-En este mismo momento en todas las facultades de la UBA se está discutiendo impulsar cortes para el día miércoles, en Ciudad Universitaria acaban de definir cortar la Avenida Lugones, propongo volver loca a Patricia Bullrich en toda la Ciudad-, agitó Luca Bonfante.
-Quieren generar una revuelta al modelo chileno, están haciendo una provocación que la llevan al límite y conocemos bien el objetivo: tratar de desestabilizar. Atrás de esto van a ir con molotovs-, contestó Patricia Bullrich.
El diálogo entre el referente estudiantil y la ministra de Seguridad replicó en las redes y en los medios. Luca habló ante una multitudinaria asamblea estudiantil de la facultad de Filosofía y Letras que recibió su propuesta con aplausos y una ovación. Bullrich hizo acusaciones ridículas, sin pruebas, demostrando el temor del poder político a esa juventud que se ponía de pie bancando la lucha por aumento salarial para docentes y no docentes. Esto ocurría en octubre del año pasado, momento en el cual se ampliaba la organización estudiantil: las asambleas crecían, se multiplicaban hasta llegar a esas instituciones del conurbano donde las y los estudiantes daban sus primeros pasos en encontrar espacios de deliberación, realizaban asambleas y debatían en las aulas junto a sus profesores. Surgían las comisiones de base por carrera y comenzaban las tomas de facultades en distintos puntos del país.
Un poco más atrás, en agosto, comenzaban a viralizarse las atendidas gratuitas que hace Bonfante a los referentes libertarios. Una de las que atravesó pantalla fue el debate con Fran Fijap en el programa A dos Voces en el canal Todo Noticias (TN). En ese momento, el gobierno de Milei ya empezaba a recular en su ataque discursivo a la educación y ponía a sus funcionarios y simpatizantes en los medios amigos, a retroceder diciendo que no iba a arancelar las universidades. Entonces, Fijap intentó meter bocado para reacomodarse en el debate pero confundió el nombre de la facultad con la carrera que estudia su contrincante. Por eso, Luca respondió: “[Estoy estudiando] Historia, porque Filosofía y Letras es la Facultad. Si vas a hablar aunque sea investiga”.
Luca Bonfante empezó a militar en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) a los 14 años como activista secundario en su colegio, el Normal 1, en la Ciudad de Buenos Aires donde también nació. Se crió en Boedo y le encanta ese barrio, aunque su lugar preferido es la zona aledaña al Mercado de San Telmo. Le faltan tres materias para recibirse de Profesor en Historia y luego tendrá que hacer la Tesis para ser Licenciado. Es el Secretario General del Centro de Estudiantes de Filo, el famoso CEFyL, y anteriormente fue representante estudiantil en el Consejo Directivo de la facultad y en la Junta Departamental de Carrera. Trabaja en una bibiblioteca pública y le gustaría ser docente, investigador y archivista una vez que se reciba.
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La descripción que utiliza en todas sus redes comienza con “Soy comunista”, y asegura que vale la pena organizarse y pelear por ese futuro porque el sistema capitalista y patriarcal actual sólo produce más guerras, desigualdad, opresión y penurias para las mayorías trabajadoras que a su vez son las que generan la riqueza y las que “producen y hacen mover todo lo que funciona a nuestro alrededor, todo lo que usamos día a día”.
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Desde que asumió Javier Milei, no solo se hizo referente estudiantil por la defensa de los sueldos de profesores y trabajadores de la universidad. También fue el impulsor de los molinetazos en el subte como método de protesta ante el aumento del servicio que funciona cada vez peor. Le gustaría llegar a la Legislatura para representar las peleas que da junto a sus compañeros, compañeras y con las y los trabajadores en defensa de la educación pública, la salud y las necesidades sociales del pueblo trabajador de la Ciudad. «El Frente de Izquierda viene siendo la única oposición consecuente en la Legislatura que viene impulsando distintas iniciativas para frenar los tarifazos en el subte o los amparos para las escuelas y mejoras en la alimentación de los estudiantes. Movidas que llevaron adelante los compañeros y compañeras que vienen estando ahí, Patricio del Corro, Myriam Bregman, Alejandrina Barry y actualmente Andrea D’Atri», dijo Luca.
Defiende a las y los jubilados, y se moviliza con ellos los miércoles en las rondas al Congreso. “Por la unidad y coordinación de todos los sectores”, se le suele escuchar decir en cada asamblea o reunión en su facultad. Por eso es duro con los espacios políticos que colaboran con el Gobierno como en el caso de los radicales. Es más, por estos días salió a polemizar con otra candidata de la Universidad a legisladora, Lucille Levy, la radical del espacio de Franja Morada en la UBA.
