De haberlo planificado, no habría salido tan bien. Maximiliano Papandrea, director de la editorial Sigilo, es quien publica en la Argentina la obra del húngaro László Krasznahorkai, ganador esta mañana del Premio Nobel de Literatura y entre las novedades de su colección acaba de mandar a las librerías Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río, anunciado en redes como «del candidato al Nobel, László Krasznahorkai», una categoría que habrá que cambiar.
«El nieto del príncipe Genji llega a un monasterio budista abandonado al sur de Kioto. El hombre, que vive fuera del espacio y el tiempo, deambula por el sitio buscando un jardín secreto que ha conocido por un libro: el lugar más simple y perfecto donde se expresa el orden del mundo –presenta Sigilo este libro–. El recorrido por patios, santuarios y jardines abre la mirada a las apariciones: el viento, un ginkgo, un perro, las aves, las pagodas y terrazas, pero también la matemática, el dolor, el tiempo. Fábula filosófica, meditación sobre la belleza y el infinito, Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río es una joya literaria y un brillante y sereno homenaje a la cultura japonesa por parte de uno de los más grandes escritores contemporáneos».
En las librerías del país, se consiguen esta novedad y su libro previo: El último lobo, publicada a fines del año pasado y sobre la que Sigilo informaba: «La nouvelle de Krasznahorkai tiene una particularidad formal, que implica su riesgo y constituye su atractivo, y que aquí un poco mimeticé en el resumen de su tema: no hay ningún punto y aparte, toda la narración, en la voz del escritor y dicha al húngaro del bar, con los incisos de otros personajes, y el viaje a España, el lobo último, las manadas muertas, está incluida en una sola frase múltiplemente subordinada y coordinada y ramificada».
Si bien László Krasznahorkai tiene más de una veintena de libro, no todo fue traducido al castellano. Por lo menos hasta ahora. La editorial Acantilado ha ido recorriendo sus títulos y, aunque poco se encuentra en las librerías argentinas, están en español también estas novelas.
El anciano Baron Béla Wenckheim, arruinado y desacreditado en Buenos Aires, regresa a su pueblo húngaro natal. Las autoridades locales deciden convertir su regreso en un espectáculo mesiánico para atraer inversiones, reactivar el turismo y limpiar su propia imagen. Los habitantes —entre la ilusión, el resentimiento y el oportunismo— proyectan sobre él todo tipo de deseos y deudas históricas.

En paralelo, el Profesor, un ex científico hastiado del mundo, vive aislado en las afueras, convencido del colapso moral de la sociedad. La novela alterna entre voces corales, noticias locales, chismes y pensamientos delirantes hasta desencadenar una situación caótica y violenta que desarma cualquier expectativa de redención. Krasznahorkai arma una sátira épica sobre la decadencia, el culto a la apariencia, la farsa institucional y el desborde de lo colectivo.
Ambientada en una aldea rural empantanada y semidesierta, donde llueve sin tregua y reina el tedio, la historia comienza cuando dos hombres que se creían muertos —Irimiás y Petrina— reaparecen. Los habitantes, endeudados, miserables y divididos, proyectan en ellos la esperanza de salvación o huida.

El regreso de este dúo desencadena una cadena de engaños, autodestrucción y obediencia ciega. La narración avanza y retrocede, como un tango circular en capítulos que se espejan. Lo que parece una mística redentora deviene manipulación absoluta. Es una novela sobre el embrujo de las falsas promesas, la credulidad colectiva, la ruina material y moral, y la fuerza del deseo de escapar aunque no haya destino posible.
En un pueblito húngaro aparentemente quieto llega un circo ambulante cuya principal atracción es una gigantesca ballena muerta. La presencia del animal, misteriosa e inexplicable, altera la vida cotidiana y actúa como catalizador de tensiones latentes: el miedo, la estupidez colectiva, la corrupción y el resentimiento social.

La novela sigue a tres figuras clave: el tímido y lúcido Valuska, obsesionado con el orden cósmico; su protectora, la noble Señora Eszter; y su ex marido, un político manipulador que aprovecha el caos para concentrar poder. La irrupción de una turba violenta y fascistoide desata un estallido que descompone las estructuras sociales. Con humor negro, ritmo envolvente y frases larguísimas, el libro retrata cómo lo irracional y lo autoritario germinan bajo una aparente calma.
El archivista Korin encuentra un manuscrito antiguo que narra la historia de cuatro hombres en medio de guerras sucesivas, atravesando épocas y geografías. Convencido de que ese texto debe sobrevivir a todo, Korin decide ir a Nueva York —símbolo para él del mundo moderno absoluto— para digitalizarlo y subirlo a internet.

Desde su llegada, vive de forma precaria, obsesiva y paranoica, mientras el lector alterna entre su deterioro mental y los fragmentos del manuscrito, que mezclan visiones apocalípticas, historia, mito y viaje. La novela investiga el impulso de preservar la memoria ante la destrucción, la soledad extrema, el sinsentido humano y la compulsión de trascendencia. La escritura es torrencial, circular, a veces delirante, pero de una lucidez implacable.
Este libro funciona como una constelación de relatos autónomos, organizados en una secuencia numérica inspirada en el sistema de Fibonacci. Cada capítulo explora una experiencia de lo sagrado, lo artístico o lo perfecto en distintos tiempos y geografías: un actor de teatro Nô en Japón, un restaurador de iconos bizantinos, una visita a la Acrópolis, un dios invisible en la Alhambra, un escultor renacentista, un pájaro inmóvil, una divinidad china (Seiobo).

El hilo común es la aparición —o la imposibilidad— de la belleza absoluta. El autor mezcla contemplación, crítica cultural, humor sutil y escenas casi litúrgicas. Más que narrar una sola trama, examina cómo el arte conmueve, exige sacrificio, ordena el caos o fracasa al intentar tocar lo sublime.