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martes, abril 8, 2025

Romina Peluffo, una uruguaya en plena cosecha: serie en Disney+, encuentro con Scorsese y show con entrada libre

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Romina Peluffo
Romina Peluffo, actriz y cantante uruguaya.

Foto: Darwin Borrelli / El País

Es temporada de cosecha. Tras trabajar sin respiro en aquellos tiempos donde el covid era una amenaza e incluso rodar con el virus en el cuerpo sin saberlo, Romina Peluffo vive un presente que nunca imaginó. En enero se estrenó El mejor infarto de mi vida, la serie basada en una historia de Hernán Casciari en la que brilla como la mitad de una pareja uruguaya que pide su propio spin off. El aroma del pasto recién cortado, la película de la argentina Celina Murga que produce el mismísimo Martin Scorsese, llegó al festival neoyorquino de Tribecca, se estrenó en Buenos Aires y recientemente en el Festival de Punta del Este, para aterrizar en salas locales en poco más de un mes.

Y se lanzaron la serie Es amor? de Marisa Quiroga y Sebastián Bednarik, la película Naufragios de Vanina Spataro y hasta la esperada comedia de zombies de Pablo Stoll, El tema del verano, en la que tiene una aparición mínima. De repente, los proyectos cocinados desde 2021 a esta parte salieron a la cancha juntos. Hay algo extraño en la configuración de los tiempos. Es parte de la vida de artista.

Ahora, mientras sus últimos personajes conquistan las pantallas y, de alguna forma, recorren el mundo, Romina Peluffo está lista para enfocarse en la música, quizás su primer refugio. A punto de meterse a trabajar en un tercer disco que hubiera querido hacer antes, estrena canciones este miércoles 2 a las 19.30 en el patio de La Cretina (Soriano 1236), en un formato que nunca hizo y con nervios, sí, pero con ilusiones.

“Creo que va a estar buenísimo. Me parece un horario soñado, el lugar está ideal, el clima todavía está precioso, es entrada libre, o sea, yo no sé más quieren”, dice con voz de publicidad. Después, suelta una risa y derrumba el personaje de vendedora.

Durante años, Romina Peluffo trabajó detrás de las cámaras de cine. Estuvo siempre ahí: cerca de la música (tomó sus primeras clases a los 7), cerca de la escritura, cerca de la actuación. Le gusta decir que dio varios rodeos hasta lanzarse con todo a cabalgar. En 2018 lanzó su disco debut, Obsesa, y generó un pequeño revuelo en una escena del rock local que la recibió de brazos abiertos.

Ese mismo año filmó Alelí, la película de Leticia Jorge que fue su primer gran trabajo como actriz, pero la película recién se estrenó en 2020. No fue planeado; nada, en su vida, ha sido demasiado planeado. Sin embargo, a Peluffo le da cierta tranquilidad que las cosas se hayan dado de esta manera. Que la música, al final, haya estado primero.

Romina Peluffo
Romina Peluffo viene de estrenar series y películas, y ahora prepara un nuevo disco.

Foto: Darwin Borrelli / El País

“Hay actores y actrices que empiezan a hacer una carrera musical y a veces está esa cosa de ‘la actriz que canta’. Es un embole y está mal, pero sé hay como un prejuicio. Pero hacer el camino inverso es distinto. Como si te tomaran más en serio como músico”, dice en charla con El País.

Lo que sí reconoce es que todo ha sido vertiginoso, que cuando mira para atrás, en cierto modo, no entiende nada de lo que ocurrió. Tras el disco Obsesa y la película Alelí, Peluffo grabó Piel fina. Su segundo disco salió en 2020 y entonces vino la pandemia, pero con el covid también vino el auge audiovisual en Uruguay. A Peluffo, que se había animado a soltar las riendas de su yo actriz, se le abrieron puertas: tuvo un par de participaciones en ficciones argentinas (la película Noche americana, la serie Barrabrava) y filmó los proyectos que se estrenaron en el último tiempo. Además hizo un EP con el músico Gonzalo Silva, Temporal.

“No me doy del todo cuenta qué incidencia tiene en lo musical el haber profundizado en la parte actoral. Capaz que lo performático ayuda, pero el cine es bien distinto porque no es en vivo. Y yo no hago teatro, entonces tampoco es que me curtí en las tablas. El vivo tiene algo totalmente irreproducible”, dice.

Aunque el impacto de un mundo a otro no esté tan claro, Peluffo está distinta. El miércoles en La Cretina, por ejemplo, hará algo que nunca hizo: tocará en formato dúo con Santiago Peralta, y mientras él estará en la guitarra acústica, ella se desprenderá del instrumento y, por primera vez, solamente cantará. La cita es a las 19.30 con entrada libre y promete versiones minimalistas de su repertorio, algunos covers y temas nuevos.

Ya tiene el color para su nuevo disco, y algunas otras nociones que aún prefiere guardarse. “Rick Rubin aconseja entrar al proceso creativo con un gran signo de pregunta, y que sea la obra la que te guíe. Y yo recontra creo en esa idea, entonces, estoy emocionada y nerviosa. Vas un poco a ciegas, pero vas confiando en las canciones, que son como entidades que existen y te trascienden, y vamos a ir encontrando el sonido”.

El día que conoció a Martin Scorsese y los mejores mensajes que recibió tras una serie

En el cine y las series, todo es distinto. Crear, dice Peluffo, es de alguna forma más liberador, ya que implica construir a partir del texto y las líneas que alguien más estableció. “Tu creación en el cine es ese personaje y ni siquiera lo hacés sola. Entonces estoy más relajada porque sos más una pieza del engranaje y cumplís esa función, pero a la vez terminás de filmar y no te enterás de nada hasta que se estrenó. No tenés ni idea qué va a pasar, qué toma van a elegir, cómo va a quedar aquello”.

