El diputado provincial del Partido Socialista, Rubén Galassi mostró su preocupación ante la decisión del Gobierno Nacional de eliminar diferentes áreas del Estado como la Dirección Nacional de Vialidad: “Son medidas que demuestran el desconocimiento de la realidad argentina”, criticó el dirigente en recientes declaraciones.
Si bien dejó en claro que durante el gobierno anterior “la corrupción en las obras públicas nacionales ha sido escandalosa, lo hemos denunciado y ya se pronunció la Justicia al respecto”, resaltó que “desmantelar o eliminar áreas importantes del Estado como lo está haciendo el gobierno de Milei es de una irresponsabilidad que le va a costar muchísimo a la Argentina. El trabajo de reconstrucción va a ser titánico”. En cambio, el dirigente del socialismo propuso que “el camino deber ser la eficiencia, la transparencia y la equidad”.
Para Galassi, el presidente Javier Milei “vino a destruir deliberadamente todo lo que estaba construido. Hoy la ciudadanía se lo tolera porque quienes gobernaron antes fueron un gran fracaso y generaron la Argentina de la pobreza, la corrupción y la ineficiencia. Pero el paso de un Estado sobredimensionado e ineficiente a su desaparición, es una irracionalidad” lamentó. “Hoy hablamos de Vialidad, del Garrahan, de las universidades nacionales, del Instituto Nacional del Cáncer- El INTI, el INTA, todos organismos que son necesarios y que en lugar de destruirlos, hay que mejorarlos”, sentenció.
-Las elecciones de octubre son una oportunidad para ponerle un freno al gobierno nacional?
En Santa Fe siempre supimos construir alternativas, incluso frente al propio kirchnerismo. Creo firmemente que una ideología sin valores lleva al fracaso de los gobiernos y a la frustración del Pueblo. No podemos volver a tolerar el “vale todo”, ya sea por corrupción o por la destrucción deliberada del Estado. Lo que pasó con el fentanilo contaminado o el rol de ciertos jueces como Bailaque, que bloqueó investigaciones clave y ahora recibe una jubilación para evitar el juicio político, son ejemplos lamentables. Entonces, hay que construir una alternativa. Y en Santa Fe lo estamos haciendo, con una gestión que reconoce el rol central del Estado en políticas públicas. Es verdad que la urgencia del drama de la inseguridad y la violencia en Rosario hizo que el gobierno visibilizara todo lo que se está haciendo en seguridad, desde la construcción de las cárceles de máxima seguridad hasta los despliegues policiales, que están dando resultados. Tambíen los cambios en la coordinación con el Ministerio Público de la Acusación.
Pero además se está haciendo mucho en lo social, con una cantidad de Programas que son un bálsamo para los sectores populares. En pocos días vamos a inaugurar el Hospital de Alta complejidad de Rafaela, que soñó Hermes Binner, lo empezó Antonio Bonfatti, le dio un gran impulso Miguel Lifschitz, el avance siguió con Omar Perotti y lo va a inaugurar Maxi Pullaro. Eso es política de Estado, eso es un proyecto colectivo más allá de los nombres. Aquí en Santa Fe hay un modelo de conducción política y de desarrollo de la función del Estado que es distinto. Eso tiene que tener una expresión electoral. Si no logramos armarlo desde Unidos, no dudo de que el Partido Socialista tiene que tener una voz que confronte claramente con este modelo nacional.
-Usted cree que esa alternativa es posible hoy en Argentina?
Habrá que trabajar y construir esa alternativa, obviamente basada en la ética pública, pero también cómo nos planteamos un país con más equidad. No puede ser que con el RIGI le demos un montón de posibilidades a las grandes inversiones, -yo estoy de acuerdo que Argentina tiene muchos sectores subexplotados-, pero al mismo tiempo paga lo mismo de IVA el que cobra una jubilación mínima que quien es millonario.
