La justicia dictó la prisión preventiva para dos agentes de la policía de Santa Fe, identificados como A. E. R. y P. G. F., por un robo millonario que expone una cínica degradación de la función pública. Los efectivos, uno de ellos perteneciente a la crucial División Asuntos Internos y otro al Comando Radioeléctrico de Rosario, urdieron un plan delictivo usando el uniforme y los procedimientos policiales para despojar de más de 18 millones de pesos a una fábrica de plásticos.
El modus operandi fue tan audaz como perverso: los policías simularon un allanamiento por una supuesta causa de lavado de dinero. Vestidos con chalecos, guantes tácticos y capuchas, irrumpieron en el local. Según el testimonio de la víctima, nunca mostraron una orden judicial real, sino que mantuvieron la farsa del «allanamiento» incluso mientras contaban el dinero robado con la máquina de la propia víctima. El cinismo del acto se completó con el uso de supuestos inhibidores de Wi-Fi para intentar anular el registro de las cámaras de seguridad.
Análisis y Crítica: La Corrupción como Metástasis Institucional
Este caso no es solo un hecho de inseguridad, sino un síntoma alarmante de corrupción institucional. Que sean agentes de la ley, y más grave aún, que uno provenga de la división que debe investigar la mala praxis policial (Asuntos Internos), convierte el delito en una profunda traición a la confianza pública. Los ciudadanos confían en que el uniforme representa protección y legalidad; cuando ese mismo uniforme se usa como disfraz para el crimen, se socava uno de los pilares del Estado de derecho.
La simulación de un allanamiento legal para cometer un robo desnuda la facilidad con la que la autoridad puede ser pervertida, transformando un acto de control estatal en una operación delictiva planificada. Este tipo de incidentes exige una urgente y profunda revisión de los mecanismos de control interno y de la purga dentro de las fuerzas, pues cada caso de «policía-ladrón» no solo destruye la vida de las víctimas directas, sino que alimenta el descreimiento generalizado en la seguridad y en la justicia.