Cada noche de la semana Soledad Pastorutti trabaja para defender el título logrado en la anterior versión de La Voz Argentina. Aunque su enfoque, pareciera, viene por otro lado.
«Este año nuevo en La Voz para mí es un honor. Primero, se trata de mi quinta temporada, soy la silla más tradicional, o la coach más tradicional. ¡No me despegaron nunca de la silla (risas)! Para mí es un honor. Primero porque se trata de un programa que me gusta y divierte mucho: es muy agradable escuchar tanto cantante, tanto artista», confiesa en una íntima charla con Revista GENTE.
Asimismo, la artista reconoce: «Se aprende mucho también. Y también, por supuesto, porque vengo a pelear por mi título. Llevo tres triunfos en cuatro participaciones, aunque no siempre vine con la ilusión de ganar», tira entre risas.

–Pero sos competitiva, ¿o no?
-Claro. Lo que es cierto, como lo dije también ya en parte de las grabaciones, es que tuve la suerte de que el ganador me elija en las ediciones anteriores. Porque, en definitiva, hay una instancia en la que nosotros como jurado los elegimos sin verlos, en las audiciones a ciegas. Y después, si tenés que pelear que ese ganador venga a tu equipo, lo peleás a veces con tus compañeros, así que tuve esa suerte que espero me vuelva a acompañar.
-Este año hay nuevo equipo: te acompañan Miranda, Luck Ra y Lali.
-El nuevito, nuevito es Luckra, que no estuvo nunca y estrena en La Voz. Con Lali es la tercera temporada juntas. Y con Miranda!, la segunda, porque en mi primera temporada también la compartí con ellos. La verdad es que hasta ahora todos fluyó muy bien. Nos conocemos y nos llevamos bárbaro. Hemos participado en un montón de eventos juntos. Y te podría decir que la actual es la temporada más argentina de todas en ese sentido, por los momentos que también están pasando los chicos. Y popular, ¿no? Venimos haciendo un lindo programa. La familia entera lo ve, se divierte. Es un gran programa para la tele, para el momento de la cena. No le encuentro muchas contras. Y además hay mucho talento y no sólo de argentino.

-Sí, vimos bastante participantes de otros países.
-Mucha gente de afuera que está viviendo acá se anotó en el casting, participan y algunos seguramente van a quedar. Este programa es una ventana valiosísima para los artistas.
–¿Qué debería tener el ganador de La Voz esta temporada?
-Teniendo en cuenta mi trayecto en el programa, el ganador generalmente tiene mucho corazón. Pone el corazón en la voz o la voz en el corazón, como quieras verlo. Siento que el argentino, en general, es muy sentimental, muy pasional. Me parece que eso no puede faltarle al ganador o a la ganadora, porque también hace años que esperamos que sea una mujer, una chica. Ojalá se dé este el año. Siento que, más allá de la gran afinación, de lo correcto, de grandes voces, buscamos la originalidad.
-¿Algo distinto a todo lo que hemos escuchado?
-Correcto. A la pasión no puede faltarle personalidad, no puede faltarle eso que, cuando escuchás su voz, te acordás del artista y lo querés volver a escuchar. Es lo que tratamos a veces de explicarles: que va mucho más allá de una voz perfecta. Y esto no tiene que ver con que nosotros los coach seamos mejores que los participantes. En muchos casos, la verdad, me siento chiquitita, porque viene gente que lo hace tan bien, que decís: «Ay, Dios mío», que tan jóvenes ya sepan cantar así». En resumen, tiene que ver con ese plus que hace que la gente te elija o no.
Agradecimiento especial a prensa Telefe y Vicky Roa