Tampoco se calla ante la oposición peronista. Debate en su facultad con las agrupaciones de ese espacio y lanzó su candidatura con el apoyo de la referente nacional Myriam Bregman, tirando “un palito” contra el candidato Leandro Santoro: “Necesitamos fortalecer a la izquierda para fortalecer la resistencia. Basta de tibios”, afirmó.
Con un poco de vergüenza, recuerda que su primera acción de rebeldía en el colegio no tuvo que ver con algún reclamo sobre las condiciones edilicias ni mucho menos. “Estaba en primer año y las luces del aula eran muy fuertes, ¿viste esos tubos largos? Ésas. Cuestión que cuando llegaba estaban todas prendidas, entonces con los chicos las apagábamos. Al rato volvía la preceptora y las encendía. Así, todos los días”, sonríe y agrega “Vos pediste un recuerdo primario, ese uno”. Pero su verdadera revelación como activista secundario no fue por algo que lo afectase a él. Fue en apoyo a sus compañeras: el macrismo de Mauricio gobernaba la Ciudad y había impuesto un código de vestimenta escolar que prohibía que las chicas usaran pollera a la vez que permitía que los varones usen shorts. Entonces surgieron las sentadas y los pollerazos frente a la dirección del colegio porque el reclamo había que hacerlo a las autoridades que eran las que podían cambiar esa situación. Y lo lograron.
Lu, Luki, Luquita, le irrita que le digan Lucas. No lo va a reconocer, pero hay una mirada fulminante de respuesta ante el equívoco, no a cualquiera. Reconoce a quienes lo hacen a propósito para molestarlo, asunto que suele ocurrirle cuando está debatiendo con alguna persona que banca al gobierno nacional. Sus amigos y amigas más íntimos son del colegio secundario y de la facultad, y si pinta salir un viernes o sábado a la noche “vamos a jugar un pool”.
Cuando en una entrevista le preguntan si su nombre es por Luca Prodan hace el chiste de que seguramente sí porque a sus padres les gusta mucho el rock nacional. Conversando con él, aseguró que es chiste: “¿La verdad? No tengo idea. Pero Luca era un genio y gran artista, así que vale la pena la confusión”. Dice también que su libro preferido de literatura es el clásico norteamericano La conjura de los necios de John Kennedy Toole. Pero ante la pregunta de un libro preferido de historia o de política, duda, amaga con decir algo abriendo lentamente la boca pero se calla. La cronista repregunta sobre aquel libro que le marcó, que le hizo pensar mucho y que no se vas a olvidar con el paso de los años. Y entonces responde seguro y con cara de orgullo: Así se murió en Chile de Liborio Justo. Justo, “Quebracho” o “Lobodón Garra” como fueran alguno de sus pseudónimos, fue un militante marxista, uno de los primeros de las organizaciones referenciadas en León Trotsky en la Argentina, y aunque él abandona las filas de esa corriente política es una de las referencias en sus orígenes dentro de la historia nacional.
La mamá de Luca es peronista y su padre milita en el PTS. Aunque desde diferentes posturas, el compromiso militante es parte de su corta biografía. Sus tíos abuelos militaron durante la década del ’70 y están desaparecidos. Eran estudiantes de Filosofía y fueron de las primeras generaciones, se los llevaron en 1977. El 24 de Marzo pasado el primer vídeo que subió a sus redes sociales convocando a movilizarse por memoria, verdad y justicia fue en recuerdo a ellos. Sobre sus primeras movilizaciones, cuenta que “mis primeras marchas del 24 fueron con mi vieja, y con mi viejo a Brukman allá por el 2002, creo”. Brukman fue una fábrica textil cuyas trabajadoras se organizaron ante la crisis y el cierre que realizó el dueño y la pusieron a gestionar ellas, para lo cual tuvieron que enfrentar a la policía y también conseguir apoyo de distintos sectores. “Mi primera marcha solo, que fui solo, fue la del 16 de septiembre por la Noche de los Lápices a los 14 años”.
La última pregunta de la entrevista fue sobre la mejor anécdota que haya vivido durante la toma de su facultad del año pasado. “La entrevista con [Eduardo] Feinmann que fue en la puerta de Filo. Atrás había una clase pública, así que yo estaba hablando de cómo nos apoyaban los vecinos y nos traían cosas para merendar o yerba para el mate, cuestión que era cierta, y justo pasa un chabón y empieza a bardear. Parecía a propósito. Lo bueno fue que igual puede contar todo lo que veníamos discutiendo con los compañeros y ayudar a que gane visibilidad el reclamo”.