El conflicto por el río Sarstún entre Guatemala y Belice volvió a ocupar titulares tras un incidente reciente con la colocación de una bandera guatemalteca en la isla Sarstún.
La disputa sobre este territorio se ha mantenido durante décadas, alimentando episodios de tensión militar y diplomática entre ambos países.
Durante septiembre de 2025, se difundieron videos de un intercambio verbal entre las fuerzas armadas de Guatemala y Belice en la zona del río Sarstún, lo que motivó a Belice a presentar una protesta oficial por lo que considera una violación de su soberanía.
La postura guatemalteca defiende que tanto la isla como el río están dentro de su jurisdicción y que los patrullajes militares forman parte de las actividades regulares de control.
A raíz de lo sucedido, los gobiernos de ambos países iniciaron conversaciones de alto nivel y Guatemala procedió al retiro de la bandera en disputa. Mientras Belice reiteró públicamente su defensa de la integridad territorial, también se comprometió a buscar soluciones mediante el diálogo y la cooperación bilateral. Parte de esos acuerdos prevén mecanismos conjuntos para evitar futuros roces y coordinar acciones en la zona fronteriza.
El río Sarstún se ubica en una de las áreas más sensibles del litigio territorial. Las reivindicaciones guatemaltecas sobre un sector del sur de Belice, incluidas las aguas del Sarstún, datan del siglo XIX y han sido motivo de múltiples incidentes. El conflicto histórico tiene su origen en el Tratado Anglo-Guatemalteco de 1859, sin que hasta la fecha haya una solución definitiva.
Actualmente, el expediente del caso se encuentra ante la Corte Internacional de Justicia, donde Guatemala formalizó su reclamo en 2020. La presencia de fuerzas armadas y símbolos nacionales en la zona es frecuente, así como las denuncias ante organismos internacionales por presuntas violaciones a acuerdos previos.
En síntesis, el río Sarstún continúa siendo un punto de tensión permanente entre Guatemala y Belice, reflejando tanto el trasfondo histórico de la disputa como la necesidad de una resolución internacional que permita superar los recurrentes incidentes fronterizos.