Simone Biles ya está en Buenos Aires: la estricta agenda de una visita histórica
La reina de la gimnasia visita el país por el nombramiento de la ciudad como Capital Mundial del Deporte 2027 y protagonizará actividades junto a jóvenes atletas y autoridades locales.

La espera terminó: Simone Biles ya está en Buenos Aires. La estrella estadounidense, considerada por muchos como la mejor gimnasta de todos los tiempos, aterrizó este martes por la mañana en Ezeiza recibida por el secretario de Deportes porteño, Fabián Turnes, para cumplir una apretada agenda de tres días en el marco del reconocimiento a la ciudad como Capital Mundial del Deporte 2027. Su paso incluye una charla titulada “El Poder de Creer” y una clínica gratuita para jóvenes promesas de la gimnasia.
En un video publicado días atrás por el Gobierno porteño, Biles expresó su entusiasmo por la visita: “Hola, estoy muy emocionada de anunciar que estaré en la Ciudad de Buenos Aires por unos días… No puedo esperar para verlos a todos”. El anuncio generó una enorme expectativa, comparable solo con la presencia de Usain Bolt en 2013.
La atleta, que suma 11 medallas olímpicas y 30 títulos mundiales, llegó acompañada por su equipo y se mueve bajo un fuerte operativo de seguridad. Este miércoles será recibida por el Jefe de Gobierno Jorge Macri en la sede del Gobierno de la Ciudad, donde ofrecerá su conferencia motivacional antes de compartir tiempo con patrocinadores, autoridades y un grupo reducido de medios.
Además de su compromiso oficial, la campeona recorrerá distintos puntos emblemáticos de Buenos Aires: visitará La Boca, el Obelisco y otros sitios característicos para interiorizarse en la cultura porteña. El jueves por la tarde encabezará la clínica en el Estadio Mary Terán de Weiss, en Villa Soldati, recinto que reemplazó al espacio inicial por la gran demanda de inscriptos.

Reconocida mundialmente como la GOAT (la más grande de todos los tiempos), Biles viaja junto a su coach y definirá sobre la marcha si participa de los ejercicios prácticos durante la jornada con las jóvenes gimnastas.
Su llegada al país ocurre en un contexto de máxima admiración. En Tokio 2020, la estadounidense visibilizó el debate sobre la salud mental tras renunciar a competir para priorizar su bienestar, un gesto que marcó un punto de inflexión en el deporte. Cuatro años más tarde, en París 2024, volvió a la escena olímpica y reafirmó su vigencia con nuevas actuaciones brillantes.
La historia personal de Biles también inspira: superó una infancia difícil, fue adoptada por sus abuelos y se transformó en una voz clave contra el racismo, los abusos -fue una víctima del médico Larry Nassar, condenado a 175 años de prisión- y la defensa de los derechos de las mujeres. Su testimonio, sumado a su talento, la convirtió en un símbolo de resiliencia y fortaleza más allá de los límites del deporte.
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