
Foto: Capturas de Instagram.
Desde que se cruzaron hace una década en Palermo —el barrio porteño en el que viven— Julieta Ortega y Andrea Rincón sintieron algo especial que las llevó a convertirse en grandes amigas. Juntas participaron de entrevistas, salidas, viajes y trabajos; sin embargo, en el último tiempo hay algo que las distanció y que muchos interpretaron como el final de la relación.
El no verlas frecuentar los mismos lugares llamó la atención de varios periodistas, sobre todo de Ángel de Brito, quien expuso el tema este miércoles en LAM, ciclo en el que no tardaron en ir en busca de la voz de las protagonistas.
“Hace mucho tiempo ya no tenemos el vínculo que teníamos. A veces pasa, hay que normalizar eso. Lo que a veces pasa en las relaciones de pareja que tienen un final, creo que con los amigos también pasa“, expresó Ortega al momento de ser consultada sobre Rincón, a quien ayudó en una de las situaciones más vulnerables que atravesó.
En ese sentido, la artista dejó entrever que el distanciamiento habría comenzado por una decisión de la ex Gran Hermano de dar un paso al costado. “Es hasta un momento y después uno puede querer a la persona, pero ya no tiene lo cotidiano. De hecho, este proyecto empezó con ella y después ella se abrió. A veces pasa eso. La cruzo a veces por el barrio y la saludo, está todo más que bien“, señaló.
Y completó: “Pasaron cosas que no haría públicas. Nada grave, pero a veces las relaciones tienen un final también, las relaciones de las amigas“.
Luego, el ciclo fue en busca de la palabra de Rincón, quien deslizó una falta de apoyo de Julieta al momento en el que decidió acercarse a la iglesia. “Peleadas no estamos. No sé cómo explicarlo: yo tengo amigas de toda la vida, de las cuales nunca me peleé y a veces las veo más, a veces menos”, expresó.
Y añadió: “Sí, en cuanto arranqué mucho mi camino con la iglesia, ella tomó como otro camino”. Al escucharla, la cronista quiso saber si sintió la falta de acompañamiento en su decisión espiritual. “No, qué se yo, no sé. Las personas van evolucionando y cada uno por ahí va tomando un camino distinto. A veces te encontrás, a veces te desencontrás, y más adelante en el camino te volvés a encontrar”, le respondió.
Sobre su conversión a la religión y lo que esto pudo generar en su círculo íntimo, Andrea destacó: “No me banca mi papá y mi papá es mi papá. La gente tiene sus creencias y mi viejo es mi viejo, no lo puedo dejar de ver y lo tengo que acompañar y está con la enfermedad que tiene y todos sabemos. Mi familia es mi familia”.
Pese a que actualmente no tienen trato, la actriz tuvo palabras de amor con quien fue su amiga durante más de una década. “Yo a Julieta la amo. Tengo un amor incondicional por ella. Y te voy a decir algo: no hay nada que Julieta pueda hacer que haga que yo la deje de amar“, subrayó.
“A veces uno está más cercano a otras personas, a veces te alejás, a veces te juntas más. Hay amores que son para siempre, para mí el amor es amor y no deja de ser. Ella obvio que lo sabe. No hay nada, mi amor por ella es incondicional, me van a poder decir lo que sea y yo por ella mato y muero”, cerró.
La Nación/GDA