Este jueves 17 de julio se estrena en Netflix la segunda temporada de División Palermo y su creador, el comediante Santiago Korovsky, se pregunta cuánto de su humor en la serie se transformó por el amor: por su relación de pareja con la actriz Celeste Cid. Él mismo se lo dice Clarín: “¿Vos sentís que hay algo diferente en esta nueva temporada en relación con el amor? ¿Sentís que ahí se nota el efecto? A Celeste Cid la conocí cuando terminaba de escribirla y los chistes ya estaban puestos. Por ahí en mi próximo proyecto te lo pueda responder con más seriedad”.
Oficialmente en pareja con Celeste Cid desde enero tras largos meses de rumores, Santiago Korovsky vive hoy una doble exposición mediática: División Palermo ganó múltiples premios, hay muchas expectativas sobre él y todos quieren saber sobre su relación con la bellísima actriz. ¿Cómo maneja tantas presiones? Habrá tiempo para descifrar el humor de esta ácida ficción sobre una guardia urbana inclusiva -con gente con mal llamada “discapacidad”-. Ahora es tiempo para que Korovsky hable de amor. ¿Cómo vive su relación con Cid?
El actor, director y guionista le responde a Clarín desde las oficinas de Netflix: “El amor siempre es algo que nos hace bien y nos vuelve mejores en todo sentido -dice-. Pero también nos hace más vulnerables. El amor tiene a veces su dosis de sufrimiento, pero es algo que inspira, y también en el humor”.
Y quizá por ello “me cueste tanta exposición: no es lo que más me gusta de mi trabajo. Yo trato de no hacer muchas entrevistas, para preservar mi pareja con Celeste, y también trato de no estar subiendo cosas a las redes todo el tiempo. Quiero tener una intimidad por fuera de todo esto”.
Korovsky sigue otra estrategia para lograrlo de cara al lanzamiento de División Palermo 2: “Hago mucha terapia -confía- y busco herramientas, porque trabajar tanto con el celular genera una adicción y una ansiedad muy alta, por todo lo que pasa en las redes. Entonces, trato de desinstalármelas. Ahora tuve que volver a instalarlas para promocionar el estreno de esta segunda temporada. Entre desinstalarlas y volverlas a instalar, voy tratando de sobrevivir”.
Los secretos de la Guardia Urbana

Y la que también sobrevive -y redobla sus fuerzas- es la Guardia Urbana de División Palermo. La primera temporada, de 2023, ganó como Mejor Comedia en la 52º edición de los Premios Emmy Internacionales, obtuvo siete galardones en los Premios Cóndor de Plata, el Premio Sur a la Mejor Serie de Ficción y un Premio Platino a Mejor Actor de Serie, entre otros reconocimientos. Además, estuvo en el Top 10 de series de Argentina por cinco semanas. ¿Qué ofrece de distinto División Palermo en la sobreoferta de ficciones por streaming?
Ante todo, la serie trabaja el humor satírico en torno a esta Guardia Urbana con personas de diversas minorías, que es utilizada por el poder político porteño -en la ficción- para enarbolar su supuesta política inclusiva. El protagonista, el algo torpe Felipe Rozenfeld (Korovsky), es miembro de la colectividad judía; lo acompañan un manco (Daniel Hendler), Sofía, una chica en silla de ruedas (Pilar Gamboa), un ciego (Facundo Bogarín), una chica trans (Valeria Licciardi), un joven de baja estatura (Hernán Cuevas), un inmigrante boliviano (Renato Condorí Sangalli), y ahora se sumaron un chico con síndrome de down y una chica con autismo.
En plena campaña electoral, la Guardia Urbana enfrenta desafíos para evitar que la cierren. El barrio se vuelve cada vez más peligroso y los Servicios de Inteligencia reclutan a Felipe Rosenfeld para investigar a una banda criminal que opera desde el local de café blend Cuero Café, liderado por Milton, a cargo de Juan Minujín, una de las nuevas incorporaciones. También se suman Alejandra Flechner, Esteban Bigliardi, Inés Efron, Guillermo Arengo y Martín Piroyansky, y vuelven Martín Garabal y Charo López como dos policías desfachatados.
¿Qué hilos pendientes de la primera temporada fueron clave para encarar la segunda? Korovsky responde sin dejar de reír:
“Uno de los hilos es la relación amorosa de Felipe con Sofía. Otro es un bolso de dinero que pierde la mafia coreana. Después está la propuesta de Inteligencia, que a Felipe le llegó al final de la primera temporada. Además, se abren otras Guardias Urbanas en otros barrios y la Ministra de Seguridad se presenta a elecciones. Todo eso fue sembrado al final de la primera parte. ¿Cómo hacemos un engranaje, con cinco líneas, para no ser mamarrachos? Fue todo un desafío generar coherencia con todo esto sin perder a la Guardia Urbana como equipo”.