El socialismo cuenta hoy con dos representantes en el Congreso Nacional, que son una voz potente, como Mónica Fein y Esteban Paulón. El Partido Socialista claramente tiene que tener representación en el Congreso y lo tendrá que hacer formando parte de un espacio, ojalá, similar a lo que es Unidos, y si no, lo tendremos que hacer solos. Pero en estos tiempos no se puede dudar en dejar vacante una representación. Creo que hay una ciudadanía que espera que el socialismo la represente y nosotros tenemos que estar para cumplir ese rol, que hoy es ponerle límites a este gobierno mientras construimos una alternativa distinta para el año 27. Una alternativa que reforme el Estado y lo mejore, que baje la inflación, que cuide las cuentas públicas, pero al mismo tiempo que haga rutas, cárceles, escuelas, hospitales, que es algo que sí estamos haciendo en Santa Fe. Es decir, lo que yo le relato ahora no lo invento, no digo es una promesa de campaña, es algo que estamos haciendo como gobierno en Santa Fe y lo podemos hacer en Argentina.
-La Convención Constituyente, que lamentablemente en el medio de tanto caos pasa casi desapercibida, y que comienza la semana que viene, es un buen laboratorio para ejercitar este tipo de acuerdos…
No soy constituyente, pero sí voté la ley para que después de más de 60 años l provincia de Santa Fe pueda modernizar su Carta Magna. Espero que esta Constitución que tendremos desde septiembre, sea una que refleje grandes acuerdos políticos, que reconozca nuevos derechos, que habilite la participación ciudadana -como el referéndum, consulta popular y revocatoria de mandatos-, las autonomías municipales, un nuevo diseño de la estructura de poder en la provincia, la limitación de los mandatos, la eliminación de los fueros… Entiendo que tiene que haber acuerdos sin mezquindades. La coyuntura no puede ser más importante que la estructura, que es lo que vamos a dejar para los próximos 30 años.
-Rubén, ¿cuántos años hace que militás?
Yo me afilié al Partido Socialista a los 19 años, así que ya llevo más de 40 de militancia.
Y te pregunto, obviamente uno siempre se remite a la dictadura como el momento más difícil, que seguramente coincidió con los años en los que comenzaste a militar, no debe haber un momento tan complejo para la militancia política como el actual..
Bueno, los discursos del odio están a la orden del día y los que tenemos unos años sabemos que la violencia empieza siendo verbal y simbólica y lamentablemente en algún momento se transforma en violencia real.
-¿Ves un riesgo ahí?
Lamentablemente más que un riesgo ya es una realidad hoy de la Argentina, yo creo que es cuestión de tiempo que esto escale. Porque tenemos un presidente que hace de la violencia su acción política, todos sus discursos son violentos, ejerce violencia hasta desde el púlpito de un culto religioso haciendo un discurso con mentiras indefendibles. Lo que ha sufrido (el diputado nacional socialista) Esteban Paulón estos días por su orientación sexual es inaceptable y todo eso en boca de un presidente genera hacia abajo un caldo de cultivo que uno nunca sabe por dónde puede estallar. Así que es muy preocupante, por eso creo que hay que construir alternativas para que por la vía democrática podamos imaginar un proyecto distinto para la Argentina. Este presidente vino a destruir el Estado, está destruyendo la Universidad, el Garrahan, Vialidad Nacional, el INTI y el INTA, pero está fortaleciendo a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas de Seguridad y a la SIDE, eso también nos está diciendo algo…
-En cuanto al balance de lo acontecido en las elecciones municipales. ¿Qué balance hacés?
En cuanto a las elecciones locales del 29 de junio, Unidos cumplió el objetivo. Donde se ponían en juego los Ejecutivos no sólo se ganó en las que se gobernaban, sino que se amplió la cantidad. Se ganó en la mayoría de las 19 ciudades en las que se elegían intendente y en gran parte de las comunas también. Pero se perdió en concejales en Rosario, Rafaela, Villa Gobernador Gálvez, Reconquista, San Lorenzo y otras ciudades.
Sin embargo, yo creo que el principal mensaje que dejaron las elecciones pasadas, es el alto ausentismo. Estamos hablando de un 52% de ausentismo. Y creo que lamentablemente se va a repetir en las elecciones de octubre. La ciudadanía está diciendo algo, y a mí lo que me preocupa, y debería preocupar a todas las fuerzas políticas democráticas de la Argentina es que si se resiente la democracia, si la ciudadanía deja de creer en la democracia como herramienta de transformación, entonces el riesgo es abrirle la puerta al autoritarismo, que creo que es lo que está buscando deliberadamente el gobierno de Milei. Creo firmemente que hay que replantearse qué está pasando, cómo llegarle a la población, a los que más necesitan, cómo hablar de otra manera con los empleados públicos, no hay política estatal importante y trascendente que se pueda hacer sin incluir a los trabajadores públicos.