Reforma que empodera más a la Policía Federal, fin de garantías constitucionales y todos los etcétera que sean necesarios, pero una voz autorizada que no puede calificarse de derecha baja al llano.
El Dr. Marcelo Saín, ex diputado bonaerense, ex ministro de Seguridad de Santa Fe, aseguró que «las facultades que les llaman mucho la atención ya están en el Código Procesal Penal» y agregó que «las requisas ya están habilitadas desde 1958, en el artículo 5º de la Ley Orgánica de la Policía Federal Argentina, decreto ley 333, y que sólo hubo una modificación en 1991 que llevó de 24 a 10 horas de permisión la facultad de detención sin orden judicial.
Sobre el ciberpatrullaje, consideró que, al igual que un móvil de la fuerza en la calle, la policía debe controlar la comisión de delitos en las redes sociales y que de ninguna manera implica una infracción penal, ni amenaza a la institucionalidad democrática.
«Y si hubiese la comisión de algún delito, tendrán que notificar a las autoridades judiciales porque cualquier tipo de intervención que supusiese algún tipo de autorización jurisdiccional no puede traspasar ese permiso», completó Sain en Escuchá Página/12.
Un problema más acuciante en términos de «excesos» de las fuerzas federales es la Dirección de Inteligencia Criminal, un régimen especial de espías que existe desde 1958 y que corresponde a la vieja Coordinación Federal.
«En realidad, es una estructura aparte de la oficialidad que ningún gobierno tocó y que hoy sigue vigente y que tiene 1200 efectivos y facultades ilegales de espionaje político. Esto lo hemos dicho hace décadas, se lo dijimos a todos los funcionarios de nuestro gobierno», cuestionó Saín.
Luego afirmó que «el decreto está muy mal redactado y que en la letra de la resolución «se nota que nadie entiende» de taxonomía normativa.
«En el presupuesto actual sólo le dedican al control del crimen organizado el 9 por ciento del presupuesto operacional, con lo cual el hecho de que la Federal es una institución de control del crimen organizado es verso», sintetizó.
Lo que sí se modificó ahora fue la estructura de mando superior que está redactada en el anexo del decreto y a la que Sain describió como «hiper macroencefálica». Según dijo, se trata de una modificación que permitiría al gobierno garantizarles lugar a comisarios generales y mayores para que no se detone una interna dentro de la policía. «Y las internas de la policía se reflejan con sangre en la calle. Entonces crearon nueve superintendencias, siete direcciones generales, todo eso dependiendo de dos grandes departamentos», detalló.
FUENTE: PÁGINA 12