General Villegas, Buenos Aires – La Ruta Nacional 33, en su tramo cercano a la localidad bonaerense de General Villegas, volvió a cobrar notoriedad por las peores razones: el viernes por la tarde, una pareja de adultos mayores de Santa Rosa protagonizó un violento choque frontal contra un camión al intentar esquivar un pozo. El saldo: un automóvil destrozado, dos personas heridas y una alarma más en una ruta que lleva años gritando por atención.
El siniestro ocurrió a escasos 15 kilómetros de Villegas. El Chevrolet Corsa Classic en el que viajaban los pampeanos circulaba en sentido América-Villegas, cuando su conductor realizó una maniobra desesperada para esquivar una imperfección en la cinta asfáltica. Esa maniobra terminó en tragedia: el coche invadió el carril contrario y colisionó de lleno contra un camión que transitaba en sentido inverso.
El impacto fue brutal. El vehículo giró varias veces sobre la calzada y quedó destrozado sobre la banquina. Las víctimas, atrapadas entre los hierros, fueron rescatadas por los Bomberos y trasladadas de urgencia al hospital local. Milagrosamente, el chofer del camión resultó ileso.
Lo más alarmante es que este no fue un hecho aislado. En una franja de apenas dos horas y media, entre las 16:00 y las 18:30, se registraron cinco accidentes entre la ciudad y sus accesos. Dos sobre rutas nacionales –la 33 y la 188– y tres en el casco urbano. La saturación de los servicios de emergencia fue tal que se requirió cambio de turno antes de lo previsto, mientras las ambulancias iban y venían sin descanso.
El estado calamitoso de la Ruta 33 no es novedad para los vecinos, transportistas y viajeros que deben usarla a diario. Los pozos, la falta de señalización, el deterioro del pavimento y la escasa iluminación nocturna convierten a esta traza en una verdadera ruleta rusa. Años de abandono, promesas incumplidas y parches de mantenimiento improvisados han dejado una infraestructura obsoleta y peligrosa.
Este nuevo episodio trágico no solo exhibe la vulnerabilidad de quienes transitan por nuestras rutas, sino también la desidia de los organismos responsables del mantenimiento vial. No basta con enviar ambulancias tras cada accidente. Es urgente que Vialidad Nacional, junto con las autoridades provinciales y municipales, actúe con la seriedad que la situación requiere.
Hoy fue una pareja de Santa Rosa. Mañana, cualquiera de nosotros.
¿Cuántos heridos más hacen falta para que la Ruta 33 deje de ser una trampa mortal?