22.7 C
Buenos Aires
martes, octubre 7, 2025

Se retiró Carlos Delfino, el último bastión de la Generación Dorada del básquetbol argentino, a sus 43 años

Más Noticias

“Jugar, no juego más”. Con esa contundente declaración, Carlos Delfino anunció su retiro del básquetbol profesional a los 43 años y tras 27 de carrera. Era el último exponente de la Generación Dorada que seguía en actividad con una excelsa carrera que comenzó en 1998 en Libertad de Sunchales, previa formación en su Santa Fe natal, y que estiró hasta estos días, con un largo parate por una lesión que le provocó la, quizás, jugada más emblemática de su carrera en la NBA.

No fue un anuncio extravagante ni habrá partido de despedida para quien fue uno de los jugadores más talentosos que dio del básquetbol argentino. Fiel a su perfil bajo y lejos de las luces, expresó su decisión en entrevista a Doble Doble NBA y luego la reivindicó a través de un posteo colaborado en Instagram: “Llegó un momento que pensé que no iba a llegar y que fue cuando empecé a poner excusas para no ir a entrenarme, no tenía ganas de ir”. Además, admitió que le ”cuesta bastante» y que extraña el deporte, pero que se siente “bien físicamente” y eso, para un jugador que sufrió por su salud, “no tiene precio”. Ya afuera del parquet, al que promete regresar como entrenador, se dedica a la “jardinería” y a llevar a sus hijos a la escuela.

El ‘Lancha’ jugó su último partido oficial el 23 de marzo pasado. Fue con la camiseta de Benedetto Cento en la victoria sobre Libertas Livorno 76 a 73 por la Seria A2 de Italia, la segunda división de ese país. Anotó 3 puntos, tomó 5 rebotes y dio una asistencia en 16 minutos. Fue la despedida de una carrera en la que vistió 15 camisetas, además de la selección argentina.

El santafesino empezó a jugar a los 6 años gracias a su abuelo, quien le confeccionó una especie de aro en su casa. Su primer contacto con la pelota en un club fue en Círculo Israelita Macabi de Santa Fe. Luego llegó Unión y, más tarde, Libertad lo reclutó y debutó en la Liga Nacional en 1998. Para entonces, ya era una promesa y convocado asiduamente a los combinados nacionales juveniles. Regresó al Tatengue, el club de sus amores, y el salto a Europa decantó por sí solo para jugar en Italia en Viola Reggio Calabria primero y en Fortitudo Bologna después.

Carlos Delfino -el segundo de izquierda a derecha- en el podio con la selección argentina en Atenas 2004
Carlos Delfino -el segundo de izquierda a derecha- en el podio con la selección argentina en Atenas 2004

Foto: @Cabboficial

Su nombre comenzó a tomar fuerza en el básquetbol argentino en 2003, cuando se convirtió en el primer basquetbolista nacional en ser elegido en la primera ronda del Draft de la NBA. Un año después, descolló en el Sudamericano de Brasil en el que la Argentina conquistó el título luego de una larga sequía y, contra todos los pronósticos, se ganó un lugar en el plantel para los Juegos Olímpicos Atenas 2004. Ese mismo equipo había sido subcampeón mundial en 2002 en Indianápolis y sus 12 jugadores eran número puesto para ir a Grecia, pero el ‘Lancha’ (y Walter Herrmann) se metieron y terminaron siendo claves en la gran conquista de la Generación Dorada.

Carlos Delfino brilló con la albiceleste a las “sombras” de Emanuel Ginóbili, el mejor jugador de la historia de nuestro país con el que, incluso, compartía puesto. Con un juego exquisito y una mecánica de lanzamiento “perfecta”, se deslizaba sobre el parquet como pocos y no le esquivaba a los momentos calientes, con temple para llevar a sus equipos al triunfo. En los cuartos de final de Pekín 2008 la Argentina no la pasó nada bien contra Grecia. Las figuras del equipo fueron neutralizadas y él, con 25 años, se cargó a sus compañeros con 18 puntos seguidos entre el tercer y último cuarto, justo cuando los zapatos más apretaban, en lo que luego fue triunfo 80 a 78.

En esa cita olímpica, Argentina y Delfino se colgaron la medalla de bronce después de caer en semifinales con el Dream Team de Estados Unidos y de derrotar a Lituania en el duelo por el tercer puesto. Con la selección también fue campeón de la AmeriCup en 2011 y 2022 y medalla de plata en 2007; y jugó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (4°) y Río 2016; y las Copas del Mundo de 2006 (4°) y 2010 (5°).

A la par, construyó una envidiable carrera cuyo pico fueron ocho temporadas en la NBA, el máximo nivel posible. Lo disfrutaron los fanáticos de Detroit Pistons, Toronto Raptors, Milwaukee Bucks y Houston Rockets hasta que el 29 de abril de 2013 su vida deportiva cambió para siempre. Se jugaba el cuarto partido de la serie de playoffs entre los Rockets y Oklahoma City Thunder. El escolta argentino robó la pelota, cruzó toda la cancha y se la volcó en el rostro a Kevin Durant, megaestrella del básquetbol mundial que se codea con Michael Jordan, LeBron James y Kobe Bryant. El Toyota Center de Houston entró en ebullición por ese ‘blanquito desgarbado’.

Pero la euforia, en su interior, duró muy poco: “Sentí que algo se había roto. Tiré el libre de la falta y salí. Para el partido siguiente no podía caminar con zapatos, intenté jugar y sólo aguanté tres minutos. Cuando salí sabía que estaba roto”. Lo que se le había roto a Carlos Delfino era el escafoides, un hueso tarsiano con forma de barco ubicado en la parte interna del pie.

La recuperación fue eterna -más de 1000 días- y requirió de siete de operaciones para que el hueso quedara sol. El problema parecía no tener solución. Probó de todo. Su padre le pidió que se retire. Pero él, resiliente, nunca bajó los brazos. Integró el plantel argentino en los Juegos Olímpicos Río 2016, pero fue recién en 2017 cuando volvió a jugar con continuidad y el primer equipo que lo disfrutó fue Boca Juniors. Las puertas de Europa se las abrió otra vez Baskonia de España y desde 2018 hasta su retiro militó en Italia, su segunda casa.

“Después de estar más tiempo en un quirófano que en una cancha en estos últimos años, por fin puedo decir que he logrado continuidad. En Pesaro me siento como en casa y seguir jugando al básquet a esta edad me hace sentirme vivo. En algún momento pensé que todo se había acabado“, le contó a LA NACION en una entrevista cuando tenía 39 años y había vuelto a la selección argentina para acompañar el recambio generacional que llegó con el título en la AmeriCup 2022 de Recife.

El básquetbol argentino despide del profesionalismo al último bastión de la Generación Dorada. Uno de sus mejores productos, un talento que, con su característica sonrisa, se le plantó a la adversidad como a los rivales adentro de la cancha, sin importar su tamaño. Un “fenómeno”, como lo definen quienes lo conocen, no solo adentro sino también afuera de las canchas.

Carlos Delfino hizo gran parte de su carrera en Italia, donde finalmente se retiró
Carlos Delfino hizo gran parte de su carrera en Italia, donde finalmente se retiró

Foto: @cabezadelfino

Emir Diamante / La Nación GDA

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Entre Ríos: una mujer fue a denunciar violencia de género a una comisaría, pero tardaron una hora y media en atenderla porque los policías...

Desesperada, una mujer acudió a la comisaría para denunciar "violencia de género", pero debió esperar una hora y media...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img