La relación entre China y América Latina puede enmarcarse en el avance de la nueva «revolución verde» para aprovechar el liderazgo tecnológico chino en la transición energética mundial, aseguró en Lima el economista boliviano Daniel Agramont-Lechín.
Los profundos cambios globales obligan a repensar la relación birregional más allá del tradicional enfoque «minerales versus manufactura», dijo Agramont-Lechín. A su juicio, América Latina debe avanzar en la cadena de valor con el apoyo de China, en un contexto de creciente desorden global, para alcanzar beneficios respecto de la transición energética.
El economista afirmó lo anterior tras destacar que el país asiático es actualmente «el campeón de las tecnologías verdes», tanto en materia de innovación como en volumen de producción, lo que representa una oportunidad clave para la región latinoamericana.
En ese marco, consideró que una renovada asociación con China debe apuntar a integrar a los países andinos en cadenas productivas con mayor valor agregado.
«China es hoy por hoy el campeón de las tecnologías verdes, no solo en avances tecnológicos, sino también en la producción, en el volumen de producción. Ahí es que nosotros podemos encontrar una oportunidad para una nueva sociedad», resaltó.
Asimismo, destacó el potencial de iniciativas regionales, como los anuncios de inversión en Brasil para el desarrollo de automóviles eléctricos y baterías con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sostuvo que los países de la Comunidad Andina pueden sumarse a esas cadenas regionales con la cooperación de China en tecnología para poder avanzar, y realmente tener una «asociación entre pueblos hermanos, que no sea solamente una relación basada en materias primas».