España y Catalunya siguen sin presupuestos para este año y se ha avanzado más bien poco en las últimas semanas para tenerlos. Y aunque siempre se puede recurrir a una prórroga de las cuentas, muchos recursos necesarios se quedarán por el camino si no se aprueban unos nuevos. Los socialistas tienen la responsabilidad de aprobarlos, tanto en Madrid como en Barcelona, y esta debería ser su prioridad. La excusa de que algunos socios necesarios –Junts y Esquerra– estaban viviendo procesos congresuales ya no vale. Guste más o guste menos, los interlocutores del PSOE y del PSC se llaman Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, que han salido consolidados en sus respectivos cónclaves. Y es con ellos con quienes se debería hablar para acabar de cerrar temas que se alargan en el tiempo como el traspaso de Rodalies, la quita del 20% de la deuda de la Generalitat con el FLA, el traspaso de la competencia de inmigración o el estudio de mejora del nuevo sistema de financiación. Por no hablar del déficit fiscal crónico de Catalunya o de la falta de ejecución de las inversiones del Estado en la comunidad.
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Redacción
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