Un informe del Observatorio en Economía de los Recursos Naturales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco advirtió que la inflación en la región podría ubicarse entre el 4% y el 7% mensual en los próximos meses, impulsada por un nuevo esquema cambiario y la suba de precios regulados. La estimación se desprende del análisis del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a marzo, mes en el que la Patagonia registró un incremento del 3,3%, por debajo del promedio nacional del 3,7%.
El informe destaca que, si bien el dato de marzo reflejó una moderación respecto a meses anteriores, la situación podría cambiar si se materializa la devaluación contenida en la nueva banda cambiaria y se profundizan los aumentos en servicios regulados. “El relajamiento del cepo cambiario puede tener efectos inflacionarios adicionales si no se estabiliza el tipo de cambio paralelo”, indica el análisis.
Según el Observatorio, el componente núcleo de la inflación —que excluye precios estacionales y regulados— se ubicó en el 3,2%, pero los aumentos más marcados se dieron en educación (con un alza nacional del 21,6%) y en alimentos y bebidas, que subieron 5,9% a nivel nacional, con un comportamiento similar en la región.
Entre los factores que condicionan los precios en la Patagonia, el informe menciona el encarecimiento estructural del transporte y la energía, sumado a la vulnerabilidad de los hogares ante la suba sostenida de los productos esenciales. A esto se suman los aumentos pendientes en tarifas de servicios públicos, que podrían repercutir con mayor fuerza en una región donde el consumo energético es más elevado por razones climáticas.
El estudio proyecta que, de mantenerse la política actual, la inflación interanual podría ubicarse por encima del 50%, afectando particularmente a los sectores de menores ingresos. En lo que va del año, la suba acumulada es del 8,6% a nivel nacional, y la Patagonia sigue registrando niveles similares, aunque con variaciones según rubros y provincias.
El informe concluye que el escenario inflacionario sigue siendo incierto, y advierte que sin una política clara de estabilización cambiaria y contención de precios regulados, los aumentos mensuales podrían volver a acelerarse en el corto plazo.