El delicado momento económico, con salarios que rinden cada vez menos, tiene consecuencias muy duras en los hogares. Entre ellas, figura el sobreendeudamiento familiar, una problemática que se está volviendo cada vez más frecuente, con familias que tienen que recurrir al crédito para la compra de alimentos.
Sobre el tema, el exdirector nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje del Consumo, Adrián Ganino, habló con Radio Universidad y lo relacionó con la suba de precios, luego de que la inflación fuera de 1,9 por ciento en julio, según el INDEC, lejos de una desaceleración: “La inflación volvió a repuntar. Y los alimentos fueron los que registraron las mayores subas”.
“Los informes de muchas consultoras hablan de alta morosidad en las tarjetas. Esto tiene que ver mucho con la economía diaria de las familias. Tenemos precios que siguen subiendo, en mayor o menor medida”, expresó, por lo que alertó: “La gente sigue accediendo a créditos para comprar comida”.
Por eso, reclamó por una legislación cada vez más necesaria: “Vamos a necesitar una ley especial que regule esta problemática del sobreendeudamiento para ayudar a las familias porque el panorama no es positivo”. “Uno ve que el Gobierno nacional se sigue endeudado a nivel internacional, y esto también afecta a las familias”, cuestionó.
En ese sentido, aseguró: “Se van a necesitar procedimientos rápidos y eficaces para ayudar a los consumidores que se están endeudando para comprar comida y acceder a bienes que hacen a la vida diaria”. “No es que estamos hablando de viajes o de algún lujo”, aseveró, sobre la gravedad de las necesidades de las familias.
Caída del consumo
La semana pasada, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) informó que el Indicador de Consumo (IC) retrocedió 0,1 por ciento en julio. En la medición interanual, el IC mejoró 1,1 por ciento, aunque, en el 2024, el consumo se recuperaba del desplome, tras la devaluación de 118 por ciento del flamante Gobierno nacional.
“La mayor incertidumbre tiende a moderar el dinamismo del consumo, dado que los hogares postergan decisiones de gasto discrecional y elevan su propensión al ahorro”, indicó la CAC, y agregó: “El nivel de salarios medido por el INDEC avanzó en junio en línea con la inflación y no pudo ganar terreno en términos reales, lo que dificultó la dinamización del consumo”.