El presidente de la Federación de Productores de Chubut, denunció que la Mesa Patagónica quedó fuera de la reunión nacional donde se discutió la suspensión de la barrera zoofitosanitaria.
Carne vacuna en un frigorífico.
El pasado 14 de abril, se llevó a cabo una reunión clave entre la Secretaría de Bioeconomía, el SENASA y los ministerios de Producción de distintas provincias, en la que se resolvió suspender por 90 días la Resolución 180, una norma que planteaba el retiro de la histórica barrera zoofitosanitaria patagónica. La medida había sido publicada semanas antes, el 18 de marzo, y encendió alarmas en todo el sur argentino.
La sorpresa, sin embargo, fue que la Mesa Patagónica, conformada desde 2022 por representantes de los productores de toda la región, no fue invitada a participar.
«Queremos mejorar el país, no desmejorar la Patagonia», declaró con firmeza Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Productores de Chubut, en diálogo con Radio Noticias.
Luján explicó que la Mesa Patagónica se autoconvocó apenas conocida la resolución, por considerarla “lamentable”. Aunque valoró la suspensión como una señal positiva, remarcó que la región quedó al margen de la discusión. «Nosotros estamos bregando para participar de las reuniones, para trabajar en un plan integral que realmente apunte a mejorar el país, no a perjudicar regiones productivas como la nuestra», dijo.
Además, reclamó que la barrera no sea vista como un obstáculo, sino como una herramienta estratégica: “El manejo de la barrera debe buscar eficiencia, sí, pero sin perder su función de controlar lo que se tiene que controlar”.
Uno de los puntos más críticos señalados por Luján fue el impacto potencial en la exportación bovina argentina. «Hoy sabemos que la posibilidad de afectar la exportación podría provocar el cierre de mercados importantes», advirtió. Según los productores, una decisión apresurada podría arruinar años de trabajo para posicionar a la región como zona libre de aftosa sin vacunación.
La preocupación no es menor: la Patagonia logró estándares sanitarios superiores al resto del país, lo que le permitió acceder a mercados internacionales exigentes. Perder esa condición podría representar millones en pérdidas y retrocesos sanitarios difíciles de revertir.
Los productores del sur esperan que en las próximas reuniones se incluya a la Mesa Patagónica como actor clave. «Hemos solicitado nuevamente que estemos presentes, como afectados directos, en la mesa donde se discuta el mercado interno de la región», insistió Luján.
Mientras tanto, el reloj corre: el plazo de 90 días para revisar la resolución ya está en marcha. El desafío ahora es buscar un consenso federal, donde todas las voces, especialmente las de las regiones afectadas, sean escuchadas antes de avanzar con cambios que pueden tener consecuencias irreversibles.