–Con todos los premios que ganó la serie, ¿qué presiones sentiste para hacer la segunda temporada?
–Muchas. Sentíamos que teníamos que estar a la altura. Me generaba bastantes nervios. Por suerte lo de los Premios Emmy Internacionales ocurrió cuando ya estaba bastante avanzado el proceso de escritura de la segunda temporada. Pero la expectativa que generó la primera fue muy fuerte y queríamos renovarnos sin perder la esencia de la serie. Buscamos generar sorpresas, pero manteniendo el espíritu de la primera. Así que hubo mucha presión y estrés. En algún momento pensé que fallábamos y, de hecho, se nos complicó bastante la escritura del final, hasta que apareció.
Los límites del humor
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Tráiler de la segunda temporada de «División Palermo»
–En la segunda temporada se profundiza la sátira para hablar de discapacidad. ¿Cuáles son los límites, en el humor, para no bordear la cancelación?
–Nosotros hablamos mucho con las personas con las que trabajamos. El 95 por ciento de los actores de la serie son la minoría que representan. Así que dialogamos con ellos en el proceso de guión. Nos formamos mucho para entender qué chistes podíamos hacer, y sobre todo para que ellos mismos nos ayudaran a pensarlos. ¿Cómo vive un ciego? ¿Cómo vive una persona sorda? ¿Cómo vive una chica en silla de ruedas? Y ellos mismos nos decían: “Vayamos más al límite”. Proponían los chistes más picantes.

Lo piensa Korovsky: “Es muy bueno que las minorías puedan reírse de sus problemáticas. El límite es no reírse de una vulnerabilidad y de algo que una persona no puede cambiar: que se vuelva un objeto de burla. Pero tampoco queríamos ser demasiado solemnes y pensar que todas las personas con discapacidad son seres de luz: eso es infantilizante. No hay que golpear a una persona que está indefensa con su vulnerabilidad y hacer humor sobre eso. En general, hacemos humor sobre nosotros mismos tratando de ser inclusivos, incluso torpes, y mostramos cómo la política y la sociedad usan la inclusión de una forma un poco lavada”.
–División Palermo 2 muestra cómo los políticos de Buenos Aires especulan con el discurso de la inclusión.
–No tratamos de meternos directamente con partidos políticos específicos. Hacemos humor sobre todo lo que nos rodea. Así como hacemos humor de nosotros mismos, nos reímos del mundo que tenemos alrededor: metemos todo en una licuadora, apretamos el botón y sale una ficción. Es cierto que en esta temporada sí decidimos meternos con una trama política, pero son cosas que suceden en todos los países del mundo en esta época, tan marcada por las redes sociales, por la inteligencia artificial y por un montón de cosas.

Si en la primera temporada, acentúa Korovsky, “asumimos riesgos en relación con el mundo de las minorías y de la discapacidad, ahora nos metemos en el mundo del espionaje y en la política para complicarla todavía más. Y la idea es reírnos un poco para no llorar y tratar de hacer humor con las cosas que tenemos cerca. No lo pensamos específicamente con fines políticos ni mucho menos. El humor es un mecanismo de defensa y lo usamos en ese sentido”.
–¿Qué hay que discutir todavía acerca de cómo la sociedad trata a las minorías?
–El otro día hicimos una proyección distendida para personas con discapacidad y una chica me decía “también podemos reírnos de nosotros mismos. Si quieren ayudarnos, pregúntennos qué necesitamos”. En la primera temporada, Sofía (Pilar Gamboa) está en una esquina, viene alguien y la cruza. Y eso es algo que les pasa mucho a las personas en silla de ruedas: no les preguntan si necesitan cruzar. Me parece que hay una condescendencia muy fuerte en no poder ver al otro. La discapacidad no es una condición, sino un estado por el cual vamos a pasar muchas veces en la vida.
En algún momento “todos vamos a estar en una silla de ruedas, ya sea porque tengamos una lesión o porque lleguemos a la vejez. Y si no hacemos un mundo más accesible, todos nosotros vamos a sufrirlo. Entonces, en esta época hay que recuperar la empatía”, dice Korovsky sobre la misión de esta serie producida por K&S Films.

–¿Qué se viene luego para vos como creador? ¿Qué tenés planeado?
–Me veo dirigiendo una película, si todo va bien, siguiendo estos cruces de comedia con otros géneros. O quizás explorando cosas donde no tenga la misma cantidad de chistes por segundo que tiene División Palermo. Creo que es el proyecto más logrado en el que participé, porque somos un equipo de guionistas y comediantes pensando cómo vender la mayor cantidad de gags posible. A mí me dan ganas de explorar nuevos géneros y nuevas emociones. Y algún día me gustaría volver a juntar a la Guardia Urbana para hacer algún especial o alguna película: una última aventura.