Sobre el escenario es un fuego cuyo fulgor atrapa la atención. ¿Quién esa chica que toca el bajo color verde en Los Piojos? Tanto desenfado y carisma, ¿de dónde salió? Aunque, según el recital en el que se la hayan cruzado, algunos ya llegan preparados para encontrarla, con ese brillo que la convirtió en música de manera precoz y enigmática. Esa chica del bajo verde es Luciana Valdés, pero en el ambiente fue bautizada como Luli Bass. Tiene 34 años y más de dos décadas de experiencia tocando con grandes monstruos del rock y el blues..
Por lo último que despertó la curiosidad mediática fue por participar en la exitosa seguidilla de conciertos que ofrecieron Los Piojos en su regreso tras 15 años, en el Estadio Único de La Plata. Así “esa chica” tuvo la desafiante responsabilidad de ocupar el lugar de Miguel Ángel “Micky” Rodríguez, el bajista fundador que no participa en esta nueva etapa de la banda debido a diferencias con sus ex compañeros, episodio que generó una suerte de escándalo e internas.
De este modo, Luli Bass se convirtió en la nueva bajista de Los Piojos, acompañando a Andrés Ciro Martínez (voz, guitarra y armónica), Daniel “Piti” Fernández (guitarra), Juan Ábalos (guitarra, de Ciro y Los Persas, quien reemplaza a Gustavo Kupinski), Sebastián Cardero y Daniel Buira (batería), Chucky de Ipola (teclados) y Facundo “Changuito” Farías Gómez (percusión).
Luli Bass, además de sumarse a Los Piojos (que se volverán a presentar en el Cosquín Rock y el Quilmes Rock), tocó con leyendas como el guitarrista y cantante Miguel Botafogo, el baterista Black Amaya (Pescado Rabioso, Pappo’s Blues), el guitarrista Alambre González, el armoniquista Luis Robinson (ex La Mississippi), el tecladista Ciro Fogliatta (Los Gatos) e integró Jimmy Rip & TheTrip (la banda del productor de Mick Jagger, instalado en Argentina desde hace muchos años).
Además tocó con Juanse (Ratones Paranoicos), Valeria Lynch (en un disco con perfil rockero) y el grupo Led Ladies, con el que rendía tributo a la música de Led Zeppelin. También compartió escenarios con Fernando Ruiz Díaz, de Catupecu Machu, y toca el bajo con Mariano Martínez (Attaque 77).
La fan que cumplió el sueño
Con emoción, Luli compartió con sus seguidores de las redes: “Mi hermano Damián me hizo escuchar a Los Piojos cuando era chiquita. Toda mi infancia y adolescencia escuchándolos. En Mayo de 2004 se aproximaba mi cumpleaños y me regaló la entrada para el show de Vélez. Fuimos a verlos juntos y nunca más lo olvidé. Aún tengo mi entrada guardada. Nadie se imagina todo lo que siento, ni yo lo puedo explicar con palabras”.
Luli Bass, en ese momento Luciana, era una niña que se fijaba firmes objetivos. Durante un año, ahorró el dinero del “Ratón Pérez” y todo lo que ganaba vendiendo en la escuela pulseritas de mostacillas que ella misma hacía. Unos meses después de cumplir 9 años, rompió el «chanchito» y fue a comprarse el violín que tanto soñaba. “Me fascinaba Vanessa Mae y soñaba con tocar como ella”, dijo.
Con ese dinero, fue con su mamá a comprar el violín, pero descubrió que el instrumento salía exactamente el doble de lo que tenía. Después de recorrer varias casas de música, pensó en comprarse un bajo. Dijo: «También tiene 4 cuerdas, como el violín».
Entraron a un local de Promúsica y ahí estaba: un Samick negro. “Había uno rosa y otro celeste. Pero me enamoré del negro. Me encantaba Metallica y dije: ‘Es el mismo bajo de Jason Newsted’. Sin dudarlo, me llevé ese”, recuerda.
ADN rockero y cocina casera
Luli siempre vivió en Capital, hasta que se enamoró de su actual marido, el baterista Heber Vicente, se casó y se fue vivir a Berazategui, donde formaron una familia con dos hijos. Dice que le encanta cocinar comida casera (con sus 102.000 seguidores comparte recetas y videos preparando helado de menta y pizza, entre otras exquisiteces; y hasta dio una lección de cómo restaurar el mueble de una antigua máquina de coser).
Afirma: “Desde que estoy en la panza de mi mamá que escucho música. Mi papá es fanático de Led Zeppelin, Black Sabbath, Pink Floyd… Y mi mamá era más de las bandas nacionales: Manal, Vox Dei, Pappo, y escuchaba música clásica, celta… Todo muy variado. Crecí escuchando toda esa música”, asegura.
Y agrega: “En el ‘97 mi hermano del medio, Juan Matías, empezó a estudiar guitarra eléctrica con Botafogo. Mi hermano era mi ídolo. Inevitablemente me influyó”.
Confiesa que en la escuela se sentía un bicho raro: “Mis primeros amores fueron Zeppelin y Queen. Todas mis amigas escuchaban a Bandana y Britney Spears”.
Y sigue recordando: “Volvía de la escuela y me ponía en el reproductor de música un cd, todos los días una misma canción (Take a Look Around, de Limp Bizkit. incluida en la banda sonora de la película Misión imposible 2). Escuchaba con los auriculares para prestar atención y ver cuál era el bajo dentro de la música. Porque al principio es un instrumento difícil de identificar en una canción. Y las notas que escuchaba las iba sacando de oido. Así fui aprendiendo”.
