Criado en el norte de nuestro país, Santiago Arias mostró, desde muy pequeño, interés por la naturaleza, especialmente por los animales, en el campo de su familia materna.
A medida que crecía, consiguió sus primeros dispositivos electrónicos con cámara, con los que tomaba fotografías y, así, se dio cuenta de que eso también le gustaba mucho.
Hoy, a los 21 años, combinó ambas pasiones. Y no sólo ha recorrido la Argentina sino que también ha viajado por muchos otros países para capturar imágenes de los animales más desconocidos.
Recientemente, una de estas fue elegida para ser parte de una famosa revista de naturaleza, mientras que otras fueron seleccionadas en el concurso de fotos salvajes más famoso del planeta.
En diálogo con Clarín, Santiago contó los detalles de su historia, que, a pesar de ser breve, resulta muy interesante.
Los inicios como fotógrafo silvestre en el campo de su familia
Como si fuera un adelanto de su destino, cuando tenía poco más de un año, Santiago Arias ya conocía 3 países. Es que nació en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 22 de abril de 2004. Pero vivió sus primeros meses en El Cairo, Egipto, hasta que finalmente se mudó, junto a su familia, a San Lorenzo, una ciudad de la provincia de Salta, Argentina.
Santiago Arias comenzó sacando fotos en su campo familiar. Foto: cortesía Santiago AriasEn dicha localidad, que se ubica a tan solo 10 kilómetros de la capital provincial, cursó toda su etapa escolar. Aunque lo que más recuerda, con felicidad, son los momentos que pasaba en el campo de la familia, donde disfrutaba de la flora y la fauna.
«Mis viejos trabajan en el campo. Mi mamá administraba la parte hotelera y mi papá, que es abogado, se especializó en recursos naturales. Los fines de semanas, los feriados y en las vacaciones me iba para allá», detalló el protagonista a Clarín a través de una videollamada.
Fue en ese lugar que, paulatinamente, el pequeño se enamoró de la naturaleza, en particular de los animales. Según dijo, contribuyó mucho a ello la lectura, en especial un libro de animales que le regaló su abuela.
Ya un poco más grande, le obsequiaron una tablet iPad y, lejos de utilizarla para mirar videos o para los jueguitos, la usaba para sacar fotos a las ranas y a las gallinas que tenía su familia.
Gracias a ese aparato electrónico, en consecuencia, al niño se le despertó otra pasión: la fotografía. Por tanto, su tío, quien siempre lo veía sacando fotos con la tablet, le prestó una cámara profesional.
Con ella, la prematura carrera de fotógrafo de Santiago, de entonces 12 años, se aceleró bruscamente, hasta que empezó a trabajar de eso.
«A los 14 hice mi primera sesión de fotos para una amiga de mi mamá que vendía bolsos. Después empecé a hacer cuadros con mis imágenes y, a los 16, vendí el primero, que era de unas montañas», contó.
Finalmente, a los 17, egresó del colegio y se mudó a la Ciudad de Buenos Aires, donde estudiaría Marketing, con la esperanza de que esa carrera estuviera relacionada con la profesión que a él le gustaba.
Fotógrafo por oficio y obligación: la experiencia internacional de Santiago Arias
En la capital de Argentina, Santiago Arias cursó un año y medio de Marketing, pero la carrera no resultó ser lo que esperaba, y, en consecuencia, decidió ir a lo seguro y anotarse en la licenciatura de Fotografía, pues pensaba que en ella sí estudiaría lo que tanto le apasionaba.
Santiago Arias estudia Fotografía en CABA. Foto: cortesía Santiago AriasSu cámara, en tanto, siempre se mantuvo activa. «Cuando llegué a la ciudad, fui a sacar fotos a la reserva de animales de Tigre y a la reserva Costanera Sur de Puerto Madero, entre otros lugares», recordó.
Además, para bancarse lo que llama «la joda» de sacar fotos, Santiago también comenzó a hacer sesiones para casas de ropa, muebles y otras temáticas distintas a la animal.
Es que realmente sus planes profesionales eran costosos, ya que deseaba ir a fotografiar paisajes de África.
Esto se concretó en 2023, cuando el joven viajó a Tanzania y a Kenia, dos países conocidos por sus espectaculares safaris. Allí, estuvo por un mes, tiempo durante el que recorrió muchísimos parques nacionales y reservas, y fotografió a una gran cantidad de animales, la mayoría de ellos muy peligrosos.
«Son los países meca del safari de África. Fui a todos los lugares que pude, incluyendo el Serengueti, una de las reservas más grandes del continente. Le saqué fotos a leones, elefantes, cebras y aves, entre otros. Durante la experiencia, estuve acompañado por especialistas y fotografiaba desde una camioneta, porque si te bajas, te comen», detalló el joven con indudable pasión.
La foto de un león, sacada por Santiago Arias. Foto: IG (santiago_arias_photography)Un año más tarde, Santiago se daría el gusto de viajar de nuevo, esta vez a Costa Rica, un país conocido en el ambiente del naturalismo porque tiene una diversidad de especies de animales única.
Su objetivo en esta nación era fotografiar algunos animales específicos que no están en otras partes del mundo y, a pesar de que no la tuvo fácil, logró hacerlo.
«Fui dos meses y recorrí casi el país entero, aunque me costó porque llovió. Me interesaba encontrar el quetzal, el ave de los mayas, las ranas de cristal y la víbora de pestaña, que prácticamente solo está en Costa Rica. Por suerte, pude verlos a todos, y a una rana de cristal le saqué una foto en la que se le ven todos los órganos», contó.
