El cambio climático provocará que seis millones de latinoamericanos y caribeños menores de 25 años caigan en la pobreza para el año 2030, según un informe de dos agencias de la ONU divulgado este miércoles.
El reporte, elaborado por Unicef y la Cepal, dice que en la región hay ahora unos 94 millones de pobres menores de 25 años. Sin embargo, esa cifra aumentará en seis millones por las sequías, incendios forestales e inundaciones provocadas por el cambio climático.
«Enfrentan riesgos sin precedentes que amenazan no solo su presente, sino también sus oportunidades futuras», señala el informe titulado «El impacto del cambio climático en la pobreza infantil y juvenil de América Latina».
El documento destaca que el cambio climático afecta a los jóvenes y a los niños «de manera desproporcionada», porque son «más vulnerables» y «tienen menos capacidad para soportar y sobrevivir a condiciones climáticas extremas como inundaciones, sequías, tormentas y olas de calor».
Si los países no implementan a tiempo medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, la cifra aumentará en casi 18 millones de personas, según las agencias de la ONU. La región tiene unos 650 millones de habitantes.
Según Unicef y Cepal, en los últimos 30 años la temperatura ha aumentado de manera significativa en América Latina y el Caribe, lo que ha provocado mayores desastres naturales.
Las sequías, alerta el estudio, se están intensificando en zonas como el corredor seco centroamericano, el noreste de Brasil y partes del Cono Sur, causando impactos adversos en la agricultura. Esto implica una peor alimentación que puede afectar de por vida a los niños y jóvenes.
Por otro lado, la mayor frecuencia de lluvias torrenciales provoca inundaciones y deslizamientos de tierra que dañan infraestructuras como escuelas, centros de salud y fuentes hídricas. Además, facilitan la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos, como la malaria, el zika y el dengue.
Asimismo, las pérdidas económicas por eventos meteorológicos se han multiplicado casi por diez hasta alcanzar una media de 3.913 millones de dólares al año en la última década.
Ese mayor gasto puede significar menos inversión pública en programas de salud, educación, empleo o vivienda, lo que dificulta sacar de la pobreza a millones de personas.
La evolución de la pobreza infantil y juvenil en América Latina es «preocupante y podría agravarse» provocando el «mayor retroceso» en décadas, agrega el informe.
«Dada la inercia del sistema climático, existe cierto nivel de calentamiento ya comprometido y, por tanto, alguno de los impactos va a ser inevitable», advirtió el funcionario de Cepal José Eduardo Alatorre, en una rueda de prensa virtual.
El reporte recomienda a los gobiernos fortalecer servicios sociales en salud, nutrición y educación, y aumentar las inversiones para proteger infraestructuras críticas, especialmente aquellas relacionadas a la infancia.
«Necesitaríamos destinar una cantidad de recursos de entre 10.000 millones y 48.000 millones de dólares para evitar que esta pobreza adicional se materialice», sostuvo Alatorre.
El documento también pide incrementar el financiamiento de programas para mitigar el cambio climático, una mayor educación ambiental en las escuelas y una mejor respuesta a emergencias.
«Sin inversión en servicios resilientes dedicados a la niñez, y sin una voluntad sostenida por parte de los países y otros sectores para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero los niños y jóvenes de 2030 seguirán viviendo privaciones de sus derechos», declaró a la AFP el asesor del clima de Unicef, Reis López.
«Así, se perpetuará la inequidad en una de las regiones más desiguales del mundo», agregó.
El informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) tiene datos de 18 países.
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