A más de 10 días de su salida de Gran Hermano, Selva Pérez transita un torbellino de emociones y proyectos. La actriz uruguaya que conquistó al público con su espontaneidad y carisma habla con GENTE sobre su paso por la casa más famosa, su familia, su matrimonio de toda la vida y el desafío de subirse al escenario porteño con su propia obra, apenas semanas después de haber dejado el reality show.
Con humor, honestidad y esa mezcla de dulzura y desparpajo que la caracteriza, Selva reflexiona sobre su historia personal, su debut viral en TikTok durante la pandemia, el vínculo inquebrantable con sus hijos y su marido, y la certeza de que, a sus 51 años, está lista para cumplir uno de sus grandes sueños: conquistar la Calle Corrientes.

El gran proyecto de Selva tras su salida de Gran Hermano
–¿Cómo estás? ¿Cómo te sentiste en estas semanas?
–Lo que pasa es que estoy un poco apabullada, pero muy feliz. Mis días en la casa han sido muy emocionales, los he vivido al 100% cada día y con mucha felicidad, y algunos no tanto, pero si tengo que marcar, siempre fue mucho más positivo. He sido muy feliz en esa casa.
–¿Qué pensás de la elección del ganador?
–Me parece brutal. Siempre, por suerte y gracias a Dios, el que decide siempre es la gente. Yo feliz de haber llegado al quinto puesto. Me tenía tanta fe, por más de que yo estaba enfocada y quería, pero también llegar al quinto puesto me hace sentir realmente una ganadora y bueno, me encanta. Si a Tato lo eligió la gente, me parece fantástico.
–¿Cómo sigue tu vida después de esto? Sé que ya tenes planificada una obra
–Es un torbellino. No sabía nada de eso, pero yo vi que salí y al otro día estaban promocionando. Mientras yo estaba dentro de la casa, mi marido tuvo unas reuniones con los responsables de RGB. Imaginate que estoy sorprendida, espero responder con todo lo que se viene y bueno, con mucha felicidad. Sí, se viene el Teatro Premier, Los Cuentos de la Selva. Es buenísimo. Será el 26 y 27 de julio en el Teatro Premier. Las entradas están a la venta a través de PlateaNet. Y mis hijos que están al tanto de todo me dicen: «Mamá, venís bárbaro, venís bárbaro».

–¿Te imaginabas salir y ya tener dos funciones listas?
–A ver, yo soy actriz hace muchos años y entré a la casa más que nada porque tenía muchas ganas de vivir lo que es la experiencia, sabiendo obviamente que la casa es una ventana para mostrarte y para un montón de cosas. Pero me pasaba que cuando estaba ahí adentro y nos tocaba, ponele, actuar, que este año ha sido como muy artístico, yo decía: «Ay, por Dios, cada vez me sale peor». Yo sentía que me salía todo horrible y decía: «Ay, no me sale nada». Y bueno, salir y encontrarme con esto es una felicidad enorme, enorme, enorme.
–¿Y cómo te vas a preparar de acá? Pues un mes no es mucho.
–Ni me digas ya me pongo los pañales porque ya me empiezo a descomponer. Bueno, ahora necesito un par de días de volver al nido, ¿entendés? Volver a mi casa. Yo soy de Uruguay, vivo en Montevideo, en un barrio que se llama El Prado, y necesito por un par de días bajar un poco y estar con mi familia. El martes de la semana que viene ya regreso a Argentina y me aboco con todo a lo que es Los Cuentos de la Selva, con toda mi responsabilidad.
Dónde vivirá Selva tras su paso por el reality show
–¿Vas a vivir acá?
–Acá me quedo. Yo creo que me quedo acá. Ya le dije al «Bicho»: yo me quedo en Buenos Aires. Tengo, a Dios gracias, la suerte de tener un marido que, muchas veces no estando aún de acuerdo, siempre me da para adelante, y mis hijos lo mismo. Ellos están grandes, la verdad que mejores hijos no puedo tener. El mayor es contador y el más chico se recibe ahora en julio de economista. Son todo lo que está bien. Y mi marido me hace el dos en todo.

