Una piel que toca como nosotros
Investigadores crearon una piel artificial blanda y elástica, tipo guante, para manos robóticas. Mediante 32 electrodos y una estructura con más de 860 000 vías conductoras, el sistema puede detectar presión, cambios térmicos, cortes y toques simultáneos.
Menos sensores, más eficiencia
A diferencia de otras tecnologías que requieren múltiples sensores separados, esta piel usa un único material multicanal que discrimina diferentes tipos de contacto —simplificando su fabricación y mejorando su resistencia.
Inteligencia artificial para sentir
Los científicos sometieron la piel a pruebas de presión, temperatura y cortes, y entrenaron una IA para reconocer cada tipo de estímulo. Con ello, una mano robótica asociada puede identificar si algo está caliente, ejerce presión o es un objeto punzante .
Aplicaciones futuras
- Prótesis que devuelven sensaciones reales a usuarios.
- Robots humanoides más seguros y delicados en tareas de asistencia, rescate o interacción.
- Industria automotriz y sectores que requieren manipulación precisa, reduciendo accidentes y daños.
Con esta innovación, la robótica avanza hacia una nueva era: no solo actuar, sino sentir el mundo. No se trata solo de precisión, sino de empatía funcional: un robot que percibe su entorno con tacto abre camino a tecnologías más humanas, seguras y conectadas. El desafío ahora es implementar esta sensibilidad en brazos prótesis, hospitales, fábricas y brazos sociales… y repensar la relación entre humanos y máquinas con un toque de piel electrónica.