Una parte de las incidencias que registra Rodalies a diario están relacionadas con las numerosas obras que tienen patas arriba la red ferroviaria. Son la contrapartida que deben soportar los viajeros a cambio de una inversión de futuro. El objetivo final, que no se conseguirá de un día para otro, es darle la vuelta como si fuese un calcetín a una situación de deterioro y falta de cuidado durante demasiados años que ha ido degradando un servicio convertido más en arma política que en medio de transporte.
El traspaso de Rodalies es el foco de atención y la empresa mixta formada a medias por la Generalitat y Renfe empieza a tomar forma sobre el papel para asumir competencias a partir del año que viene. Mientras tanto, a pie de vía se trabaja en numerosas obras repartidas por toda la red ferroviaria desde el 2020.
El plan de Rodalies impulsado por el Ministerio de Transportes llega ahora a su ecuador y lo hace con alrededor del 30% ejecutado y cerca de la mitad adjudicado. Entre las obras del documento que ya se han hecho realidad se encuentran actuaciones estratégicas como el nuevo esquema de vías de la estación de Sants que ha permitido ganar flexibilidad, así como diversas mejoras en la señalización y el sistema de seguridad en la línea del Maresme.
Son cuestiones que pasan desapercibidas para los viajeros pero permiten reducir las incidencias que acaban haciendo saltar por los aires todos los horarios con demasiada frecuencia. Mucho más vistosa será la incorporación de 110 trenes nuevos, de los cuales 72 serán de Alstom para Rodalies –con la primera de las unidades haciendo ya pruebas nocturnas en la R1–, y otros 38 convoyes de CAF para los servicios regionales.
El Ministerio y la Generalitat, que ahora van a la una después de años de desencuentros y reproches, confían en aprobar antes del verano las actuaciones del plan de Rodalies que se pretenden hacer realidad durante el segundo quinquenio del plan, correspondiente al periodo 2026-2030. Una de las actuaciones más importantes es el desdoblamiento de la línea de Vic. En los próximos años está previsto hacer realidad la duplicación de la línea entre Montcada y Parets, lo que volverá a comportar importantes afectaciones para los sufridos usuarios de la línea R3 por el corte del servicio. Y aún así, quedará un buen tramo sin desdoblar para más allá del 2030.
A finales de la década también tiene que estar acabado el soterramiento de Sant Feliu de Llobregat, que está afectando a los viajeros de la línea R4 desde que empezaron las obras, así como la instalación del tercer hilo entre Tarragona y Castellbisbal y la mejora de la conexión entre Tarragona y Valencia en el nudo de Vila-seca para que el corredor mediterráneo disponga de infraestructura adaptada de punta a punta de Catalunya.
En la lista de prioridades del plan de Rodalies se encuentran también una serie de remodelaciones de estaciones como la de Mataró, en la que se proyecta una integración urbana para conectar mejor el casco urbano y la zona de playa de la capital del Maresme. A nivel de mejora de la infraestructura, se plantea la remodelación de la playa de vías de Sant Vicenç de Calders y de l’Hospitalet de Llobregat, dos estaciones terminales en las que es urgente tanto una mejora a nivel operativo como para los usuarios. El soterramiento de la segunda ciudad de Catalunya, que a su vez incluye una nueva estación intermodal en la Torrassa, no está en la rampa de lanzamiento inminente.
La estación de la Sagrera avanza paso a paso
Si hay una obra que simboliza la escasez de inversión en Catalunya durante el gobierno del PP es la estación de la Sagrera. Durante varios años todo se quedó parado y allí no se movió nada, pero desde el 2018 el ritmo ha sido incesante. Se ha levantado la gigantesca estructura de la estación y se han ido cumpliendo los hitos, uno detrás de otro, que demuestran un claro avance de los trabajos.
En el 2020 ya empezaron a pasar los primeros trenes de Rodalies por su interior, en el 2022 se desviaron los que faltaban y este 2025 lo harán también los de alta velocidad. Dados todos estos pasos y con el 70% de la obra ejecutada, llega el momento de abordar la arquitectura de la estación y la urbanización del entorno que permitirán a los pasajeros llenar de vida la estación en algún momento aún sin fecha determinada.