Domingo Faustino Sarmiento y su ministro de Instrucción, Nicolás Avellaneda, enviaron al Congreso de la Nación, en julio de 1870, el proyecto de creación de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares. Más tarde, el 23 de septiembre de ese mismo año, se sancionó la Ley Nº 419, que creó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares (actual CONABIP) para que fuera la responsable del fomento, la inspección y la inversión de los fondos. Luego, en 1990, por el Decreto N° 1.935, se estableció la efeméride.
Años más tarde, la organización cambió su nombre a Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) y es dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación que fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares en tanto organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración como espacios sociales relevantes para el desarrollo comunitario.
La creación de la Comisión se inspira en los Clubes de Lectores, ideados por Benjamín Franklin en 1727 en Filadelfia, y las experiencias estadounidenses de creación de bibliotecas en las aldeas y ciudades.
En Argentina, la primera biblioteca popular nació en San Juan en 1866, provincia natal de Sarmiento. Es bajo su iniciativa y la contribución de vecinos.
Durante el siglo XX, la vida de las bibliotecas populares y de la Comisión fue adquiriendo matices y características en función de los gobiernos que protagonizaron los procesos políticos, sociales y culturales.
