar sobre la hora. «Todo esto nos afecta en un tema económico pero también en el nivel de estrés de estos cinco meses que fue terrible. Hay menos apostadores pero en lugar de tener menos trabajo, tenemos más. Nos tenemos que llevar boletas a casa para hacer la contabilidad», explica.
Esta época del año es una temporada fuerte, ya que además de aumentar la cantidad de apostadores se suma el sorteo de La Grande de la Ciudad, que en esta ocasión otorga un premio de 500 mil dólares, además de electrodomésticos.
Según explican desde LOTBA, la implementación del nuevo sistema se hizo para modernizar la operatoria, optimizar las ventas, mejorar la experiencia de los apostadores y dar respuesta a las nuevas demandas operativas y comerciales del sector.
La implementación del nuevo sistema representa un salto tecnológico significativo, ya que reemplaza una plataforma con más de diez años de antigüedad. Se trata de un proceso de alta complejidad que involucra a más de mil agencias y requiere tareas de puesta a punto individual para garantizar la correcta captura de las apuestas», señalan.
Sobre las consultas en torno a los fallos que denuncian los agencieros, afirman que existe un seguimiento y un sistema interno que registra todo. «En los últimos meses se registraron algunas incidencias que fueron abordadas y corregidas de manera progresiva. Los operarios responden muy eficazmente y rápido», plantean.
Los agencieros además tienen otro enemigo silencioso en los celulares: y es que las nuevas camadas de apostadores se meten a jugar resultados deportivos, cantidad de córners o bingos pero desde el teléfono. La idea de ir a apostar a una agencia no los seduce. Más aún si tienen trabas y problemas en el lugar. «Si el agenciero se siente inseguro, imaginate lo que va a sentir el apostador», se quejan desde el sector.
Según estimaciones dentro del rubro, entre 2024 y 2025 cerraron unas 280 agencias físicas en la Ciudad. «Estamos perdiendo a estos jóvenes apostadores que son los que van a reemplazar a los viejitos que nos vienen a jugar un número», se resigna.