–¿Tu marido se mudará también a Buenos Aires?
–Y él trabaja allá, pero bueno, Argentina y Uruguay son países hermanos: cruzamos el charco y estamos de un lado al otro en muy poco tiempo, así que en base a eso, que la vida siga.
Selva contó su historia de amor con «El Bicho» y cómo formaron su familia soñada
–¿Él a qué se dedica allá?
–Mi marido es comerciante.
¿Hace cuánto estás con él?
–Ay, empezamos a mis 16 años.
–¿Y cuántos años tenés ahora?
–Yo tengo 51, cumplo 52.Toda mi vida. Es lo único que conozco. Me agarró “0 kilómetro”. La verdad que somos, como yo digo, un matrimonio y una familia perfectamente imperfectos. ¿Te acordás la serie Los Roldán, tan maravillosa? Bueno, somos Los Roldán del barrio, así con todo lo bueno y con todo lo malo, pero sí, juntos a la par, ya sea de un lado del charco o del otro.

–¿Cómo es estar tantos años con una misma persona?
–Y bueno, para mí maravilloso, o sea, no conozco otra cosa. Te conocés ya con una mirada y tengo que reconocer que sigo sintiendo las mismas mariposas en la panza que el primer día.
–Me decías que tus hijos te estaban acompañando mucho…
–Mis hijos son lo máximo. Lo que me han acompañado, lo que me han defendido, lo que me cuidan… Me acompañan a todo.
–Me dijiste que tu decisión de entrar a Gran Hermano era para mostrarte un poco más desde lo actoral, quedarte un poco a conocer...
–En realidad eso es todo como secundario. Mi decisión de entrar a Gran Hermano era realmente vivir la experiencia, realmente.

La inesperada reacción de su marido cuando le dijo que entraría a Gran Hermano
–¿Cómo fue la charla con tu marido cuando le dijiste que entrabas a Gran Hermano?
–No, se puso como loco, como loco. Se iba a trabajar y no me daba un beso. Con eso te digo todo. Porque yo le dije: «Bicho, Bicho, me llamaron del casting». Porque uno manda, pero de ahí a que te llamen… «No, no, no, estás loca. A mí ni me hables. Estás loca, estás loca, estás loca», me decía (risas). Nunca le pedí permiso para nada. O sea, yo tomo mis propias decisiones y las comunico, y en base a eso la pareja fluye.
–¿Esperabas esa reacción de él?
–Yo ya me lo esperaba porque él es un perfil muy bajo y mis hijos también. Pero lo que tiene de bueno es que, a ver, se piensa… Los chiquilines ayudaron mucho a hacer entrar en razón al padre y sinceramente los que más me impulsaron fueron los tres.
–Asumo que en un momento él cambió la actitud…
–Cambió el chip. Hay que apoyar. Él tenía miedo de que en la casa me hicieran sacar mis bajos instintos… y lo lograron (risas).

Cómo fueron sus inicios en la actuación y su crecimiento en redes sociales
–¿Cómo inició tu relación con la actuación?
–Desde siempre… Desde adolescente, desde niña amé la actuación, pero también era… bueno, soy muy Susanita. Quería casarme, tener hijos, y eso todo se me fue dando y me dediqué a los chiquilines. Y después llegó un momento que dije: “Bueno, está, ahora me toca a mí”. Y me inscribí en la escuela, en la Compañía Teatral Italia Fausta, que el director era Omar Varela.
–Y años después estás por presentarte en Calle Corrientes…
–El sueño de todo artista uruguayo, teniendo esto que es Argentina, que para nosotros es lo máximo, es cruzar el charco y venir a Calle Corrientes.

–¿Cómo iniciaste con los videos en las redes sociales?
–Surge todo esto que te vengo contando, asumo. Pero… sí, yo estaba haciendo teatro, una obra en el Teatro de la Candela en Uruguay que se llamaba La Última Virgen. El 13 de marzo fue la última función, pandemia, se suspende todo. Me encierro en mi casa. En Uruguay fue un poco más flexible que acá. Entonces, me encerré en mi casa tres meses. Mis hijos arrancaron a trabajar desde casa y a estudiar también desde casa. El único que salía a trabajar a la calle era mi marido… Entonces, resulta que mis compañeros de teatro incursionaron en el TikTok…
–¿Cómo fueron tus primeros videos?
–Imaginate yo que hago todo con un dedo y encima no veo mucho… Lo único que entendí era grabarme. Entonces, como tampoco sabía editar ni nada. Los subía así y me lo veían 3 millones de personas.
Fotos: Candela Petech.