Dice que todavía tiene que aprender a que no le duela cuando descubre que algunas escenas o planos fueron eliminados en el producto final, pero está más que conforme con el resultado de El mejor infarto de mi vida, la serie que llegó en enero a Disney+ y que, para ella, fue una sorpresa. “Una buena sorpresa”.

La ficción está basada en el infarto que el escritor argentino Hernán Casciari tuvo en Montevideo hace 10 años. Peluffo y Rogelio Gracia son Alejandra Oddone y Javier Artigas, la pareja que lo alojó en un Airbnb y al final, al llevarlo al hospital, le salvó la vida. El trabajo de ambos es un punto altísimo del proyecto.

el mejor infarto
Romina Peluffo y Rogelio Gracia junto a Alan Sabbagh en la serie «El mejor infarto de mi vida».

Foto: Difusión

“Mucha gente me escribió mensajes lindísimos agradeciendo, que es lo más lindo. Que te feliciten y te digan que tu trabajo está bueno, genial, pero que te digan: ‘me conmoví’, ‘me tocó’, ‘lloré’, es más lindo todavía, y eso me pasó un montón”, dice.

El camino de actriz, esta aventura que ha trastocado su vida en los últimos años, no solo le ha traído ese tipo de emociones. En 2024, en Nueva York, estuvo a metros de Martin Scorsese, lo escuchó contar anécdotas, puede decir que un día se sacaron una foto juntos. “¡Es un delirio! No fui a saludarlo, había mucha gente, como moscas alrededor de la miel. Pero estuve ahí, lo escuché conversar, contó anécdotas, la gente estaba fascinada y yo también. ¡Es chiquitito! Era como un poco surrealista. Estar en una película que empieza diciendo ‘Martin Scorsese presenta’ es algo que nunca hubiera creído que podía pasar”.

Es El aroma del pasto recién cortado, donde tiene “un personaje importante” y donde trabaja con Joaquín Furriel, bajo la dirección de Celina Murga. “Era todo desafío y todo sumaba. Era win win por todos lado. Hice casting, pero cuando me lo plantearon, fui de cabeza”.

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El equipo de «El aroma del pasto recién cortado», con Martin Scorsese al medio.

Foto: Instagram @rominapeluffo_

Al momento de esta nota, Peluffo tenía por delante otro casting para una serie argentina, y un proyecto confirmado que se rodará en Brasil próximamente. El año pasado hizo de mexicana para un proyecto del que aún no puede contar nada. Sueña con que el arte siga abriéndole caminos, llevándola por el mundo, acercándole historias. Sueña con que siempre haya una oportunidad más para jugar a ser otra, porque al final, siempre estará al música para volver a ser una misma.

La historia con Alejandra y Javier, la pareja uruguaya y real que interpretaron en «El mejor infarto de mi vida»

«Con Rogelio los vimos dos veces antes del rodaje. Una vez estaban en Montevideo los directores de la serie y algunos de la producción, se encontraron con Javier y con Alejandra a cenar y Pablo Bossi lo llamó a Rogelio y le dijo: ‘¿No te querés venir?’. Fue una situación social relajada, hablamos un poco pero tampoco se podía profundizar mucho. Lo primero que me impactó es que no nos parecemos absolutamente nada», cuenta Romina Peluffo sobre cómo fue su relación con Alejandra Oddone, la uruguaya que tuvo un rol clave en el infarto que sufrió Casciari en Uruguay.

Diez años atrás, el escritor argentino vino a Montevideo, alquiló un Airbnb en el Prado y tuvo un ataque cardíaco cuando estaba allí hospedado. Los anfitriones lo llevaron en auto hasta el Hospital de Clínicas y los médicos les dijeron que si hubieran demorado unos minutos más, Casciari no habría sobrevivido.

El giro que tan bien refleja la serie es que el matrimonio atravesaba un momento personal delicado, y la reseña que escribió Casciari sobre su alojamiento les cambió la vida.

«Después nos invitaron a cenar y fuimos con Rogelio a su casa y nos quedamos hasta retarde hablando un montón. Yo no quería imitarla, no era la idea, y tampoco quería tener mucha información. Desde el momento en que no éramos parecidas físicamente, ya había una decisión de la serie de no ir a la imitación, entonces teníamos que generar otra cosa. Así que pasamos bárbaro, pero yo no estaba anotando todo en un cuaderno ni copiando manierismos. No era por ahí», relata Peluffo, que los recuerda como «superanfitriones».

Finalmente, los cuatro vivieron un momento extremadamente especial en el rodaje. «Estábamos haciendo una escena en la que Javier se entera de un problema, yo dejo los análisis médicos y me siento aúpa de él y lo abrazo. En la serie eso pasa en dos segundos y medio, pero cuando lo filmamos fue superintenso. Rogelio estaba en un lugar muy emotivo, yo también, y creo que hicimos dos tomas, no más, y cuando terminamos se cortaba el aire. A veces pasa que se da esta sensación de que, entre que se dice ‘¡Acción!’ y se dice ‘¡Corte!’, se suspende el tiempo o se suspende la realidad. Y cuando dijeron ‘Corte’, estábamos los dos muy emocionados y viene alguien y nos dice: ‘Están Alejandra y Javier en el monitor, llorando los dos’. Fue muy fuerte, y es difícil, cuando pasa algo así, que después no traspase la pantalla».

Redacción

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