Virginia Giuffre, quien denunció al magnate Jeffrey Epstein y al príncipe Andrés de Inglaterra por abusos sexuales y tráfico de menores, murió a los 41 años. Según informó la familia, Giuffre se habría suicidado en su granja en Australia Occidental. Sin embargo, una publicación en redes sociales de la propia Giuffre pondría en entre dicho las circunstancias de su muerte.
Epstein era un multimillonario de 66 años y administrador de fondos de riesgo a quien se le imputó los cargo de tráfico y conspiración para cometer delitos sexuales. De acuerdo con la Corte del Distrito Sur de Nueva York, el empresario mantenía relaciones sexuales con menores de edad a quienes les pagaba cientos de dólares en efectivo e incitaba a reclutar a otras menores a su red de abusos.
Giuffre fue una de sus víctimas, quien denunció que Epstein y su mano derecha Ghislaine Maxwell la obligaban mantener relaciones sexuales con hombres «ricos y poderosos» cuando tenía tan solo 16 años. Maxwel fue condenada a 10 años de prisión tras ser hallada culpable de los delitos de tráfico sexual, mientras que Epstein fue hallado sin vida en una celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan mientras aguardaba por su juicio.

El caso reveló una compleja red de trata sexual que involucraba a múltiples figuras del espectáculo y la política internacional. Nombres como Bill Clinton, Kerry y Ethel Kennedy, Stephen Hawking, Michael Jackson, el actor Alec Baldwin, la supermodelo Naomi Campbell, la cantante de rock Courtney Love, Dustin Hoffman y el actor Ralph Fiennes figuraban en los documentos del Departamento de Justicia.
Giuffre también denunció al príncipe Andrés, hijo de la difunta reina Isabel de Inglaterra. La Corona negó las acusaciones, al alegar que el príncipe jamás conoció a Giuffre. Pero una foto de Andrés junto con Virginia contradijo su versión de los hechos, lo que lo llevo a alejarse de las funciones reales.
Tras la muerte de Giuffre, el director de la organización conservadora estadounidense Turning Point USA, Benny Johnson, compartió la foto del príncipe Andrés y Virginia, junto con un tuit de 2019 donde ella advertía que jamás cometería suicidio.
«Hago público que de ninguna manera tengo intenciones suicidas. Se lo dije a mi terapeuta y a mi médico de cabecera. Si algo me sucede, por el bien de mi familia, no dejen que esto pase y ayúdenme a protegerlos. Demasiadas personas malvadas quieren que me retire», posteó Giuffre en diciembre de aquel año.

Pese a que la publicación es de hace seis años, las palabras de Giuffre resurgieron rápidamente en redes sociales. Incluso, Nancy Mace, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el Partido Republicano, se hizo eco de ellas: «Me pone la piel de gallina», comentó.
La muerte de Virginia Giuffre y la despedida de su familia
«Con el corazón profundamente roto, anunciamos la muerte de Virginia en su granja en Australia Occidental», informó la familia en un comunicado, donde aseguraron que el haber sido víctima de abuso sexual fue lo que condujo a su fatídico desenlace.
«Fue una guerrera incansable en la lucha contra el abuso sexual y la trata de personas. Fue la luz que animó a tantos sobrevivientes, y al final, el costo del abuso fue tan alto que se volvió insoportable para Virginia», escribió la familia.
La policía de Australia indicó que halló el cuerpo sin vida de Virginia en su casa de Neergabby. Si bien hay una investigación en curso, por el momento no indicaron que las circunstancias de su muerte resulten sospechosas.
Madre de tres hijos, Giuffre vivió durante un tiempo en North Perth con su esposo, Robert, aunque informes recientes apuntan a que la pareja se separó tras 22 años de matrimonio. Tres semanas antes, ella publicó en Instagram que sufrió un grave accidente automovilístico que le dejó heridas.

“Cuando un conductor de autobús escolar viene hacia ti conduciendo 110 kilómetros por hora, no importa de qué esté hecho tu auto, podría ser una lata y sería lo mismo», posteó.
«Tengo insuficiencia renal. Me dieron cuatro días de vida, y me trasladaron a un hospital especializado en urología. Estoy lista para irme, pero no hasta que vea a mis bebés por última vez», agregó.
Sin embargo -y de acuerdo con el medio británico The Mirror– un vocero de la Policía de Australia Occidental (WAPF) aseguró se trató de un «accidente menor» y que la denuncia no se hizo en el momento, sino a las 24 horas del accidente por parte del chofer del autobús.
«El coche sufrió daños por un valor aproximado de 2000 dólares australianos (unos 1200 dólares americanos). No se reportaron heridos como consecuencia del accidente», detalló el comunicado.
En una conferencia de prensa, la comisionada de policía interina, Kylie Whitely, agregó «nadie fue trasladado al hospital desde esa escena» y «no hubo heridos graves», según detalló el medio abc.net.au.