Hasta hace unos días, la historia judicial de Oscar “Junior” Benítez, exdelantero de Lanús y Boca Juniors, había estado marcada por la reserva. Su nombre volvía a los medios cada tanto, vinculado a un caso que estremeció al sur del conurbano bonaerense: el suicidio de su expareja, Anabelia Caterina Ayala, hallada sin vida el 1 de enero de 2024, en su casa de Almirante Brown.
Pero todo cambió cuando Benítez decidió escribir. Desde su celda en la Unidad Penal N° 40 de Lomas de Zamora, donde cumple una condena por amenazas y daños, envió una carta manuscrita de puño y letra a Revista GENTE. En ella negó haber instigado el suicidio de su exnovia, habló de su relación con ella, de su familia y del impacto que el caso tuvo en su vida.

Pocas horas después, su defensora oficial, la doctora Karina Vanessa Steckler, le envió a este mismo medio un comunicado completo para “aclarar la situación judicial actual” de su cliente. Allí, explicó que Benítez lleva más de dos años y medio detenido, que cumple una sentencia de 4 años y 8 meses dictada por el Juzgado Correccional N° 8, a cargo del juez Antonio Balicki, y que el segundo proceso —por instigación al suicidio— fue recientemente elevado a juicio.
Comunicado oficial de la defensa de Junior Benítez
“Como abogada defensora del señor Junior Benítez, me permito informar sobre la situación judicial actual de mi defendido y el contexto de sus causas:
Causa 3099 – Amenazas y otros. Junior Benítez fue condenado a 4 años y 8 meses por el Juzgado Correccional N° 8 de Lomas de Zamora, a cargo del doctor Antonio Balicki. Actualmente, se encuentra cumpliendo la condena en la Unidad N° 40 de Lomas de Zamora bajo supervisión del Juzgado de Ejecución N° 3, a cargo de la jueza Cecilia Vázquez, con más de 2 años y 6 meses de detención cumplidos.
Los denunciantes de esta causa son Juan Carlos Ayala y María Cecilia Barrios. Es importante destacar que Anabelia, la persona que falleció, nunca denunció nada contra Junior, ya que nunca fue víctima de él; existen declaraciones, mensajes y cartas que lo prueban. Incluso, ella se acercó para verlo durante su detención y escribió cartas diariamente, demostrando su relación de confianza y afecto.
Causa 043 – Instigación al suicidio. Esta causa, iniciada en 2024 y recientemente elevada a juicio en el Juzgado Correccional N° 2, a cargo de la doctora Claudia Dávalos, está próxima a la citación a juicio conforme al artículo 338 del Código Procesal Penal de Buenos Aires. Esta audiencia previa es clave para la organización del juicio, la revisión de pruebas y la preparación del debate.
Debido a restricciones impuestas por el tribunal, Junior no puede utilizar redes sociales desde el 15 de enero de 2024, teniendo permitido únicamente el uso de WhatsApp para comunicarse con su familia y continuar su tratamiento terapéutico virtual. Por este motivo, todas las comunicaciones oficiales se realizan a través de mi representación legal.
La defensa quiere dejar en claro que la presión mediática ejercida por terceros ha intentado imponer una narrativa que no corresponde a la realidad de los hechos. Mi defendido ha decidido romper el silencio por intermedio mío, utilizando siempre herramientas legales, pruebas documentales y un enfoque basado en la verdad.
Asimismo, aclaro que las redes sociales de Junior Benítez están bajo mi custodia, y que él no realiza publicaciones ni declaraciones por medios propios. Cualquier comunicación pública debe ser considerada a través de esta representación.
Queremos que se conozca la verdad de los hechos, protegiendo los derechos de Junior y asegurando un proceso judicial justo y transparente”

El texto, formal y extenso, marcó un punto de inflexión en la comunicación de la defensa: buscó bajar la exposición del exjugador y centralizar toda declaración en el marco judicial. “La presión mediática no puede reemplazar la verdad procesal”, remarcó la abogada, en línea con el mensaje de su cliente, quien en su carta también apeló a la prudencia y al respeto.
Una relación marcada por el conflicto y la tragedia
Para comprender el caso, es necesario retroceder. Junior Benítez conoció a Anabelia Ayala varios años atrás, cuando él todavía estaba casado y tenía cuatro hijos. Lo que comenzó como una relación romántica terminó volviéndose tóxica y conflictiva, con idas y vueltas, rupturas y reconciliaciones que desataron la preocupación de los padres de la joven.
Juan Carlos Ayala y María Cecilia Barrios, los padres de la joven, denunciaron en reiteradas ocasiones a Benítez por violencia psicológica y amenazas. Según su versión, la joven vivía controlada, celada y “amedrentada”.
“Él es un típico psicópata. Mi hija estaba controlada las 24 horas a través de la tablet. Era continuamente amenazarla, amedrentarla. El psicópata no reconoce sus actos”, afirmó el padre en declaraciones a Infobae.

En la madrugada del 1 de enero de 2024, Anabelia fue hallada ahorcada en su habitación. A su lado, la tablet encendida y una llamada finalizada con Benítez alimentaron las sospechas. Para la familia, esa era la prueba de que él presenció el hecho y no intervino.
Con la muerte de la joven, se abrió una segunda causa penal: instigación al suicidio, cuya etapa de juicio oral comenzará en los próximos meses.
La carta de Junior desde la cárcel
En su texto enviado a GENTE, Benítez escribió con trazo firme sobre hojas rayadas. Desde la cárcel, buscó mostrar otra cara del caso: la de alguien que se consideraba “condenado por la opinión pública” y que afirmaba no haber ejercido violencia.
“Durante mucho tiempo elegí el silencio. No porque no tuviera nada que decir, sino porque necesitaba comprender y ordenar lo vivido. Hoy decido hablar con respeto y desde un lugar más consciente», comenzó diciendo.
Y aseguró: “Quiero decir con total claridad que soy inocente, que jamás instigué a nadie al suicidio ni tuve la intención de causar daño. Lamento profundamente el dolor que todo este proceso generó, pero también debo expresar que he sido víctima de una situación muy dura donde se me señaló y condenó públicamente con mentiras, sin pruebas, inventos y dichos que se contradicen».

“Nunca ejercí violencia. Por el contrario, siempre intenté acompañar, ayudar y contener a Anabelia… Ella venía atravesando graves dificultades emocionales… Cuando la conocí, venía arrastrando mucho dolor y varios intentos de suicidio (marcas que llevaba en sus muñecas)», añadió el exfutbolista.
Y sumó en otro tramo de su misiva: “Ella nunca me denunció. Jamás hizo una denuncia en mi contra. Las denuncias las hizo su padre, quien sorprendentemente sí tiene varias denuncias por violencia, hasta de su propia mujer».





