“À la ville de… Barcelona”. Con esta histórica frase, Juan Antonio Samaranch, el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, anunció un 17 de octubre de 1986 en Lausana que la capital catalana sería la sede de los Juegos Olímpicos de 1992. Una cita de la que han transcurrido más de tres décadas y supuso la mayor transformación de la ciudad con su apertura al mar y la creación de nuevos barrios, como el de la Vila Olímpica.
En esta parte de Barcelona, en el distrito de Sant Martí, hay huellas olímpicas que con el paso del tiempo han sufrido un deterioro gradual con una degradación importante, siendo no solo víctimas del incivismo sino que también en algún caso pasto de los ladrones.

La recóndita plaza dels Campions, donde pernoctan personas sin hogar debajo de la pérgola
Àlex Garcia
Sobre esto último, la recóndita plaza dels Campions, en homenaje a la Barcelona olímpica y sus deportistas, cuenta con un largo y triste historial. Este espacio, inaugurado el 25 de septiembre de 1992 por el exalcalde Pasqual Maragall en los jardines de la Vila Olímpica, entre la calle Salvador Espriu y la avenida del Litoral, se dedicó a los 257 atletas ganadores del oro olímpico en Barcelona con placas con sus nombres e incorporó huellas de deportistas legendarios, como Alfredo Di Stefano, Eddy Merckx, Johan Cruyff o Miguel Induráin, entre otros.
Este enclave fue una iniciativa promovida por el diario Mundo Deportivo y tuvo como uno de sus ideólogos a Pere Figueras, ex director comercial de este medio en aquella época. Figueras ha enviado varias cartas al Ayuntamiento denunciando el abandono de este sitio, reconvertido en un refugio para personas sin hogar con una decena de tiendas de campaña desplegadas bajo la pérgola que hay en este emplazamiento.

Una de las placas arrancadas dedicadas a los ganadores olímpicos de Barcelona’92
Àlex Garcia
La plaza todavía presenta un aspecto más descuidado porque está vallada y con maquinaria de obra a su alrededor al acometerse unos trabajos para renovar su red de riego. “Es un lugar inhóspito. Y más ahora al estar cerrada por las obras, nadie pasa por ahí”, comenta un vecino mientras pasea su perro.
En épocas distintas y en diferentes ocasiones, algunas de las placas instaladas en honor a los deportistas han sido robadas y se han ido reponiendo. Sin embargo, hoy en día todavía hay algunos huecos vacíos al haber sido arrancados varios de estos elementos.
Figueras considera que el diseño no ayuda al ser una plaza “muy cerrada y de difícil localización”, por lo que plantea directamente un cambio de ubicación: la Rambla de Santa Mònica. Argumenta que así este lugar sería más fácil de encontrarlo y al ser más transitado también podría disuadir los robos. Además, sugiere incorporar nuevas huellas de deportistas legendarios, como Leo Messi o los extenistas Rafa Nadal y Roger Federer, entre otros.

Placas de los ganadores olímpicos Javier Sotomayor y Carl Lewis, con las baldosas agrietadas
Àlex Garcia
La asociación de vecinos de la Vila Olímpica comparte con Figueras el diagnóstico y ve necesaria una actuación de mejora en la plaza, pero que no se mueva de su ubicación actual. El presidente de la entidad vecinal, Jordi Giró, propone convertirla en un sitio “más diáfano” y promover nuevos usos ciudadanos, especialmente en la zona de la pérgola, para que deje de ser un espacio “totalmente desangelado”. Asimismo, pide que se reponga la placa de Pasqual Maragall cuando inauguró la plaza.
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Este sufrido emplazamiento ha sido una denuncia recurrente a lo largo de los últimos años. Sin ir más lejos, la cuestión se trató en una comisión municipal el año pasado a petición del grupo Junts, en la que se acordó impulsar un plan para recuperar y mejorar este lugar. De hecho, el gobierno municipal socialista pactó a principios de julio en el marco de las negociaciones de los presupuestos con ERC un fondo de casi 20 millones para impulsar iniciativas en los distritos. Una de ellas consiste en destinar 70.000 euros para redactar el proyecto para modificar la urbanización existente de la plaza dels Campions a fin de mejorar su uso ciudadano.
El Ayuntamiento explica que el proyecto de remodelación se encuentra en una fase inicial y prevé encargar su redacción a principios de 2026, una vez se aborde el tema en el próximo consejo de barrio de la Vila Olímpica y de forma paralela se lleve a cabo un proceso de participación con los vecinos de la zona.

Detrás de la escultura Marc estaban instalados los postes olímpicos
Àlex Garcia
Sin los postes de las Olimpiadas
Otra huella olímpica del barrio de la Vila Olímpica, ya desaparecida, fue la instalación de 169 postes que se distribuyeron a lo largo de la calle Salvador Espriu. Estaban tras la colorida escultura Marc en forma de figura humana de la plaza dels Voluntaris Olímpics, obra del pintor y escultor Robert Llimós dedicada a su hijo, muerto en accidente de tráfico. Estos palos portaron las banderas de los diferentes países participantes durante los Juegos Olímpicos, que contó con un equipo deportivo unificado de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética tras su disolución. Las astas se colocaron en dos hileras a lo largo de unos 400 metros lineales del parque. El Ayuntamiento retiró el año pasado los postes, ya sin banderas, alegando que no todos estaban en buen estado y no tenían ningún uso actualmente. La decisión provocó el enfado de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica y reclama su reposición al entender que forman parte del legado olímpico de la ciudad. La entidad vecinal también lamenta que no fue informada previamente de esta medida y defiende que en todo caso se tendrían que haber quitado solo los elementos dañados.
No se trata del único símbolo olímpico del barrio que no pasa por su mejor momento. La popular mascota de los Juegos Olímpicos, Cobi, tiene su única estatua pública en la ciudad en un rincón tampoco fácil de encontrar de la Vila Olímpica, no lejos de la plaza dels Campions, en el parque del Port Olímpic, entre la calle Salvador Espriu y la avenida del Litoral. La mascota, diseñada por Javier Mariscal y vestida con una falda emulando los atletas de la antigüedad con un tridente en la mano, languidece en medio de un estanque, vacío desde las restricciones por la sequía. También había un restaurante que cerró hace unos años, con su fachada totalmente grafiteada.

El estanque con la escultura del Cobi, donde antes había un restaurante, está vallado y sin agua
Àlex Garcia
El espacio está vallado, y como en la plaza dels Campions, sirve de cobijo para personas sin hogar. Aquí hay instaladas alrededor de una decena de tiendas de campaña, algunas con sombrillas, mesitas de café y neveras portátiles. Los vecinos también se quejan de que este emplazamiento al estar un poco escondido ha sido escenario de botellones, por lo que apremian al Consistorio a darle una nueva vida y dinamizarlo como espacio público.
En este caso, fuentes municipales informan de que Parcs i Jardins ha licitado el proyecto de las obras para adecuar este lugar con el objetivo de que en un futuro se haga una nueva concesión como bar restaurante. “Se está ultimando el proyecto y una vez que sea definitivo, se licitará la ejecución de las obras”, añaden las mismas fuentes. Vestigios olímpicos que no quieren caer en el olvido y esperan recuperar parte del protagonismo de aquel mágico año de 1992.