Por Profesional, la Lic. Ana Pérez Declercq, miembro del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, dejó en manifiesto lo alarmante de esta cifra en lo que va del 2025, y destacó la importancia de visibilizar este problema social.
La crisis de violencia de género sigue generando preocupación en la provincia de Salta, donde se registró que, en lo que va del año, hubo 13 muertes violentas de mujeres, de las cuales cinco ya están oficialmente caratuladas como femicidios.
En diálogo por Profesional, Ana Pérez Declercq, licenciada en Sociología y miembro del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, destacó que este fenómeno coloca a la provincia entre las cinco con mayores tasas de femicidio en el país, y que, aunque estos crímenes son estremecedores, también evidencian un cambio en la forma en que se investigan estos hechos.
“Ahora, las muertes son analizadas con una perspectiva de género”, explicó, destacando que anteriormente muchos de estos casos se catalogaban como suicidios sin una investigación más profunda. Sin embargo, la incorporación de una mirada de posible femicidio permite visibilizar la magnitud del problema.
El informe da cuenta que las víctimas, en su mayoría mujeres de entre 30 y 50 años, eran en su mayoría madres y, en gran parte de los casos, sus parejas fueron quienes terminaron con sus vidas. “En 4 de los 5 femicidios, quienes cometieron el crimen fueron las parejas de las víctimas”, explicó. Además, reveló que la mayoría de estos crímenes ocurrieron en el hogar y que la fuerza física fue el medio más utilizado, seguido por el uso de armas de fuego.
Pérez Declercq también destacó la necesidad de programas específicos para la provincia, que sean adecuados a las realidades locales, y subrayó la importancia de continuar visibilizando y educando sobre la violencia de género. “Aunque se ha avanzado, aún falta mucho por hacer, especialmente en educación, que es la clave para prevenir estos crímenes”, concluyó.
En este sentido, Pérez Declercq concluyó que el trabajo debe ser constante y no solo en las escuelas, sino en toda la sociedad, para evitar que la violencia contra las mujeres siga siendo un problema sistémico y que las cifras de femicidios en la provincia sigan aumentando.