La primera vez que cobró por tocar
A los 13 tocó con Miguel «Botafogo» Vilanova. Luciana tenía varias banditas en la escuela con sus compañeritos de grado, y otra con sus hermanos. En 2002 tocaron en vivo para los 30 años de Botafogo, que los festejaba en el ND Ateneo. “Se abrió el telón, y estaba lleno de gente y para mí fue tremendo. Estaba nerviosa, pero por la ansiedad quería tocar lo ante posible. Nunca tuve vergüenza, siempre lo tomé como un juego. Capaz que soy más vergonzosa para dar una entrevista o estar frente a una cámara en un reportaje”, comentó.
En 2004, con 14 años, tocó con Black Amaya (baterista de Pescado Rabioso). El hermano mayor estudiaba batería con él, que en ese momento tenía un quinteto. “Black llamó a mis padres y les dijo que le encantaba cómo tocaba el bajo y quería saber si yo podía reemplazar a su bajista por un par de shows. Les dijo a mis papás que para él sería un honor, imaginate… Y yo obviamente que fui saltando en una pata. Black fue la primera persona que me pagó por tocar, a partir de ese día, con 14 años, oficialmente empecé a trabajar de la música”, comenta.
Juanse conoció a Luli Bass por su marido, Heber, que era su baterista. “Cuando la escuché tocar, me volví loco porque era muy chiquita y tenía un sonido propio y un look que me encantaba”, dijo el líder de Ratones Paranoicos. En 2009, Juanse la llamó para avisarle que Jimmy Rip, guitarrista estadounidense con paso por el grupo norteamericano Television y la banda solista de Mick Jagger, estaba necesitando músicos para formar un grupo local.
Dice Luli: “Me llamó un martes a la noche. Yo ni sabía quién era Jimmy Rip. Me pasó una lista de 30 canciones. Me las aprendi el martes a la noche, el miércoles al mediodía tenía que estar en Capital tocando con Jimmy. Audicioné y quedé. ¡Y el jueves ya nos fuimos de gira! Fue tremendo. Cuando Juanse supo que Jimmy me seleccionó para su banda, me pidió que fuera también su bajista (Risas)”.
Valeria Lynch y ShowMatch
Entre las experiencias musicales de Luli Bass figuran dos que a muchos le llaman la atención. En 2017, tocó con Valeria Lynch cuando la cantante lanzó un disco rockero llamado Extraña Dama del Rock . “Fue una experiencia re linda. Lo presentamos en el Gran Rex y en La Trastienda. Yo a ella no la conocía y fue como encontrarme con alguien que conocés de toda la vida”, contó en una entrevista.
Naturalmente que allí también conoció personalmente a la pareja de Valeria, Mariano Martínez, guitarrista de Attaque 77. “Toqué Hacelo por mí con Mariano en su banda solista. Attaque 77 fue la primera banda que fui a ver de chiquita. En Obras, a los 10 años. Iba a la escuela con la mochila de Attaque 77, imaginate”, afirma.
Otra experiencia musical novedosa que protagonizó Luli fue una participación en La Academia de ShowMatch (conducido por Marcelo Tinelli), en el año 2021. Fue parte de un cuadro musical en el que Sofía “Jujuy” Jiménez interpretó una versión de Yo no soy esa mujer (Paulina Rubio). “Íbamos a tocar arriba del tema que ya estaba grabado. No sé si era una reversión o qué, no le presté atención. Pero yo toqué mi bajo, toqué de verdad esa canción, mi bajo sonó”, contó en charla con Doble Bobina, un canal de YouTube.
Por si algo le faltara, Luli Bass también tocó con Charly García. “Fue en un cumpleaños de Juanse. Uno de los temas fue Popotitos. Yo nunca lo había escuchado y lo saqué arriba del escenario”, comentó en un reportaje.
El reconocimiento de Ciro
Sobre el escenario, la nueva bajista de Los Piojos ofrece un sonido impactante, y su presencia tiene la impronta de las súper estrellas del rock. Su bajo (marca Lakland) es verde, al igual que las cuerdas (y el color de sus uñas). “En la oscuridad, las cuerdas se ven como de neón. Estoy enamorada, ¿viste que el clavijero también es verde?”, expresa entusiasmada.
Después de los recitales de Los Piojos, el líder Ciro Martínez escribió sobre Luli en las redes oficiales de la banda: “Sin desmerecer tu larga carrera, sin duda el ‘gran público’ te descubre ahora. Sacaste 63 temas en 5 días. Afrontaste el desafío de reemplazar al bajista de una de las tres bandas más populares de la Argentina con coraje y humildad. Y eso la gente lo percibió enseguida (…). La rompiste en cada show y te ganaste a cada uno que vino a vernos. Ahora los más chicos quieren tocar el bajo. Y con cuerdas verdes. Impresionante».
Luli asume su ingreso como bajista a Los Piojos como todo en la vida, con la fascinación y el agradecimiento de una niña que se deja guiar por su corazón. Y destaca lo que una alumna le dijo hace unos años: “El bajo es como el huevo para la tortilla, es lo que une a toda la banda. Sin el bajo es como que a la música le falta algo”.
Y remata: “Cada show que hago, sea en un barcito o en un estadio, lo disfruto igual y la paso bien. Le pongo la mejor onda, porque hay gente que pagó una entrada, sean diez o mil personas, yo pongo lo mejor. Siempre”.