03 de noviembre de 2025 – 10:58
Paraguay no alcanzará su potencial de desarrollo sin un salto sostenido en infraestructura, coinciden el empresariado de la construcción y organismos multilaterales. El Gobierno, por su lado, promete a los gremios del sector que honrará este noviembre una deuda de G. 300.000 millones, pero aún quedará un importante remanente. Es por eso que instan a alcanzar consensos intersectoriales, ante la estrechez fiscal y las necesidades en materias de obras.
El déficit de infraestructura —vial, logística y de saneamiento— sigue siendo cuello de botella para el desarrollo del país, coinciden gremios de la construcción. A esta problemática se suma la millonaria deuda del Gobierno con las empresas del sector por certificados de obras ejecutadas e intereses pendientes, que evidencia la limitación presupuestaria, estrechez fiscal y necesidad de consensos.
El presidente de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa), Ing. Paul Sarubbi, y miembros del gremio, hablaron recientemente del tema con el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos. Al término del encuentro, se informó de la promesa estatal del pago de G. 300.000 millones (unos US$ 45 millones) en la primera quincena de este noviembre, que es solo una parte del compromiso total que tiene el Estado (unos US$ 320 millones).
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No es un gasto, sino una condición de crecimiento
Precisamente, de este complejo escenario se habló también el mes último durante el Foro Cavialpa 2025 desarrollado en Asunción. Al respecto, Sarubbi sostuvo que la infraestructura no es un gasto, sino la condición habilitante del crecimiento: conecta producción con mercados, reduce costos logísticos, integra territorios y mejora servicios básicos como agua y saneamiento, con impactos directos en la productividad y la inclusión social.

“El costo de no hacer es mayor que el costo de hacer”, resumió, al plantear que Paraguay compite en la región con una desventaja que solo se corrige con inversión sostenida y eficiente.
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Sobre el papel de la infraestructura como motor del desarrollo, el dirigente gremial subrayó tres efectos: dinamiza el empleo y la cadena de proveedores en el corto plazo; mejora la competitividad en el mediano plazo al bajar tiempos y costos de transporte; y, en el largo plazo, eleva la calidad de vida al expandir cobertura de servicios y seguridad vial. En ese marco, el foro coincidió en que priorizar corredores logísticos estratégicos, puentes fronterizos, mantenimiento vial y obras de agua y saneamiento constituye la combinación con mayor retorno social.
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Faltan consensos multisectoriales
Uno de los resultados del encuentro fue la construcción de consensos entre sector público, privado y organismos multilaterales. Según Sarubbi, hubo acuerdo en avanzar hacia una cartera priorizada y bancable de proyectos, con cronogramas previsibles, modelos contractuales estandarizados y una institucionalidad que reduzca riesgos.
También se delineó la necesidad de reforzar la Unidad de APP y las capacidades de estructuración del Estado, así como de promover mecanismos de transparencia, publicación de datos y monitoreo ciudadano para fortalecer la confianza. Los multilaterales expresaron disposición para apoyar con préstamos, garantías y asistencia técnica, siempre que exista planificación plurianual y marcos fiscales creíbles.
En cuanto a la ambición de duplicar el PIB en una década, Cavialpa propone una expansión ordenada del sector vial y de obras públicas que priorice tres frentes: mantenimiento y conservación de la red existente para proteger el capital ya invertido; ampliación de corredores estratégicos que conectan la producción agroindustrial con puertos y fronteras; y aceleración de obras urbanas de movilidad y saneamiento que mejoren productividad y salud pública.
El gremio plantea, además, elevar la productividad del sector mediante capacitación, adopción de tecnología (BIM, gestión digital de obras y control de calidad), mejores estándares de seguridad y reducción de la informalidad, con el objetivo de bajar costos y plazos sin sacrificar calidad.
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Limitación fiscal, una realidad para sortear
Las limitaciones fiscales atravesaron todo el debate. Para sortearlas y garantizar inversión continua, se discutieron mecanismos innovadores: asociaciones público-privadas y concesiones con contratos por disponibilidad y estándares de servicio; fideicomisos y securitización de flujos de peajes o cánones para fondear mantenimiento por desempeño; blending con multilaterales que aporten garantías y capital catalítico; y la emisión de instrumentos temáticos (bonos verdes o sostenibles) en proyectos con impactos ambientales y sociales verificables.
A esto se suman herramientas de mejora de gestión, como oficinas de proyectos (PMO) en los ministerios, compras públicas estandarizadas, pliegos tipo y un pipeline publicado que brinde previsibilidad a inversionistas y contratistas.
Sarubbi enfatizó que la continuidad es tan importante como el volumen. Propondrá, dijo, un compromiso multipartidario que blinde la cartera priorizada y su financiamiento más allá de los ciclos electorales. Cavialpa, por su parte, se compromete a colaborar con propuestas técnicas, observatorios de costos y desempeño, y códigos de integridad y cumplimiento para elevar los estándares del sector. El gremio ve su rol como articulador entre la visión de largo plazo y la ejecución cotidiana: contribuir a diseñar políticas de Estado, asegurar buena ingeniería en los proyectos y ayudar a que cada guaraní rinda más.

Reglas claras y financiamiento mixto
El presidente de Cavialpa cerró con una advertencia y una oportunidad. La advertencia: sin una apuesta deliberada a la infraestructura, Paraguay consolidará cuellos de botella que frenarán su crecimiento potencial. La oportunidad: con reglas claras, priorización, financiamiento mixto y gestión moderna, el país puede transformar su mapa logístico, acelerar la formalización del trabajo y sostener una década de expansión que duplique el tamaño de su economía. La decisión —concluyó— es política, técnica y, sobre todo, de largo plazo.





