El asedio de los apartamentos turísticos en el centro de Roma continúa. Las cifras siguen aumentando y la capital italiana, gobernada por el centroizquierda, reclama al Gobierno de Giorgia Meloni la posibilidad de limitar la concesión de licencias. Llegar a la prohibición total que Barcelona ha previsto para 2029 parece un objetivo demasiado ambicioso, pero “al menos queremos establecer una prohibición en las zonas más congestionadas”, explican desde el Ayuntamiento de Roma.
“El Gobierno central –dice el concejal de Turismo Alessandro Onorato–debe dar a las ciudades la posibilidad de gestionar el fenómeno, de impedir nuevas aperturas en algunas zonas y durante algunos años. Ahora mismo, solo Venecia tiene esa autonomía”. En los últimos días, el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, también ha insistido en este punto: ”Es escandaloso que yo no pueda tomar decisiones que sí están al alcance de mis colegas. Barcelona ha adoptado una medida muy clara, otras ciudades del mundo han hecho menos, pero nosotros no podemos hacer nada. Envidio lo que puede hacer Jaume Collboni”.
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A principios de diciembre, Gualtieri firmó una carta dirigida a la Comisión Europea junto con el alcalde de Barcelona y los líderes de otras ciudades (París, Milán, Lyon), solicitando que se otorguen a las ciudades poderes para gestionar la emergencia habitacional.
Según los datos proporcionados por la concejalía de Turismo de Roma, en noviembre de 2024 las llamadas “estructuras extrahoteleras” ascendían a 31.825, un 25% más que un año antes (25.440). Más de la mitad de estos alojamientos están ubicados en el casco antiguo.
Desde el Ayuntamiento de Roma, explican que el aumento de alojamientos turísticos también se debe a un refuerzo en los controles: “Las estructuras extrahoteleras han aumentado también porque desde febrero pasado hemos intensificado la lucha contra el alojamiento ilegal con un grupo especial de la policía dedicado a ello. Como resultado, muchos establecimientos que operaban de manera irregular han decidido regularizarse”.
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La situación se ha vuelto cada vez más insostenible para los residentes del centro de Roma, y el Ayuntamiento ha decidido centrar sus esfuerzos en el problema. En primer lugar, eliminando las cajas de seguridad para llaves utilizadas en apartamentos turísticos y, posteriormente, trabajando en la creación de una normativa más estricta para limitar la concesión de licencias.
Esta iniciativa proviene del presidente de la comisión de Patrimonio y Vivienda del Ayuntamiento, Yuri Trombetti: “Queremos definir el concepto de zonas saturadas , es decir, dividir la ciudad en áreas y establecer en cuáles ya no será posible conceder nuevas licencias. Esperamos tener el plan listo para el verano”.
La tarea no es sencilla. Ciudades que lo han intentado, como Florencia, que aprobó una normativa para prohibir la apertura de nuevos apartamentos turísticos, han encontrado muchas dificultades legales para aplicarla.
Mientras se avanza en la regulación, la policía municipal de Roma continúa la batalla contra las pequeñas cajas de seguridad con las llaves de los apartamentos turísticos, que están dispersas por toda la ciudad. El Ayuntamiento ya ha retirado 250, mientras que fuentes de la policía explican que muchos propietarios han decidido eliminarlas por su cuenta, ”prueba de que la medida está surtiendo efecto”.
”Estas iniciativas van en la dirección correcta”, dice Giuseppe Roscioli, presidente de la asociación de hoteleros Federalberghi Roma. ”Se está intentando salir de la jungla con nuevas normas. Pero en Italia falta el coraje para tomar decisiones más radicales, como la de Barcelona. En el país hay cerca de un millón de viviendas en alquiler turístico, y entiendo que regular el mercado implique un riesgo que la política nacional no quiere asumir”.
Un jubileo por debajo de lo esperado
El inicio del año santo aún no ha generado en Roma el auge turístico esperado. Según los datos de enero de 2025, las llegadas a la capital se han mantenido en línea con las de 2024, año en el que se registraron 22 millones de visitantes y 51 millones de pernoctaciones. El alcalde Roberto Gualtieri declaró: “No aceptamos relatos falsos sobre un supuesto caos en Roma por el año jubilar. Será, en cambio, un buen año para visitarla”.Sin embargo, el presidente de Federalberghi, Bernabò Bocca, señaló que 2025 podría no superar los resultados de 2024. La situación recuerda al jubileo del 2000, cuando el verdadero incremento turístico se produjo en 2001, con un aumento del 17% respecto al año anterior. Otra gran incógnita es el estado de salud del Papa Francisco. Si su convalecencia se prolonga o su salud empeora, el impacto del jubileo en el turismo podría verse aún más afectado.
