Redacción El País.
Esta tarde se concretó el acuerdo reparatorio entre dos jóvenes y un hombre a quien habían agredido por quejarse por los ruidos molestos de una fiesta en una casa en Punta del Este. Al poco tiempo este inmueble fue comprado ple el chef y conductor de televisión, Sergio Puglia. El caso avanzó y este martes culminó, tras la formalización de los agresores, con la firma de un acuerdo reparatorio por el que cobrará US$ 4 mil.
La víctima manifestó haber estado decidido a transcurrir el proceso penal y que esta solución llega como una manera de saldar el caso tras semanas de investigación. El acuerdo, al que accedió El País, sostiene que la víctima sufrió «lesiones leves» y que una vez se efectivice la transacción el caso se dará por concluido. Esta será la «única indemnización» y al concretarse la víctima renuncia a iniciar un proceso civil para reparar el daño.
El pago es «por concepto de total y única indemnización derivada del referido evento (…) La indemnización incluye daño moral —directo e indirecto o por rebote—, daño emergente, lucro cesante pasado y futuro».
De esta forma, los agresores evitan que por este caso les quede un antecedente penal. Los acuerdos reparatorios pueden realizarse cuando el delito investigado sea culposo, cuando las lesiones personales o graves no pongan en peligro la vida de la persona, en los delitos de contenido patrimonial, aquellos perseguibles a instancia de parte y en los delitos contra el honor. Una vez ocurrida la formalización de la investigación, se puede concretar el acuerdo.
Lo que sucedió
Luis María Rodríguez tiene 71 años y reside en San Rafael. Sobre las 10:00 de la mañana del 26 de enero, tras una noche en la que el ruido no cesó, se dirigió hacia una vivienda para reclamar a quienes continuaban en una fiesta.
«Habían llamado varios vecinos para denunciar ante la Intendencia de Maldonado el desorden en el lugar; algunos también llamaron a la Policía, pero se les dijo que ellos no actuaban directamente, que tenía que ir la intendencia y ellos apoyaban», relató él mismo al medio Cadena del Mar el día de la agresión.
«Me agarraron unos patovicas ni bien llegué, me sujetaron de los brazos, mientras los que organizaron la fiesta me insultaban y me pegaban, me querían quitar mi celular para que no documentara nada», relató.
Un golpe en el rostro mientras tenía puestos sus lentes causó una herida por encima de su nariz (ver foto). También patearon su vehículo, causando abolladuras en dos de sus puertas.
La víctima, representada por Jorge Barrera, presentó fotografías, videos y constancias médicas, según relató el abogado días atrás a El País. «Este caso ratifica la importancia de la participación de la víctima en el proceso», aseguró Barrera.
La defensa de su contraparte estuvo encabezada por Joaquín Abal, que trabajó junto a Emiliano Chimuris y Santiago Noguera. «No son ningunos delincuentes; cometieron un error, lo comprendieron y desde el primer momento estuvieron dispuestos a colaborar con la Justicia», dijo Abal a El País, y señaló que el acuerdo garantiza una indemnización para la víctima y permite que sus clientes «no carguen con antecedentes penales que afecten su futuro».