La foto de una rana de cristal, tomada por Santiago Arias. Foto: cortesía Santiago AriasUn tercer destino del exterior conocido por el fotógrafo es Estados Unidos, adonde todos los veranos se va a trabajar durante unos meses. Por supuesto, allí también lleva su cámara. «En EE.UU. le saco fotos a ciervos, alces, y otros animales, y espero encontrar, algún día, un oso», afirmó con un entusiasmo indisimulable.
La foto del yaguareté Porá y el reconocimiento de las organizaciones más prestigiosas de la fotografía silvestre
En lo que va de este año, Santiago Arias no viajó al extranjero para despuntar su vicio. Sin embargo, en el Chaco, una de las tantas provincias argentinas que ha recorrido, tomó una imagen que dio que hablar en el mundo de la fotografía.
El pasado agosto, viajó allí junto a miembros de Rewilding (Renaturalización, en español), una organización que lucha contra la extinción de animales y tiene como uno de sus objetivos hacer popular el Parque Nacional El Impenetrable, ubicado en el norte chaqueño.
El viaje tenía previsto un recorrido por el lugar, durante el que la gente de la fundación explicaría a quienes se sumaran la importancia de conservar la flora y la fauna. Santiago decidió hacerlo ya que, de paso, podría sacar fotos a los interesantes animales que habitan el Parque.
En El Impenetrable, Santiago Arias tomó una impresionante imagen. Foto: cortesía Santiago AriasLo que no imaginó el joven es que se iba a cruzar a uno de los 14 yaguaretés que se encuentran en dicha zona. Menos, que le iba a poder sacar una foto tan de cerca. Y menos aún, que esa imagen trascendería las fronteras argentinas. Así lo recuerda:
«Íbamos caminando con los chicos de la organización, que nos explicaban el tema de la conservación de yaguareté, cuando apareció uno. Se acercó aproximadamente a 25 metros, me tiré al piso para tenerlo a la misma altura y le saqué varias fotos. Luego, mandé una a la revista Crikey, sin grandes ilusiones. En septiembre, me avisaron que había sido preseleccionada para aparecer en la tapa».
La revista mencionada, una de las más prestigiosas en el ámbito de la fotografía silvestre, es publicada por el Zoológico de Australia, propiedad de la familia Irwin, cuyo miembro más conocido fue Steve, un naturalista que rescataba animales salvajes y que se volvió famoso gracias a su participación en el programa televisivo «El Cazador de Cocodrilos».
Cada tres meses, el Zoológico elabora una edición con varias fotos escogidas de entre las miles que envían desde distintas partes del mundo. El requisito para participar de ella es que sean imágenes de animales salvajes, y las ganadoras pueden salir en la tapa o en el interior.
Tras la preselección de la foto, Santiago sí se ilusionó, aunque pronto volvió a perder las esperanzas, ya que la organización había dicho que anunciaría el resultado final el 7 de octubre, pero pasó dicha fecha sin que el argentino recibiera noticias.
Finalmente, y de manera inesperada, le llegó un mail que no solo decía que su foto había sido seleccionada para aparecer en la próxima edición de la revista, sino también que esta será la única que figurará en la tapa.
La imagen fue titulada por Santiago «Un gran regreso», ya que el yaguareté fotografiado, llamado Porá, es uno de los reintroducidos en El Impenetrable como parte de un proyecto que busca conservar a la especie en extinción.
La foto del yaguareté Porá, sacada por Santiago Arias. Foto: cortesía Santiago AriasMuestra, con una calidad increíble, el avance frontal del animal, que parece estar muy cerca del fotógrafo, con su pata derecha apenas levantada.
A pesar de su impacto, este no sería el único hito internacional que alcanzado por el fotógrafo. También en septiembre, quedó preseleccionado en el concurso de fotografía silvestre más importante del mundo, llamado Wildlife Photographer of the Year (Fotógrafo de Vida Silvestre del Año).
En dicha competencia, impulsada, entre otras empresas, por la BBC, participan alrededor de 100 mil fotógrafos de todo el mundo, que hacen su aporte al más de dos millones y medio de imágenes que se juntan.
Santiago decidió enviar a la organización una foto que le tomó a un elefante y otra que le sacó a una vizcacha. Estas, aunque no llegaron a ser premiadas, alcanzaron a quedar entre las tres mil fotos preseleccionadas como las más lindas del mundo.
El aún estudiante de fotografía dice no saber de dónde obtuvo la aptitud para capturar semejantes imágenes, aunque reconoce que aprendió mucho de la lectura y, sobre todo, de la práctica.
«No sé por qué tengo este talento, ya que nunca hice un curso al respecto. Leo mucho acerca de fotos, pero creo que son el tiempo y la práctica los que me ayudan a que cada vez me cueste menos», reflexiona sobre su pasión.
Lo más interesante del trabajo de Santiago, por último, es el enfoque propositivo que tiene. «Pretendo dar a conocer a los animales, porque uno no ama lo que no conoce, y mostrar que estos son bellos. No me gusta la perspectiva dramática, quiero que la gente sienta ganas de protegerlos por amor, no por miedo a perderlos», resumió, antes de finalizar la conversación virtual con Clarín.
Vaya si el joven está logrando su objetivo: un video suyo, que muestra distintos animales de nuestro país, tiene más de 2 millones de vistas.





